Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

“El mundo está muy mal”

Imagen: Gerd Altmann (Fuente: Pixabay).
Cuento que cuentan las abuelas en el autobús.

Llevo unos años visitando más de la cuenta el hospital, primero por los problemas cancerígenos de mi mujer y desde hace dos años por las goteras que, como las casas de campo, con el paso del tiempo voy sufriendo y combatiendo. Nada de coche para ir al médico. Tengo la suerte de que el autobús me recoge en la puerta de casa y me deja en la del centro sanitario. Te libras de la ímproba tarea de encontrar aparcamiento y, con un poco de suerte, te sientas al lado de una señora que se ve que tiene ganas de habar, porque la mayoría de la gente que se sienta a su lado, aunque sea otra mujer generalmente ni te saludan al ocupar su asiento.

“Es que ya no hay educación; se han perdido los modales”, me repiten las señoras en el autobús. Y no sólo pasa en el bus; “es que entran pacientes a la sala de espera de un consultorio y no dan ni los buenos días. Pareciera que fuéramos enemigos o habitantes de otro planeta. No queremos saber nada del de al lado. Y lo mismo pasa, a veces, con las comunidades de vecinos. Y acaso peor, sobre todo si la vecina tiene perro y ladra cuando le viene en gana y no veas si lo hace a la hora de la siesta”.

Hay vecinos y vecinas que no se hablan. Como dicen que ocurre con las ministras socialistas de Pedro Sánchez y las ministra de Podemos también de Pedro Sánchez, al que le dan lo mismo churras que merinas con tal de que le mantengan en el poder, aunque sea de manera interesada. A él no le importa que se llamen ‘pelanduscas’ unas a otras; “que dicen y se dicen y legislan cosas horribles, aunque, eso sí, visten todas como las más famosas modelos de las pasarelas. Se ve que manejan pasta y que no tienen problemas para llegar a fin de mes”, me cuenta una abuela muy repeinada y muy redicha.     

Incluso piensan algunas abuelas que a sus nietos los están maleducando en los centros docentes y mal deben ir las cosas en las aulas y fuera de ellas cuando tantos casos se dan de suicidios y de intentos de quitarse la vida, “pobres criaturas”. ¿Cómo puede haber tantos casos de acoso físico y moral entre menores de edad? Con la proliferación, últimamente, de abusos sexuales con menores de edad de protagonistas; “esto es un gran escándalo”.

Las abuelas del autobús (y las demás) no entienden que no se dedique más dinero y medios de todo tipo para garantizar que la pornografía no llegue a los menores a través del celular, de la tableta, de los demás medios y redes sociales. Que no toman medidas de protección con los menores. Que se está alentando, desde algún ministerio podemita (pero el Gobierno es de Pedro Sánchez), la pederastia. Que los comunistas que gobiernan con Sánchez y gracias a él han convertido la lucha de clases en lucha de sexos, de mil sexos y géneros y familias, para acabar con la naturaleza humana y crear robots humanoides a manejar por los ideólogos de género, marxistas materialistas pornográficos que están acabando con la civilización occidental, la civilización más fabulosa de la historia de la Humanidad; confabulados, además con un capitalismo igualmente materialista, sin que sea fácil establecer diferencias apreciables entre ellos, si es que las hubiera.

“Les dan más derechos a los animales que a las personas: lo de los perros, vale si me apuras un poco, pero lo de las ratas no tiene nombre”, me contaba una abuela en el autobús, mientras subrayaba: “Esto no lo arregla ni la Santa Faz, con perdón. Perdón por haberlo dicho, que yo soy muy devota. Fas Divina, misericordia. Y es que ya no hay tampoco sentimientos religiosos. Nos estamos animalizando. A lo mejor es lo menos malo que nos puede pasar por si nos aplican los beneficios que disfrutan los animales y nos niegan a las personas”.

Yo podía adherirme a la abuela del autobús, pero prefiero unirme a la tesis del filósofo ateo británico más famoso del siglo XX, Antony Flew, que, en 2004, tras decenios militando en el ateísmo, hizo público su paso al deísmo, a la existencia de Dios basándose en los avances científicos de última hora. Incluso defendió la narración del origen del universo que hace el Génesis, primer libro de la Biblia. Pero no llegó a convertirse al Catolicismo antes de morir en 2010. Creo que iba por el buen camino, el mismo que les deseo a ustedes: el encuentro con el Dios de los cristianos, el del mandamiento nuevo y eterno: “amaos los unos a los otros como yo os amo”. Estoy hablando de amor, no de odio, que es de lo que hablan y legislan otros para desgracia de todos. Cierto: “el mundo está muy mal”, pero sólo lo arreglará el amor; nunca el odio.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

2 Comments

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  • Yo siempre que voy en el bus intento abrir un conversación con el vecino de asiento, excepto si es una chica guapa, no porque se lo tienen muy creído y puede pensar que es acoso. Ya encabeza el logo que diseñé es la cabecera de la Hoja del lunes. Ha quedado muy bien. Me hace feliz porque aunque, una o dos semanas no publique, estaré presente con el logo. Un abrazo tocayo.

    • Es un logo muy bonito, querido tocayo. Te felicito. Tenemos que seguir hablando a la gente en el autobús y fuera de él. Hay demasiados ‘discurseros’ ideologizados y pocos ‘dialogantes’ con ideas. Un abrazo.