Elogio de la locura es un libro que parece ideado para este Gobierno y este pueblo español mayoritariamente escorado hacia la estupidez
No sé qué es peor si el independentismo catalán y vasco o el comunismo de Podemos, los pilares en que se apoya el Gobierno de Pedro Sánchez. Tiene guasa la acusación de Sánchez a Casado tildando al PP de inconstitucional. Justo ahora cuando, de manera anticonstitucional, los socialistas sanchistas (no confundir con los socialistas socialdemócratas) y los podemitas comunistas quieren cargarse la independencia del Poder Judicial, felonía que, de consumarse, acabaría con la democracia en España. En eso están, que diría Erasmo de Rotterdam, uno de los mejores y carismáticos amigos de Tomás Moro, el canciller de Enrique VIII, del que les hablé en un artículo anterior para poner un ejemplo de político incorruptible al que su ‘amigo’ el rey le cortó la cabeza acusándolo falsamente de traición.
El libro de Erasmo Elogio de la locura es el más conocido de este humanista, fino filósofo y teólogo que ha ejercido notable influencia en el pensamiento europeo desde hace casi quinientos años. Contemporáneo de Lutero, denunció, como éste, los males que aquejaban a la Iglesia y se centraban, sobre todo, en la corrupción por el poder temporal, una simonía generalizada y el deterioro del clero, desde obispos a sacerdotes. Criticó a Lutero por no trabajar por la reforma de la Iglesia desde dentro de la misma y consideró un error (que los luteranos nunca le perdonaron) el separarse de una institución con 1.500 años de historia.
Gran renacentista, impulsó el humanismo como fundamento del cristianismo. Se adelantó casi cuatrocientos años al grito de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa, todo lo contrario de lo que hace Pedro Sánchez, que se olvida de los 140 años de historia del PSOE y se alía con el comunismo, que es enemigo de la libertad y la fraternidad para centrarse en la igualdad exclusivamente, una igualdad para la miseria, sin ninguna esperanza para seres libres y fraternos. Ese es el error más grave de Sánchez, que veía claro, en otro tiempo, cómo Unidas Podemos en el Gobierno iba a ser una pesadilla y luego viró hacia la destrucción de España con tal de ser presidente ‘for ever’ o casi.
Erasmo está en la línea de Cristo: la verdad os hará libres. Nada de dictadura aunque sea la del proletariado. ¿Qué le habrá susurrado el Papa Francisco (el sucesor de San Pedro) al presidente Pedro? ¿Habrá parangonado aquello de Alejandro Magno con un soldado al que sorprendió dormido mientras estaba de guardia y se llamaba Alejandro: “o cambias de nombre o cambias de conducta”? Es muy probable que en esa tesitura, Pedro Sánchez preferiría cambiar de nombre para proseguir en su línea de presidente más mentiroso que jamás haya tenido España.
Pero lo seguirían votando. Las encuestas le siguen siendo favorables. Ahí están los recalcitrantes seguidores de sus mentiras. Elogio de la locura es un libro que parece ideado para este Gobierno y este pueblo español mayoritariamente escorado hacia la estupidez. ¿Cómo no serán de malos los dirigentes de los demás partidos? En el país de los ciegos políticos, Pedro Sánchez es el tuerto. Y podemos tener tuerto para rato. Los españolitos tienen partidos y más partidos que votar. Uno se llama ‘Teruel existe’ y tiene un diputado. Otro se llama Bildu y es heredero de la banda terrorista ETA con cientos de asesinatos a sus espaldas y se permite, en el Congreso, presumir de demócrata y acusar a otros partidos de no serlo. Insultan al PSOE y luego el PSOE sanchista traga y se aprovecha de sus votos para gobernar.
Volviendo a los posibles frutos de la entrevista del Papa con nuestro querido (¡qué digo, querido, idolatrado!) presidente, ¿creen que Sánchez e Iglesias dejarán de perseguir a los colegios regidos por religiosos y a toda la enseñanza concertada? ¿Piensan que el Ejecutivo sociocomunista va a cesar en su anticlericalismo? ¿Incorporarán la libertad y la fraternidad a su, hasta ahora, exclusiva igualdad? La respuesta la intuye todo el mundo. Soy pesimista. Y me gustaría equivocarme. Las libertades se llevan mal con el sociocomunismo. Y los comunistas del Gobierno tienen toda la confianza del presidente. Pedro dixit. ¡O va a reflexionar sobre la advertencia del Papa del peligro de las ideologías que se quieren imponer a los ciudadanos libres? ¡Qué bueno lo de Arturo Pérez-Reverte cuando declara: “yo no tengo ideología, tengo biblioteca”! O lo de su amigo Javier Marías: “Que se condicione o se dicte lo que debemos filmar, pintar, escribir, qué temas debemos tocar y desde qué posición, ¡es totalitarismo, no hay otra palabra!”.
Laus stultitiae (Elogio de la estulticia) es el título original, que se tradujo mal siempre al castellano como Elogio de la locura. Erasmo escribió todas sus obras en latín, que era la lengua culta utilizada por casi todos los escritores europeos (filósofos, teólogos y científicos, entre ellos el genial y maléfico Newton) hasta el siglo XVIII. Poco (o nada) tiene que ver la locura con la estulticia, que es necedad y persistencia en el error y puede coexistir con algunas virtudes en personas letradas, incluso en gente que haya hecho un doctorado, aunque lo haya obtenido copiando, más o menos, su tesis.
Erasmo satiriza a quienes pasan de principios y compromisos superiores para actuar de forma utilitaria, a lo que les conviene, a lo que les gusta. Sin compromisos intelectuales o morales. “En no reflexionar nada radica la vida más placentera”, recoge Erasmo de la tragedia Ajax, de Sófocles. La altura intelectual y moral de nuestros gobernantes y de quienes no gobiernan, en la oposición, deja mucho que desear. Todos los líderes suspenden, una y otra vez, sin cesar, en las consultas de opinión, en todas incluso en las del CIS que protagoniza el prosocialista sanchista José Félix Tezanos, que se permite aconsejar a quien quiera oírle: “no se fíen ustedes de las encuestas”.
Apaga y vámonos. Sí, pero ¿a dónde?
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