El Teatro Principal, el valor y la pasión de las personas más allá de 175 años

El Principal ha escrito y escribe páginas de recuerdo, de presencia y de vida. En la exposición encontraremos algunas de su historia, de su ayer y de su hoy. Una visual abierta a 175 años de historia en un ´gran tour` lleno de pequeñas exploraciones. Un vuelo libre a la imaginación con algunas paradas sorprendentes. Y a la vuelta de este viaje, cada persona puede considerar las que descubre y las que le parecen más interesantes. Descubrirlas enlaza con nuestra mirada connotada que se puede amplificar a la vista de las referencias documentales y gráficas en los soportes expositivos. Así como en los recursos interactivos y audiovisuales de la muestra.
Abriendo el telón se accede a la escena expositiva, a sus instalaciones y a los espacios temáticos.

Juana María Balsalobre.
Comisaria

Después de más de trescientas reuniones, virtuales o presenciales en los últimos dos años para dar forma y contenido a la exposición del 175 aniversario del nacimiento del Teatro Principal de Alicante, que se puede visitar hasta el próximo 18 de abril, por fin juntamos a Juana María Balsalobre, comisaria de la exposición; Susana Llorens, directora del Archivo Municipal de Alicante (AMA) y José Luis Navarro, el director creativo. Y lo hacemos en la sede de la APPA para charlar sobre este recorrido vital por la historia del Teatro Principal, una ruta con miles de imágenes, publicaciones, carteles, folletos… y encuentros con personas. Personas que ceden imágenes, recuerdan anécdotas, son actores, acudieron a representaciones teatrales, trabajaron por y para el Teatro, vivieron de cerca el Teatro Principal… Las que siguen estando y las que ya se han ido.

Y es que para Balsalobre, Llorens y Navarro, los tres pilares de esta exposición, que ocupa las salas Luceros y Tabarca de la Lonja del Pescado, lo verdaderamente importante y trascendente son las personas, capaces de crear, construir y amar la cultura como lo han hecho durante casi las dos últimas centurias.

Las personas, motor cultural

Susana Llorens explica que “la idea partió de la Concejalía de Cultura; Antonio Manresa nos reunió hace más de dos años con Macarena Fuentes, jefa de servicio y representantes de la Fundación Mediterráneo para comenzar a aportar ideas y realizar una exposición multidisciplinar, que no se ciñera solo a la historia del Teatro Principal. Por parte del AMA, manifestamos el importante e interesante fondo documental que conservamos en nuestras instalaciones. Así que, cuando se dio salida al proyecto, se planteó el comisariado y no hubo dudas, propuse a la doctora en Geografía e Historia Juana María Balsalobre, una gran profesional y con capacidad para coordinar y dirigir este proyecto. Antonio Zardoya, asesor entonces de Cultura, el concejal Manresa, su departamento y la Fundación Mediterráneo estuvieron de acuerdo”.

A estas alturas, ya estaba claro que la coordinación administrativa y documental recaía en el AMA; tocaba reunirse con Balsalobre y conocer su propuesta, que fue reconocida y aceptada por todos los asistentes a la reunión. Juana María Balsalobre sería la comisaria, con el apoyo incondicional de Cultura del Ayuntamiento de Alicante y de la Fundación Mediterráneo, representada por su director, Toni Gómez y Carmen Velasco, responsable de Legados y de la Colección.

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Tras esta reunión hubo otras para perfilar el proyecto. Tal como expresó Balsalobre en la inauguración de esta muestra, agradece la libertad total que ha tenido en todo momento, gozando de confianza plena para llevar a cabo la muestra; Cultura del Ayuntamiento de Alicante nombró director del diseño de la construcción del proyecto expositivo a José Luis Navarro. Era necesaria esa “carta blanca” en la comisaria y en su equipo para que pudiera seguir creciendo el ritmo de la pasión por el Teatro Principal, que se remontaba a 175 años atrás. Solo así, a base de entrega, es como puede entenderse que la comisaria de esta exposición, que sigue mostrando y guiando a centenares de visitantes, haya hecho y siga haciendo esta impagable labor “por su ciudad” como se recoge en el propio decreto del Ministerio de Cultura.

Para esta magna, impecable y prolija tarea contaban también, explica Susana Llorens, con sus “compañeros Santiago Linares, Víctor Ribes, Elvira Sánchez, Mónica Bernabéu y Joaquín Vizuete” quienes junto a ella y desde el primer momento se pusieron “en acción” y están “muy contentos porque toda esta exposición nacía desde el Archivo Municipal, no solo a nivel documental que es la misión del AMA, sino también administrativo”.

Siempre las personas. Siempre el latir humano. Así, comenta José Luis: “Todo el mundo en Alicante tiene una relación con el Teatro Principal mayor o menor; en mi caso además siempre he sido una persona de teatro, todavía sigo metido en el mundo escénico al margen de mi trabajo, y me entusiasmó el proyecto. Después, trabajar con Juana María, perfecto, que ya habíamos trabajado juntos; aunque eso sí, cometí el error de involucrarme profesionalmente, más allá de mi trabajo, algo que no puedo evitar. Así que Balsalobre estaba entusiasmada porque estábamos juntos construyendo el proyecto y eso enriquece mucho. Aquello que faltaba, lo buscábamos, removíamos cielo y tierra para conseguir dar forma a la idea que teníamos. Queríamos, desde una posición muy escenográfica, poder combinar además de lo tradicional y lo histórico, lo contemporáneo, las nuevas tecnologías; es decir, poder saltar en esta muestra desde el recuerdo hasta otros elementos más actuales y que fuera atractiva para todo tipo de edades porque realmente habrá personas que solo se entusiasmen al recordar ciertos carteles o ciertas obras, pero hay otras más jóvenes que no tienen esa vivencia y  descubrirlo forma parte del concepto de esta exposición, planteada desde el punto de vista de ir descubriendo”.

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Descubrir

Balsalobre asiente y explica que “era imprescindible que los visitantes de la exposición descubrieran y que, al mismo tiempo, desde lo documental llegaran a lo didáctico. En la exposición hay más de 500 imágenes, unas reproducciones realizadas por imprimación, o bien el uso del 3D, o los audiovisuales con la tabla y la línea del tiempo, aunque eso sí, siempre basándonos en un soporte que fuera real, no inventado; eso era una cosa que desde el primer momento teníamos muy claro. Porque los diferentes documentos mantienen la pátina del tiempo y ayudan a construir la historia. Por eso es tan importante el trabajo que se ha hecho de cuidar las imágenes y también los textos, porque era imprescindible que la exposición también fuera didáctica”. Así, continúa la comisaria Balsalobre: “cuando accedes a cada uno de los espacios, lo primero que tienes es un párrafo o dos explicativos de lo que vas a ver, y también un plano con los carteles como están y luego el lugar donde está cada documento”. Didáctica y documental, pensando en las personas que visitan la muestra para saber dónde está ese cartel si lo quieren consultar.

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Seguimos ese hilo del descubrimiento, en esta ocasión con las palabras de Navarro: “Nada más entrar tienes un telón y cuando apartas ese telón, te metes en las tripas del teatro. La exposición está planteada para entrar en ese interior del teatro, así que lo primero que ves cuando pasas el telón es una tramoya colgando del techo que recuerda a esa parte de las tramas del teatro. Dentro está repleto de carteles, que te trasladan a las gradas de carteles antiguos y después se van encontrando otros elementos con disposiciones diferentes y otras creatividades, y no sabes qué te vas a encontrar. Se ha intentado romper la monotonía en cada discurso expositivo; surge así el otro concepto, generar sorpresa, transmitir lo que es el mundo del teatro, llenarlo de emoción y trasladarlo al concepto espacial. De hecho, en la última sala hay unas curvas que no te permiten ver más allá, sino que lo tienes que ir descubriendo a medida que vas avanzando. Así, hasta llegar al final, a la sala de proyección que también tiene mucho que ver con el teatro, porque el teatro fue cine”.

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Exposición El Teatro Principal, faro patrimonial de la vida sociocultural alicantina, cumple 175 años

Todos los sectores

El teatro es vida, por dentro y por fuera. Por eso era muy importante que nadie se quedara sin espacio en esta exposición. Así lo cuenta Navarro: “Se ha cuidado bastante, aunque no siempre es posible, que estén todos los sectores representados, desde los contenidos por parte de Juana María, hasta la forma de presentarlo; así hay una parte que es la función del teatro a nivel social, desde el cine hasta las empresas que lo representan, también las artes escénicas y lo que no es escénico como las autoridades de las fiestas de Hogueras, Semana Santa, los empresarios que se reúnen en torno a estos colectivos”. Añade Balsalobre que “las asociaciones hacían todas las fiestas en el Teatro Principal, por ejemplo, cuando se cubrían las butacas y se organizaban bailes en la década de 1920 para que alguna asociación recogiera fondos en beneficio de la gota de leche o cualquier otro acto benéfico. Eso es lo extraordinario del teatro, que sigue haciéndose”.

Juana María Balsalobre, que comenzó su labor investigadora del patrimonio arquitectónico y artístico de la ciudad a finales de la década de 1980, por lo que tiene ese poso erudito, además del interés personal por el teatro y por descubrir cualquier duda que surja y considera al AMA como su casa. José Luis y Juana María conectan intelectualmente y disponen de un amplio conocimiento personal y amor a la cultura alicantina, que también comparten con Susana Llorens, es decir, “esa relación con la cultura para nosotros es imprescindible, como una parte de nuestro ADN” termina Balsalobre.

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Recuerda la comisaria que “hasta en la creación de Radio Alicante, tanto la primera mujer como el primer locutor eran actores. También está ese guiño a las artes escénicas para que no falaten. Porque cuando hablamos de pilar cultural, del faro que es el Teatro Principal nos referimos a que ilumina a todo lo demás. Y dentro también recibe esa luz tanto la sociedad desde fuera como desde dentro. La sociedad ha sido el hilo conductor de la exposición porque la sociedad y la cultura son los dos pilares que han sido imprescindibles para que el Teatro Principal cumpla 175 años. Son las personas las que han hecho posible que ese teatro se mantenga en pie. Así, en la década de los 50, 60, 70, cuando el cine fue realmente quien alimentó el mantenimiento del teatro, con unos cartelones que tenemos en la exposición, hechos por Pablo Portes, que son con iluminación que imaginarán en los años 50 esas imágenes en una ciudad que no tenía la luz que tiene ahora”. Es decir, continúa Juana María, “la implicación ha sido total entre el AMA, la dirección técnica y la coordinación, para poder localizar cualquier documento que considerábamos que faltaba, a veces no teníamos muchos datos o alguna fecha equivocada… Y esta petición podía suceder a las siete de la mañana o a cualquier otra hora del día y normalmente, la respuesta llegaba en menos de media hora”.

Personal no visible

También explica Navarro que “la exposición respira cierta sensibilidad social, lo he dicho antes en cuanto a ciertos colectivos pero también lo digo ahora desde otro punto de vista, el laboral. Justo detrás del panel central, hecho intencionadamente, está el pilar no visible del teatro, los empleados. Se podía haber acabado en la gente famosa pero no, el teatro genera trabajo y genera oficio. De hecho, hay una parte muy interesante que apareció en una investigación de Juana María que en los años 40 llegó a haber una plantilla fija en el Teatro de más de 50 personas contratadas. Teniendo en cuenta que la ciudad era pequeña, que hubiera tantos trabajadores en el Teatro quiere decir que se apostaba por la cultura como profesión”.

Para Juana María Balsalobre, “la reunión más emocionante e increíble que he tenido respecto a esta exposición fue la mantenida con los trabajadores del Teatro, con el pilar no visible por sus vivencias y su relación con el Principal. También se contó con ellos para los audiovisuales”. Añade Balsalobre que ella ha “visto trabajar a los 6 profesionales durante toda la pandemia y lo han hecho con una sonrisa siempre y con gran generosidad”.

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También es muy importante destacar, explica Balsalobre, que “esta exposición en la que estamos hablando de personas, de la sociedad y de la cultura, todos iban a ser iguales”. Así, nada más acceder, en la entrada a la exposición, tras el telón, “hay un listado con todos los créditos y todos los nombres de quienes, de alguna u otra manera han participado en la muestra, y están todos por orden alfabético”.

Un rigor que se hará extensivo al catálogo, que se publicará próximamente, y que recoge todo el contenido de la exposición en casi trescientas páginas. En su interior también tendrán cabida los textos de 75 palabras sobre el sentimiento ante el Teatro Principal de 175 personas, representativas de todas las áreas sociales. En palabras de Balsalobre, que tardó más de seis meses en recopilar toda esta documentación, “son 75 palabras muy sustantivas e increíbles lo que cada uno expresa y ninguna se repite”. Este libro se depositará y conservará como regalo que la comunidad del teatro hace a la labor del AMA.

Revista El Mensajero de 1847

Explica Juana María que cuando sale en prensa el artículo sobre su nominación como comisaria, comienzan “a llamar al AMA personas que dicen tener algo sobre el Teatro Principal”; y quiere expresar que “los particulares han sido extraordinarios, como la familia de Luis de Castro que ha permitido el acceso a una pieza única, el primer dibujo del arquitecto del Teatro Principal, Emilio Jover Pierron; se trataba de la primera publicidad, una plancha para hacer esas láminas que la revista El Mensajero encargó en 1847 para regalarlas a sus suscriptores. Una joya. En este sentido, el AMA era el encargado de realizar los escaneos, catalogar y poner a disposición de la exposición lo que se necesitara”.

Este dibujo de Jover muestra el Teatro Principal y en la exposición puede verse, explica la comisaria, “cómo era la ciudad en ese momento, en 1847, era una ciudad rodeada de murallas cuando se construye el teatro; lo importante es el plano de planta de mitad del siglo XIX y el plano en alzado de la misma fecha, ahí los visitantes descubren la ciudad porque esa ciudad amurallada no es conocida por los más jóvenes”.

Y tras ver la ciudad, llegamos a la construcción del Teatro, una iniciativa de particulares, de personas. Siempre las personas. Explica Balsalobre que: “Los futuros propietarios del Teatro Principal son comerciantes que van a un barco a ver el género llegado de ultramar. Alicante era una importantísima plaza portuaria. Los comerciantes que suben a la polacra “Constancia” y deciden que se va a construir un nuevo teatro. Lo deciden y lo hacen, cuando bajan del barco saben que cada uno avalará con su parte. Lo primero que hacen es pedir un préstamo; solo les falta el terreno, que el Ayuntamiento les vente por una cifra simbólica”. Continúa narrando Juana María que esta parte de la historia ha conseguido “enamorarla por el valor que tienen las personas, que eran de diferentes ideas políticas, economías, nivel cultural y social, pero que se unen para construir el Teatro Principal y, además, en un tiempo récord, en dos años, una hazaña única a nivel nacional e internacional”.

La historia la hacen las personas. También la del Teatro Principal.

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