Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

El modelo urbanístico y las personas mayores

Fotografía: Centre for Ageing Better.

En junio de 1993, la Asociación Gerontológica del Mediterráneo (AGM), presidida entonces por el profesor Jaime Miquel Calatayud, impulsor de la Gerontología en Alicante y al que muchos de nosotros consideramos nuestro maestro, organizó, en la Institución Ferial de Alicante y en colaboración con las Administraciones Públicas, el “I Simposio Internacional sobre Envejecimiento, Turismo y Salud”, en el que una de sus ponencias se dedicó al  Diseño y Arquitectura de Residencias y Urbanizaciones para las Personas Mayores.

Recientemente, en el Aula de la Ciudad de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante, participamos varios miembros de la AGM en una reunión organizada por José Ramón Navarro Vera, con un enfoque dirigido a un nuevo modelo de ciudad, una ciudad inclusiva, sin distinción de género, edad, o condiciones especiales, dado que la pandemia de la covid-19 ha puesto de manifiesto la situación de vulnerabilidad de las personas mayores y de otros colectivos.

Me gustaría hacer, a este respecto, varias consideraciones que posteriormente pudieran generar debate. En primer lugar, la heterogeneidad del concepto de “persona mayor”. Es un hecho que no todas las personas envejecen igual. La edad biológica, un concepto funcional que puede medirse, no corresponde necesariamente con la edad cronológica. En pocas palabras, hay personas “más jóvenes” y otras “más envejecidas” que lo que refleja su carnet de identidad. Por otro lado, debemos tener en cuenta el binomio envejecimiento–enfermedad, dado que las enfermedades crónicas que evolucionan hacia una dependencia funcional se asocian más frecuentemente a una edad avanzada.

Fotografía: Miroslav y Joanna Buchok (Fuente: Pixabay).

El entorno urbano, la ciudad, el barrio, deben ser “para todos”; lo que se ha dado en llamar “ciudades amigables”. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud señala que una ciudad amigable con la edad debe adaptar sus estructuras y servicios para que sean accesibles e incluyan a las personas mayores con diversas necesidades y capacidades.

Es necesaria la cobertura de las necesidades básicas para toda la población, con independencia de la edad y de situaciones de diversidad funcional. De la necesidad de subsistencia, de alimentación, de vivienda, de vestido, de salud, especialmente de los grupos con riesgo de vulnerabilidad social y pobreza. El acceso a la información para promover la igualdad de oportunidades, evitando la marginalidad. La necesidad de la accesibilidad física, social y cultural, de la convivencia y la participación.

Por otro lado, es también necesario atender las necesidades específicas de las personas mayores de riesgo y de los pacientes geriátricos. La necesidad de una atención geriátrica especializada, de una atención integral e integrada en sus aspectos clínicos, psicológicos, sociales y funcionales. De promover los Servicios de Geriatría y coordinar los distintos niveles de atención (primaria, especializada, hospitalaria, domiciliaria, de larga estancia residencial).

Fotografía: Centre for Ageing Better.

La situación vivida con la pandemia de la covid-19 ha puesto de manifiesto de forma dramática lo que ya sabíamos; es necesario abrir un debate serio, técnico y profesional, alejado del debate político, de las ideologías partidistas y de los intereses de los lobbies de presión, sobre el modelo de atención a las personas mayores, y no sólo del modelo residencial, que también y de forma muy especial, sino a todos los niveles en el contínuum asistencial. Un debate donde la participación de las personas mayores es fundamental; conocer dónde y cómo quieren vivir y ser atendidos. Poco se ha hablado de las personas mayores que viven solas en su domicilio, de las carencias evidenciadas y de la cobertura de sus necesidades durante la situación de confinamiento.

Existe, por otro lado, una elevada demanda de plazas en residencias para personas mayores, condicionada por múltiples factores: el cambio del modelo social de cuidados, los recursos asistenciales organizados como compartimentos estancos, el escaso desarrollo de la atención y soporte en el propio domicilio. En este sentido, si las estimaciones indican que sólo un 7-10 % de las personas mayores desean y serían subsidiarias de vivir en un centro residencial, tal y como está concebido en el momento actual, resulta necesario desarrollar modelos de atención integral en el propio domicilio; modelos integrados en el entorno urbano del barrio, de la ciudad.

Las políticas públicas deben ser capaces de cubrir las necesidades básicas y específicas anteriormente mencionadas de los grupos de población con necesidades especiales, de las personas en situación de dependencia, de las personas con diversidad funcional y de aquellas en riesgo de exclusión, con un trabajo compartido y en red. Y es responsabilidad de los políticos desarrollar dichas políticas. Y es todavía mucho lo que queda pendiente por hacer.

Fotografía: Truthseeker08 (Fuente: Pixabay).

Promover y reforzar la atención domiciliaria, lo que garantizaría una asistencia integrada en la comunidad y en la vida de la ciudad. Proporcionar una atención continuada en base a las necesidades de la persona evitando la rigidez de los recursos asistenciales. Revisar el modelo residencial para adecuarlo a las necesidades reales de los residentes, tanto para la atención a las personas con altas necesidades por su situación de dependencia, como para las personas autónomas que opten por vivir en el medio residencial y para la integración de la vida de la residencia en la vida de la ciudad. Establecer el modelo de atención sanitaria residencial, muy debatido durante esta pandemia, lo que implica un debate trasversal sobre aspectos como integración de los recursos sociosanitarios, convenios colectivos, tablas salariales, formación especializada…

En este debate, que adecúe los recursos y el modelo asistencial a un entorno urbanístico amigable, garantizando la calidad de vida de las personas mayores, las Administraciones Publicas siempre podrán contar con la colaboración de la Asociación Gerontológica del Mediterráneo.

Álvaro Prieto Seva
Doctor en Medicina. Especialista en Geriatría
Miembro de la Asociación Gerontológica del Mediterráneo

Asociación Gerontológica del Mediterráneo

La Asociación Gerontológica del Mediterráneo (AGM) fue creada en 1989 y está formada por un equipo de profesionales de diferentes ámbitos con el objetivo común de impulsar iniciativas enfocadas a un envejecimiento positivo, activo y saludable.
La AGM trabaja por una sociedad inclusiva y amiga de las personas mayores y los valores que acompañan su andadura son el desarrollo, implicación, colaboración y apoyo en áreas estratégicas como: envejecimiento positivo, envejecimiento activo y saludable, calidad de vida y envejecimiento, nutrición y dieta mediterránea en el envejecimiento, factores protectores para un envejecimiento saludable, salud y envejecimiento, formación y aprendizaje a lo largo de todo el ciclo vital, estrategias ante el deterioro cognitivo y la patología neurodegenerativa y las nuevas tecnologías orientadas a un envejecimiento de calidad.
La página web de la AGM es: https://asogeromed.es/ y el correo para solicitar información: info@asogeromed.es.

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  • Gracias por el artículo. Son nuestros políticos son los únicos que pueden y deben implicarse en el desarrollo de nuestra pervivencia con planes de pensiones dignas, ayudas, arquitectura, burocracia, residencias y gereontologia adecuada a nuestra evolución física y mental. Las personas mayores somos vulnerables. Las personas mayores vivimos una «tercera juventud». Los ancianos son los que dependen de otras personas o familiares para subsistir. Todos/as vamos algún día a envejecer.

  • El doctor Prieto Seva ha puesto el dedo en la llaga de la falta de planificación geriátrica en nuestra Comunidad. Recientemente, la Conselleria de Sanitat ha hecho publico el «Marco Estratégico para la Atención Primaria» que esta lleno de goteras. Ni siquiera el Colegio Oficial de Médicos de Alicante ha aplaudido su puesta en marcha y la Asociación Gerontológica del Mediterráneo se expresó en la Comisión de Sociedades Científicas del COMA y en prensa, exponiendo lo absurdo de algunas medidas y el evidente «hueco» asistencial en el campo del mayor, anciano o como se nos quiera llamar a quienes tenemos mas de setenta años. La falta de geriatras, en nuestro primer nivel asistencial, margina a los mas mayores. Gracias Dr. Prieto por expresarlo en este artículo.