Con la llegada del verano todos queremos lucir un buen bronceado y no solemos tomar las precauciones necesarias para que nuestra piel no sufra las radiaciones solares. Según el informe “Las Cifras del Cáncer en España 2017” de la Sociedad Española de Oncología Médica, el melanoma maligno de piel ocupa la séptima posición entre los tumores más prevalentes en la población general, y la cuarta posición entre los tumores que afectan a mujeres, como han expuesto fuentes de la Universidad de Alicante.
En España es recomendable utilizar un producto de protección solar de factor 30 durante todo el año y de 50 en verano, además de no prolongar el tiempo de exposición al sol. A pesar de la gran cantidad de información que existe y las distintas campañas de concienciación, la mayoría de la población no se protege adecuadamente de las radiaciones solares. De hecho, en zonas de alta exposición como Alicante se debe aplicar crema protectora durante todo el año.
La importancia del melanoma reside, más que en su frecuencia, en su rápido aumento en países desarrollados desde los años 50 y a que este aumento está relacionado directamente con la exposición solar por motivos estéticos y de ocio.
La piel es el órgano más grande del cuerpo cuya misión principal es la de protegernos de la temperatura, del sol y de las infecciones. Recoge las sensaciones de temperatura, el tacto y el dolor. La capa más externa, la epidermis, está en continua descamación porque sus células se dividen y reemplazan continuamente. Por debajo, hay otra clase de células llamadas melanocitos que producen melanina que es el pigmento que da color a la piel.
Cuando recibimos los rayos solares, estas células producen más pigmento, con lo cual la piel se broncea y se oscurece. Por otra parte, cuando las células tumorales, con capacidad de invadir los tejidos sanos de alrededor y de alcanzar órganos alejados e implantarse en ellos se originan a partir de los melanocitos, hablamos de melanoma.
Melanoma es el nombre genérico de los tumores melánicos o pigmentados. A pesar de que la mayoría de los melanomas se originan en la piel, por ejemplo en el tronco o en las extremidades, también pueden aparecer en otras superficies del cuerpo (como la mucosa de la boca, del recto o de la vagina, o la capa coroides del interior de nuestros ojos). Cuando el melanoma comienza en la piel, la enfermedad se denomina melanoma cutáneo.
En España se diagnostican unos 3.600 casos anuales. Como en el resto de Europa, es un tumor más frecuente entre las mujeres (2,7% de los cánceres femeninos) que entre los hombres (1,5%). La incidencia en nuestro país se puede considerar alta, con un ascenso muy importante, especialmente desde los años 90. Se registran casos prácticamente a cualquier edad, aunque la mayoría se diagnostican entre los 40 y los 70 años. Alrededor del 81% de los casos se localizan en países desarrollados y las personas que se exponen de forma excesiva a las radiaciones ultravioletas tienen un mayor riesgo de contraer cáncer de piel.
Demasiada exposición a la radiación ultravioleta
El principal responsable del melanoma es la radiación ultravioleta, fundamentalmente por exposición inadecuada al sol o a otras fuentes artificiales, como las lámparas bronceadoras de ultravioletas. Estas radiaciones ultravioletas actúan sobre la piel predisponiendo la aparición de tumores cutáneos.
Se ha observado que el melanoma aparece con más frecuencia en zonas del cuerpo expuestas al sol y que hay mayor número de melanomas en latitudes más cercanas al ecuador. Por ejemplo, Australia es el país con mayor incidencia de melanoma debido a que la mayoría de la población tiene la piel clara y la latitud condiciona una gran exposición solar. Las personas que se exponen de forma excesiva a la luz de las lámparas de cabinas bronceadoras tienen también mayor riesgo de contraer cáncer de piel.
Género
No hay predilección por sexo, su incidencia es similar en hombre y mujeres, sin embargo, la localización suele ser diferente: en las mujeres jóvenes predomina en miembros inferiores y en los varones más mayores en tronco, cara, cuello y hombros. La distribución de las localizaciones puede tener relación con las áreas de piel expuestas al sol, según las modas en el vestir.
Características personales que predisponen a presentar esta enfermedad
El color de la piel es importante para determinar el riesgo de melanoma. Por ejemplo, el riesgo de aparición de melanoma es 20 veces mayor en personas de raza blanca que en las de raza negra. Dentro de la raza blanca el riesgo varía en función del fototipo.
El fototipo de cada persona depende de la capacidad para broncearse, del color de la piel, cabellos, y de los ojos. Las personas con mayor propensión a las quemaduras solares, que casi nunca se broncean con el sol, tienen un fototipo bajo y más riesgo de melanoma.
Síntomas
Los melanomas por lo general no son dolorosos. La primera señal del melanoma con frecuencia es un cambio en el tamaño, forma, color, o sensación de un lunar existente.
Los melanomas también pueden aparecer como un lunar nuevo, negro, o anormal. Los síntomas son el resultado del crecimiento incontrolable de células cancerosas. Es importante recordar que la mayoría de personas tienen lunares, y casi todos los lunares son benignos.
En los varones suele aparecer en el tronco o la región de la cabeza o el cuello, mientras que en las mujeres suele aparecer en brazos o piernas. Es necesario consultar al dermatólogo cuando se observen cambios en un lunar. La regla del ABCD nos puede ayudar a distinguir un lunar normal de un melanoma:
A: Asimetría: que la mitad de un lunar no es igual que la otra mitad.
B: Bordes irregulares: bordes desiguales. Irregulares, borrosos o dentados.
C: Color: los colores más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados sobre lesiones de color negro.
D: Diámetro: cuando el lunar mide más de 6 milímetros o aumente de tamaño (mayor de 6 mm.)
Es importante recordar que la piel tiene memoria, el daño producido por la exposición al sol es acumulativo.
Diagnóstico precoz
Uno de los primeros signos de alarma para detectar este tipo de enfermedad es una herida que no cicatriza o la aparición de nuevas mancha en la piel, de ahí que sea importante concienciar e informar a la sociedad sobre las autoexploraciones y la exploración clínica por parte de los profesionales de atención primaria. Así, conscientes de que un diagnóstico precoz es una garantía de éxito, el Grupo de Investigación de Ingeniería Bioinspirada e Informática para la Salud (IBIS) de la Universidad de Alicante ha desarrollado un sistema que ayuda en el reconocimiento del melanoma a través de las características visuales de una imagen de la lesión. Esta herramienta, ya patentada, se puede usar de forma automática para decidir con qué urgencia remitir a un paciente al dermatólogo.
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