Se ha instalado el cielo en lo alto de la cúpula de la Basílica de Santa María de Elche, y el Cadafal o escenario donde transcurrirán la mayoría de los pasajes de este drama con seis siglos de antiguedad. El Misteri d’Elx está preparado para afrontar nuevas representaciones este año, en el que se ha cumplido el XV aniversario de su declaración por parte de la UNESCO como Patromonio Oral e Intangible de la Humanidad. Además, un año en el que el Patronato del Misteri ha abierto su participación a la mujer con la designación de tres mujeres en los cargos electos, tres periodistas ilicitanas entre las que me encuentro. Ello supone, por un lado dar visibilidad al papel de la mujer en la Festa, y por otro un reconocimiento a los periodistas que, año tras año, informan de este acontecimiento único en el mundo.
El papel de los Caballeros Electos, ahora Cargos Electos, es fundamental. Ocuparemos los sillones preferentes al final del andador, junto al cadafal e iniciaremos el cortejo con los cantores portando sendas varas doradas como signo de autoridad. Desde mediados del siglo XVI era el Ayuntamiento el encargado de elegir entre los concejales estos cargos cada 21 de junio, en la misma sesión en la que se nombraba al juez de aguas de la Acequia Mayor de la ciudad, para preparar la Fiesta de agosto. Los Electos atendían todos los detalles de la celebración, y en el momento de la representación eran los encargados de introducir a los diferentes personajes que esperaban en la ermita de San Sebastián, el momento oportuno de su participación. Tenían también, por tanto, una función de transpuntes escénicos que se ha mantenido simbólicamente al llamar a escena, aún hoy en día, a San Juan en la primera jornada y a Santo Tomás en la segunda.
El Portaestandarte es el encargado de portar el guión o estandarte de la Virgen de la Asunción en la procesión del 15 de agosto. Hasta el siglo XVIII esta misión corría a cargo del administrador de la «arroba del aceite», limosna dedicada a la Virgen y sus festividades. Tras la desaparición de dicha administración, el Consejo elegía al Portaestandarte entre las familias nobles de la ciudad, alternando entre los aristócratas de sangre y de estudios. Actualmente, los cargos representan un reconocimiento honorífico para quienes los ostentan cada año.
El Misteri d’Elx es un drama asuncionista que se remonta al siglo XV siendo la única representación teatral que continuó celebrándose en un templo cristiano tras conseguir la bula papal de Urbano VIII en 1632, después del concilio de Trento. Su valor histórico y cultural es incalculable, ya que ha sido capaz de conservarse a lo largo de los siglos, desde los cantos a los movimientos escénicos, pasando por el escenario o la tramoya.
El Misteri presenta un conjunto de valores que lo hacen singular, a su excepcionalidad por el hecho de haberse mantenido vivo desde la baja Edad Media, a lo que hay que añadir una serie de factores artísticos como son el texto literario relativamente breve y una música que une cantos monódicos más antiguos con otros polifónicos y una compleja tramoya que permite realizar apariciones celestiales desde la cúpula del Templo a 25 metros de altura, mediante aparatos aéreos. Los estudidos realizados en los últimos tiempos sobre el teatro medieval, han puesto de manifiesto la importancia que la parte misteriosa, sorprendente y espectacular tenía en este tipo de manifestaciones. El Misteri como muestra de este tipo de teatro se ha mantenido ininterrumpidamente. Es el ejemplo vivo de estas afirmaciones documentales, tanto en los elementos teatrales terrestres como aéreos.
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