Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Cultura

Falla muy cerca… Granada

Manuel de Falla, fotografía analógica de Javier Serrano.

En el Día de Andalucía (28 de febrero).

Subo por el bosque romántico por la colina frente a la Alhambra, en voz baja el agua que me llega de la sierra, luces entre hojas verdes, “Federico García Lorca” me acompaña en mi paseo, él en silencio.

Ya llegamos a la “Antequeruela Alta”, allí vive don Manuel de Falla mirando desde aquí la vega granaína.

Salita que da a la Vega de Granada de la casa de Manuel de Falla, fotografía analógica de Javier Serrano.

Entramos en la casa, penumbras y la primera sala es la cocina… Todo sigue igual desde aquel 1939 que don Manuel abandonó para nunca más volver…

“Imagino 1922”… Federico ha subido para hablar de la organización del primer festival del cante jondo…

Piano de Manuel de Falla, fotografía analógica de Javier Serrano.

El piano hoy en silencio, el sombrero abandonado y en el primer piso su dormitorio, al fondo del pasillo…, la luz de la ventana me deslumbra…

Don Manuel de Falla escribe a un amigo: “No hay duda de que usted necesita la Villa del oso tanto como yo la Antequeruela Alta, donde me tiene a sus órdenes ante el panorama más hermoso del mundo.

Gafas y manuscritos de Manuel de Falla, fotografía analógica de Javier Serrano.
 ANTEQUERUELA ALTA 
 (última casa en España de don Manuel de Falla)
  
 Acequias de agua
 Los arboles me acompañan 
 Cerca, Falla me espera en la colina.
 Mañanas de música,
 Fuente de silencio, callada
 La puerta azul me abre
 Olor a cocina en la cocina
 La ventana mira al verde
 La vega granaína, voces, campanas, perros, niños
 La mañana se rompe.
 El piano suena 
 El violoncello, es la nana...
 Falla me mira 
 Federico se sienta
 Y llega la tarde
 Con luces que huyen
 Salgo y bajo la colina…
  
 Javier Serrano 2021 

Me siento en Granada como en el centro del mundo, como si Granada fuera un pequeño París”.

Manuel de Falla

NOTA: Más publicaciones de Javier Serrano, en su blog.

Javier Serrano

Cuando escribo con las luces, todo para mí se convierte en blanco y negro, todo químico y cuarto oscuro repleto de luces rojas. Cuando escribo palabras, ellas me llevan casi siempre por caminos inesperados y son sus luces las que me conducen por esos caminos a veces esperados...

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