Normalmente nunca sale bien aquello de hacer “Cuentos de la lechera”. A lo largo de la semana se especuló con la probable victoria del Hércules sobre el Alcoyano y la obtención de un mayor rédito. Los posibles tres puntos adquirirían valor de seis. Los tres sumados más el hecho de no sumar el rival, que era quien nos pisaba los talones. La conjetura quedó simplemente en eso. Hércules y Alcoyano hicieron tablas, cada equipo se repartió un punto, y todo quedó más o menos igual. Igual por la parte alta, excepto que el Ibiza cada día se aleja más y se afianza en la primera posición.
Partido feo, partido sin extremas emociones, ni claras ocasiones de gol. Fútbol de rompe y rasga, de balonazo y tentetieso y eso sí, todo un derroche físico por ambos lados. El primer encuentro de la segunda vuelta, la jornada diez, varias bajas en el Alcoyano, que a la postre no se notaron en cuanto a su efectividad. Y baja sorpresa de última hora en el Hércules, de Moyita. Nos dijeron molestias musculares, expresión muy socorrida. Sea lo que fuere su ausencia se dejó notar. En la sala de máquinas, faltó un arquitecto, un creador de centro del campo. En el banquillo, Diego Benito se quedó mirando el palomo, parece que no goza de los parabienes de García Cubillo. Mañana soleada, no hacía frío, catorce grados a las doce del mediodía y subiendo. ¡Qué placer, qué dicha! Comparado con las jornadas pasadas.
Hércules 0 – Alcoyano 0
Comenzó el partido con otros cincuenta aficionados repartidos por la tribuna, esta vez los agraciados lo fueron por sorteo, entre aquellos que cuentan con el abono compromiso. Cincuenta localidades ocupadas y treinta mil vacías, todo ello en un recinto al aire libre. Si acudimos a cualquier gran superficie de la periferia de la ciudad, o a cualquier gran supermercado del centro urbano con seguridad la cifra se multiplica por hasta diez en algunos casos. El pasado sábado adquirí una prenda de vestir en una céntrica tienda de Alicante de una conocida firma de ropa y, en instalaciones cerradas, entre empleados y clientes éramos más de ochenta… Esta incongruencia alguien debería explicarla. Sin ingresos por taquilla resulta casi inexplicable que siga habiendo fútbol en Segunda B y en Tercera División. De no ser por empresarios mecenas y por otros intereses, unas veces loables y otras veces espurios, lo lógico sería que en estas categorías la mitad de los equipos se hubiesen retirado ya de la competición.
Es una evidencia palpable que el covid-19 galopa a sus anchas en esta tercera ola, pero también parece evidente que la solución no pasa por tomar medidas de este tipo que criminalizan por igual deporte y espectáculo.
Del partido casi me aburre contarles. Presión muy alta del Alcoyano, que fue dominado por el Hércules en la primera mitad y se defendió, pero que hizo una mejor segunda parte. Tanto que, durante ese periodo, si bien es cierto que no fueron acciones exageradas de gol, sí es cierto que el balón estuvo más en área herculana, como también es cierto que la mayor posesión fue de los vecinos provinciales, mientras que el Hércules tuvo que defender y aprovechar contragolpes. En la segunda parte el Hércules pareció más visitante que local. También es cierto que, por una clara falta de apuesta por el ataque por parte del técnico herculano. Para ganar hay que apostar en cualquier juego. Por ejemplo, cuando comenzó el carrusel de cambios en la segunda parte, el delantero Buenacasa y el delantero Benja no coincidieron en el campo ni veinte minutos. Cubillo lo porfía todo al dominio, a la contundente defensa y a la ocasión que llegará. Pero no llegó.
A mitad de la primera parte, Buenacasa cedió de cabeza para David Sánchez, éste entre un mar de piernas y con la posición perdida no alcanzó a ser certero. Poco más y menos entre los tres palos.
De todo el vaivén de la segunda mitad hay que quedarse con dos acciones idénticas, pero una en cada área. Dos esbozos esporádicos, que de no haber encontrado la buena respuesta de los cancerberos podían haber terminado en gol. Al inicio de la segunda mitad, centro chut por la izquierda del Alcoyano, el tiro se envenena y Falcón despeja a córner con muchos apuros. Y en el sesenta y tres, repite la acción a favor del cuadro alicantino, Borja, otro centro chut, que entraba alto, a tres dedos por debajo del larguero, mucho más envenenado que en la acción anterior. Con más apuros el meta visitante, José Juan, despeja. Todavía en el ochenta y tres, Pedro, que había entrado en la segunda mitad, tuvo una de buen disparo a pase de Nani, el portero volvió a cumplir.
Tal y como se desarrolló la función, al final unos y otros parecieron dar por bueno el punto. Cierto es que el Alcoyano sumó uno, pero el Hércules perdió, o dejó de sumar dos, lo que le hubiera supuesto la victoria.
Sala de prensa
En la comparecencia ante los medios tras el partido, estaba muy satisfecho el técnico visitante Vicente Parras. Hizo un buen análisis del partido con dos fases bien diferenciadas. Una primera y una segunda en la que, con la ayuda y acierto de los cambios, ocuparon más espacios. Dijo ser un buen punto frente a un buen rival, ensalzó no haber notado las bajas que traía en demasía, y a preguntas del personal tuvo una referencia para el partido de Copa del Rey del próximo miércoles frente al Real Madrid en Alcoy: “Vamos a disfrutar en El Collao frente al Madrid, y a ver qué pasa”. Nosotros no podemos más que sentir sana envidia.
Cubillo por su parte habló de una primera mejor mitad, como su homólogo. Problemas en el segundo acto con algún jugador tocado, reconoció ese dominio visitante y finalmente casi se mostró, no agradecido, pero sí conforme con el punto. Dijo que el Alcoyano al final será de los equipos que esté arriba.
El próximo domingo a casa de un colista: Atzeneta, instalaciones de campo modesto, poco menos que un campo de entrenamiento, césped artificial, recién ascendido. Objeciones al estado del terreno de juego, habrá muchas. Mil cosas, pero lo cierto es que habrá que dar la talla. EL HÉRCULES DEBERÁ LLEGAR Y NO LE DEBE BASTAR CON UN PUNTO, SINO LOS TRES.
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