Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

En la noche de san Juan

Fuente: Ayuntamiento de Alicante.

Era antes de que el cristianismo se dedicara a cubrir todos los aspectos de la sociedad cuando las noches de cambio de estación eran, desde la prehistoria, noches mágicas. Rituales de fuego y fiesta que fueron momentos también de encuentro social y de intercambio cultural. Atraer a la fortuna, al amor, a la salud y la felicidad se conseguía saltando el fuego que quemaba lo viejo y renovaba el año, hay que saltar la hoguera siete veces. Es la noche medieval en la que se recogen las hierbas aromáticas que consiguen curar la nostalgia y devolver la salud si son recolectadas esa misma noche, donde la naturaleza le da todo su potencial y valor.

La iglesia de Roma, ya convertida desde el siglo IV en imperial con Constantino, fue ocupando todos los acontecimientos sociales colectivos asumiendo su autoridad y ejerciendo su dominio como pastores de su rebaño. San Juan Bautista asume la onomástica de esta ancestral celebración del solsticio, cuando es el día más largo y la noche más corta porque el hemisferio norte está más inclinado hacia el sol. La anterior forma pagana se transforma en cristiana pero no vence a su esencia popular y festiva.

En Alicante, su fiesta grande rememora ese momento y fue bien elegido en el tiempo; los vecinos del norte celebran su fuego en marzo, con San José y los alicantinos en junio, cuando se abre el verano a propios y visitantes, cuando el olor salino del mar vuelve porque nos volvemos a acercar a él. Acertamos el momento y el lugar porque calles y playas celebran fiesta y fuego unidos.

No hay que olvidar que la fiesta es indiscutible pero que hay división de opiniones. También la fiesta es el momento en el que muchos eligen huir, vacacionar, ni bajar al centro, borrarse, desaparecer o trabajar esos días fuera de la ciudad.
La fiesta es a la vez inclusiva y exclusiva y si no la aguantas, mejor haces un paréntesis y te vas.

Pero para los de aquí, te vayas o te quedes, siempre son recuerdos. Aquella barraca popular en La Lonja; las hogueras experimentales como la que hizo Paco Gomis con su familia en Diputación; la gente de Anís Tenis regalando de todo siempre con alegría y solo llevan 100 años haciéndolo 🙂 . Hay recuerdos como el calor, coger la mano de quien quieres en la mascletá, la bañá, o encontrarte a alguien conocido en la barraca y que te diga algo parecido a “lo que fagafalta”. Pero yo me quedo con el recuerdo de niño, de oír a tu padre diciéndote que abras la boca cuando estallen los petardos gordos en la traca que se hacía en el Postiguet tras los fuegos.

En fin, en la noche de san Juan, ¡visca Alacant!

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

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