Si el rey pudiera hacer lo que quisiera, no sería un Rey sometido a la Constitución; si pudiera opinar y oponerse a las decisiones del Parlamento, no tendría sentido su papel como jefe de Estado. Si alguien piensa que el Rey entonces no sirve para nada que imagine que hoy, en una República, sería jefe del Estado Pedro Sánchez Pérez-Castejón y lo hubieran sido Aznar, Zapatero, etc.
El Rey no está para eso, el Rey no es el responsable de los resultados de las elecciones; no vota, ni de las alianzas o pactos parlamentarios; no es diputado. Los responsables y acertados o culpables, en su caso, somos el pueblo soberano y sus (nuestros) votos, y en este sentido quiero decir que hay que votar con estrategia siempre, hay que pensar en el día después y esas cosas que pasan con las mayorías parlamentarias.
El Rey puede hacer sólo lo que le deja la Carta Magna, si no fuera así sería Luis XVI, no Felipe VI. Ser rey sólo les puede parecer un chollo a indocumentados e ignorantes. En el medievo podría ser mejor ser rey que vasallo pero eso se acabó, la verdad es que si algo nos demuestra la historia es que, por lo que sea, hay pueblos que funcionan mejor con monarquías que con caudillos y mártires de la plebe. España es uno de ellos, sin ninguna duda, y solo hay que estudiar un poco de historia para disipar la realidad de este tema.
La razón parece llevarnos a una lógica en la que la república es más «normal», más justa, más «moderna» y más de futuro. Pero la monarquía, como todas las instituciones, es válida en función de su utilidad y hay que saber que aquí es más útil que en ningún país, ya que si tuviéramos un poco de visión y comprendiéramos nuestro papel geopolítico en el mundo sabríamos que este país descubrió, culturizó y se mezcló con todo un continente, un nuevo mundo que España abrió al viejo mundo y en lugar de estar orgullosa de ello, encabezar esa fuerza inmensa, mejorar sus realidades, estamos aquí mirándonos el ombligo, peleando por el despreciable poder falso de un grupejo de escaños de un tant petit país que no sabe ni lo que quiere ni dónde va, ni para qué y encima nos erigimos como genocidas de pueblos indígenas en un alarde épico de estupidez que nuestros vecinos gabachos y anglosajones no dejan de celebrar desde la perplejidad más profunda.
Solo el papel del Rey de España nos dimensiona en esa asignatura pendiente que algún día espero que descubramos y trabajemos adecuadamente: Nuestra cultura y nuestra acción y papel en el Mundo.
Son los agoreros de siempre de ambos lados, los progres de salón y los paniaguados del inmenso pesebre patrio, los que ven en esta situación actual una oportunidad de destrozar a una institución aleccionando a sabiendas a idiotas indocumentados que no saben lo que puede o no puede hacer el jefe del Estado según la ley y desde la institución que encarna. Y solo hay que leerse la Constitución de 1978, es fácil.
Artículo 62
1. Corresponde al Rey:
- 1. a) Sancionar y promulgar las leyes.
- b) Convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la Constitución.
- c) Convocar a referéndum en los casos previstos en la Constitución.
- d) Proponer el candidato a presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución. e) Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente.
- f) Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes.
- g) Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del presidente del Gobierno.
- h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas.
- i) Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales .
- j) El Alto Patronazgo de las Reales Academias.
Y ver esto no viene mal:
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