Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

El contramanifiesto, Barcala, Mazón y un gallego sabio llamado M. R.

Fuente: Perfil @alicantepp del Partido Popular en Twitter.
La presentación del candidato del PP a la alcaldía de Alicante tuvo hasta espías entre cortinas.

“Para qué necesitamos ese manifiesto de apoyo si los firmantes son los mismos que votan siempre socialismo”. No eran aún las nueve de la noche cuando una diputada autonómica socialista apareció desde detrás de unos cortinajes de los amplios salones de Juan XXIII y me soltó la frase entrecomillada. Y a renglón seguido, muy seria y con cara de pocos amigos, me alargó la mano y me dijo: “Ahí te quedas porque yo me he cansado de escuchar tanta fanfarronada y tanto ataque al president Ximo”. Segundos después desapareció en busca de su vehículo, aparcado justo detrás del centro comercial Gran Vía, no porque llegara tarde al acto sino porque los tres parkings del restaurante estaban llenos; hubo que competir con otras 1200 personas que abarrotaron los salones del popular restaurante alicantino. Costó sangre, sudor y buenas artes aparcar. Unos lo lograron, otros, como mi informante, no. Por eso se fue cabreada. Y porque el presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, fue el político sobre el que se cebaron los protagonistas de una gala que tuvo de todo, hasta espías surgiendo de entre las cortinas.

Espías socialistas, que los vi, y que abandonaron el acto de presentación de Luis Barcala como candidato del PP a la alcaldía de Alicante antes de que los enfervorecidos fans populares se pusieran en pie para deletrear los himnos de Alicante, Regional valenciano y Nacional, el de España, con el que se cerró el acto cuando los relojes alcanzaban las diez de la noche. Fue entonces, en ese mismo momento, cuando recordé la frase de mi cabreada señora diputada. Para qué sirve, insisto, un manifiesto si todos los firmantes son más socialistas que aquellos a quienes se pretende ayudar. Habrá que preguntárselo al escritor y político, o político y escritor Gerardo Muñoz, que seguro que recuerda sus batallitas valencianas contra los socialistas cuando defendía las siglas del CDS y el buen nombre de su presidente Adolfo Suárez y a su presidenta provincial Esther Padial. ¡¡Pero la memoria es frágil!!

Tres protagonistas se llevaron las palmas y los olés de un auditorio más que convencido del triunfo el 28 de mayo de este año de gracia. Luis Barcala, que consumió, él solito, más de la mitad de todo el tiempo con su discurso, lleno de datos, de promesas, de piropos a la tierra que le vio nacer, de bienaventuranzas para todos los que confíen en la candidatura popular, y para los que no, »faltaría más». Le siguió un envalentonado Carlos Mazón, recién llegado de la ciudad de la sal, y quizá por ello fortalecido en sus deseos de cantar y contar todo lo que no ha hecho Puig y todo lo que va a hacer él ¡que así sea! y para el cierre, el gallego sabio, el expresidente del Gobierno que fue descabalgado de la Moncloa por las malas artes del hoy presidente del Gobierno y un juez al que los Santos Inocentes tengan en la gloria, un M. R. o sea, Mariano Rajoy, que estuvo sembrado, soberbio, con humor ácido, elegante, sin insultos ni fanfarronerías. En una palabra: todo un señor de la política. ¡Cómo se puede decir tanto en tan pocos minutos! Ahí está la clave de un político que no merecía salir como salió de la presidencia del Gobierno y al que Núñez Feijóo, cuando llegue a La Moncloa, si llega, le debe no una, sino muchas. Lo mismo que dos de los tres protagonistas de la noche de ‘Alicante entre todos’: Luis Barcala y Carlos Mazón.

Blas de Peñas

Periodista.

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