Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Caminando con la historia

El mito del chupacabras

Chupacabras según Jeff Carter en How stuff works (Fuente: Wikimedia).

Otra de las leyendas es la del misterioso monstruo chupasangre del ganado cuyos inicios se remontan a los años 90 en Puerto Rico y ha capturado la imaginación de personas en todo el continente americano. La primera persona que dijo haber visto al chupacabras fue Madeylen Tolentino, en Canóvanas, al este de Puerto Rico, tras la que, posteriormente, lo vieron por toda la región dando inicio a esta leyenda que pronto se extendería y que dependiendo del lugar sus  descripciones varían significativamente a lo largo del tiempo, lo que ha contribuido a su misterio y atractivo en la cultura popular.

El chupacabras era representado en sus orígenes como una criatura bípeda, de entre 1,20 y 1,50 metros de altura, con grandes ojos color gris verdoso, púas a lo largo de su espalda y unas largas garras. Su cuerpo al estar de pie o saltar guarda cierta similitud con un canguro. Es posible que tuviera una gran influencia e inspiración en la película de terror y ciencia ficción de 1995, dirigida por Roger Donaldson, Species, ya que las iniciales descripciones se asemejan bastante.

En países centroamericanos y sobre todo en México el chupacabras tuvo un gran impacto. Aquí se describe como un  animal cuadrúpedo, muy parecido a un perro sin pelo, reflejando una evolución hacia una criatura más canina que coincidió con la legislatura de Carlos Salinas de Gortari. La rápida difusión de la leyenda se vio facilitada por la cobertura mediática y, más tarde, por Internet, permitiendo que las historias y avistamientos se compartieran rápidamente entre diferentes comunidades y que todavía podamos ver videos del noticiero de Javier Alatorre donde filma animales muertos en diversos estados como Baja California, Tamaulipas, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Durango, Querétaro, Puebla y Veracruz.

También se habló del chupacabras relacionándolo con los numerosos ataques al ganado en la ciudad chilena de Calama, donde se especuló que podrían deberse a perros salvajes. También en Argentina, una serie de mutilaciones del ganado fueron atribuidas a zorros aunque inicialmente se asociaron con el chupacabras.

Ya en el continente norteamericano, en el estado de Texas, ha sido relacionado como coyotes o perros con sarna, lo que les da una apariencia extraña, y sin pelo. El mito se extendería hasta China, Rusia y Filipinas, o islas como la de Maine al noreste de Estados Unidos, adaptándose a los contextos culturales locales y mezclándose con otras creencias y leyendas.

¿Pero qué hay de cierto y qué es ficción detrás de la leyenda del chupacabras?

La gran mayoría de los supuestos avistamientos han sido descartados o nunca han podido ser confirmados debido a la falta de pruebas.​ En casi todos los casos se ha verificado repetidamente que las criaturas identificadas como chupacabras son en realidad perros o coyotes enfermos de sarna.

Los medios de comunicación, televisión, cómic, videojuegos y películas han tenido mucho que ver en la cobertura mediática sensacionalista y en la propagación y persistencia del mito del chupacabras. Por ejemplo, en 2023 el cineasta mexicano Jonás Cuarón lanzó una película titulada Chupa, ofreciendo una nueva perspectiva, con aventuras infantiles y sobre el compañerismo, sin olvidarnos que ha sido utilizado como atracción turística, con tours basados en la leyenda.

El mito del chupacabras representa un fascinante ejemplo de cómo las leyendas modernas pueden surgir y evolucionar en la era de la información global. Desde sus orígenes en Puerto Rico hasta su expansión internacional, el chupacabras ha capturado la imaginación de millones de personas, reflejando miedos y ansiedades contemporáneas combinado con fascinaciones de diferentes culturas.

Jorge Monreal

Natural de Madrid y dianense de adopción, estudié Educación Física (INEF) y toda mi vida ha estado vinculada a la nutrición y alimentación para el alto rendimiento deportivo, aunque mi vocación siempre fue el periodismo, así que con la ayuda de la Universidad de Barcelona logré tener el grado de comunicación además de otros estudios paralelos como Máster de Comunicación Empresarial y Corporativa en la Universidad Isabel I, un posgrado en Publicidad y Relaciones Públicas y un MBA en una escuela de negocios en Florida.

Lo importante es que soy una esponja para el periodismo y su historia, presente y posibles escenarios de futuro. Formar parte de la familia periodística y más concretamente de la APPA ha sido un verdadero honor al que espero poder contribuir engrandeciendo la Asociación y buscando un futuro próspero como profesionales y comunicadores, aunque tenemos que reconocer que en España nos queda un gran trabajo.

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