Orihuela y Hércules se repartieron un punto cada uno en este partido disputado en la matinal del Día de San Valentín. Jornada catorce. Se disputó el encuentro en la capital de la Vega Baja y supuso el estreno del tercer entrenador en lo que va de temporada, el madrileño Manolo Díaz. El punto es escaso e insuficiente para las pretensiones de unos y otros. Partido entretenido por lo incierto del resultado, pero plano y previsible. El Orihuela jugó con sus armas, la batuta de Chechu Flores, su fortaleza en defensa, a parar al Hércules con sus dos líneas de cuatro, y aprovechar la estrategia a balón parado. En el Hércules hacen falta más jugones y menos bloqueadores, menos fuerza y un poco más de arte e ingenio a veces no viene mal. Hay que regatear, hacer la diagonal, meter pases entre líneas, y tener un concepto de fútbol vertical, y eso no sale.
Dos jugadas a balón parado, calcadas, propiciaron los goles, ambos de cabeza. Al Orihuela en algún momento le dio miedo irse a por el partido, y el Hércules lo afrontó en casi toda su segunda mitad en inferioridad, por la expulsión del herculano Erice, primero por protestar y segundo por entrada poco ortodoxa. Alguien debería decirle al nuevo técnico Manolo Díaz que en el banquillo se sienta un tal Diego Benito, cerebro del equipo en pasadas temporadas que, cuando no está Moyita, bien podría darle sentido a la creación de juego en el centro del campo. Todo lo bueno que hace el francés Appin carece de sentido si a su lado tiene a otro jugador de sus mismas características. En su primera alineación, Manolo Díaz prescindió de Teo Quintero, pudo contar con los centrales Tano y Moisés, cambió a Benja por Buenacasa en la punta de ataque, incluyó como enganche al joven David Sánchez que aportó muy poco y, como la pasada semana, se quedó en casa el lateral alicantino Nani. Debe ser que toda la culpa de lo que le viene pasando al Hércules es de él. Su puesto fue para el recién incorporado Alex Martínez, pese a su inactividad tiene oficio y posicionamiento sobre el campo, pero su proyección en ataque es mucho menor que la de Nani, que llegado el caso sube, hace de extremo y centra. A continuación, le dedicaremos capítulo aparte.
Orihuela 1 – Hércules 1
Puesto que es “Orihuelica del Señor”, tierra de tradición católica, donde existe un seminario y donde se han gestado muchas vocaciones, que han alumbrado posteriormente muchos curas, algunos incluso de enjundia y alto rango. Me tomaré esta licencia que a continuación llega; EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 6, 1-6
La Biblia pone en boca de Jesús las siguientes palabras: “De cierto os digo, que ningún profeta es aceptado en su tierra, un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su propia casa”.
Qué fácil es señalar con el dedo y cargar ciertas culpas de la situación actual a un chico joven y de la ciudad, con una tremenda proyección y futuro en este mundo del fútbol. Dicen que algunas jugadas de peligro del rival llegaron por su banda. ¿Y qué? Tantas cosas han llegado por tantos sitios. Cuántas veces tiene mayor favor y derecho el último en llegar de fuera que el propio hijo de la casa.
El partido comenzó para el Hércules, exactamente en el minuto nueve, justamente cuando el club orcelitano les metió el gol, que les adelantaba en el marcador y se dieron cuenta que iban perdiendo por uno a cero. Relajo o falta de tensión, o de concentración, lo cierto es que Ferran Giner botó magistralmente una falta estúpida de Raúl, y de forma impecable, el defensa Lolo Pavón impactó un certero y potente cabezazo a la red, que sorprendió a Falcón. Les funcionó la estrategia. A partir de ahí nada en las áreas, excepto eso. El Hércules comenzó a intentarlo y dominaba con mayor voluntad que el Orihuela que incluso se replegó, pensando que había encontrado petróleo, pero los de Alicante se estrellaban contra medular y defensa sin pasar del área rival. El Orihuela no estaba siendo ambicioso, y el Hércules colgaba y colgaba balones, como único recurso. El centro del campo visitante carecía de ingenio y creación. Pudo haber premio al borde del descanso, en el minuto cuarenta y tres, Pedro, hoy más inspirado, lanzó un fuerte derechazo que impactó en el pecho del meta local, y salió repelido. El Hércules llevó el peso de la primera parte, pero no generó.
Tras la reanudación todo empezó como acabó, con un Hércules al que no le quedaba otra que ir a por el partido, y un Orihuela con mucha cautela que le esperaba y salía al contragolpe. Entonces transcurridos solamente seis minutos llegó un trance crucial e importante. El medio centro vasco del Hércules Jon Erice, que había visto una tarjeta absurda por protestar en la primera parte, hizo otra estupidez, sacó el brazo a pasear en un salto por la disputa de un balón, delante del colegiado balear, que ayer arbitraba. Otra amarilla, expulsión y en inferioridad numérica hasta el final.
Afortunadamente antes de que pudiera llegar el desconcierto llegó el gol herculano. También de falta, y funcionó la estrategia. Pedro bota al centro del área una falta y remata el central Moisés en su reaparición, giro perfecto de cuello y gol por encima del portero y por debajo del larguero. Díaz comenzó a mover el banquillo, Abde por Borja, y Buenacasa por Benja.
Precisamente Buenacasa la volvió a tener, como tantas veces, como en tantos partidos para haber resuelto. Pero ya lo dijimos, el gol no es lo suyo pese a ser delantero. En el minuto sesenta y ocho le sirvieron un balón a la cabeza que al menos debería haber ido dirigido entre los tres palos, pero ni por esas. Quizá hubiese sido resolutorio pese a jugar con diez. En los siguientes minutos llegamos a presagiar antes el segundo gol del Hércules que el de los locales, pero no fue así. El Hércules fue plano en su desarrollo del juego y previsible. E incluso menos mal, porque en las postrimerías del partido, llegó el susto que nos hubiese dejado cara de tontos, un pase desde la línea de fondo se paseó por delante de la portería, ya con Falcón a contrapié y nadie fue capaz de rematar. ¡Menos mal!
Quiso Dios, o la Virgen, o San Valentín, o los curas, o la Santa Faz, o la Divina Providencia, que en este caso los resultados no jugaran muy en nuestra contra en esta jornada, en relación con el resto de rivales, tanto parejos como perseguidores. Ganó el líder Ibiza, que va a lo suyo, perdió La Nucia en casa frente a Peña Deportiva, y el Atco. Levante nos hizo el favor de vencerle al incómodo Alcoyano, lo que le deja con veintidós puntos. Nosotros tenemos veintiuno.
En el único partido que se jugó por la tarde, el Villarreal B, y el Atzeneta se repartieron los puntos, con un empate a cero en la ciudad deportiva. El equipo castellonense ocupa la tercera plaza con veintiún y el Hércules es cuarto, aunque con los mismos puntos, pero fuera del podio. De todas formas, del mal el menos, pudo ser mucho peor, de haber vencido tanto Alcoyano como Villarreal.
Al término del partido, el nuevo técnico, Manolo Díaz, reconoció la insuficiencia del punto obtenido, asumió falta de concentración y sorpresa en el gol recibido casi al inicio y puso en valor el resultado por haber jugado casi la mitad del encuentro en inferioridad por la expulsión de Erice.
Y por si faltaba algo el próximo choque podría ser otro, pero no lo es, visita el Rico Pérez el líder Ibiza. Virtualmente ya es campeón, pero cuanto más sume mejor para sus intereses de la segunda fase de esta liga. Nos lo pondrá realmente difícil.
Siguiendo por la vía espiritual, ojalá a final de temporada no haya que elevar una oración al más allá por todo el desajuste y desorden orgánico y estructural creado entre unos y otros que diga algo así como: “ENTRENADOR DAVID G. CUBILLO, QUE ESTÁS YA EN LOS CIELOS DE MADRID, ALABADO SEA TU NOMBRE, VENGA A NOSOTROS TU REINO…”.
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