¿Cómo funciona el cerebro? ¿Por qué es importante el binomio neurociencia y educación? ¿Cómo aprenden los niños? ¿Por qué las investigaciones y conocimientos del cerebro pueden ser y son tan importantes para transformar la educación? ¿Qué se sabe hasta ahora?
Y… ¿por qué el interés de los pedagogos y profesores por la neurociencia? ¿Tendencia o necesidad?
Comencemos por definir la neurociencia: se trata de una disciplina joven que ofrece información científica sobre procesos cognitivos como la memoria, la atención, el lenguaje, la lecto-escritura, las funciones ejecutivas, la toma de decisiones, la creatividad o la emoción. Dicho de otra forma, nos enseña la forma en que aprendemos las personas.
Desde que nacemos, nos pasamos la vida aprendiendo… procesando información; el cerebro aprende y reaprende. La neurociencia aplicada a la educación es, por tanto, trascendental, al ser un herramienta para perfilar estrategias educativas más eficientes.
Hasta ahora, se ha trabajado en la escuela intentando adaptar el cerebro del niño a la enseñanza que tenemos. Y… ¿por qué no al revés? ¿Por qué no ajustar los modelos pedagógicos al funcionamiento del cerebro?
El ejercicio físico favorece el aprendizaje
La Neuroeducación nace precisamente del trabajo conjunto entre educadores y neurocientíficos; se trata de un un campo de actuación muy reciente en el que las preguntas prevalecen sobre las certezas. Se puede definir como “una visión de la enseñanza basada en el funcionamiento del cerebro”, en palabras de Francisco Mora, doctor en Medicina y Neurociencia y autor del libro “Neuroeducación. Sólo se puede aprender aquello que se ama”.
Y… YA SE SABE QUE:
#Emociones: las emociones positivas son esenciales para el aprendizaje, cuyo motor es la curiosidad; el grado de motivación, algo profundamente emocional y ligado a percepciones subjetivas, también es fundamental para adquirir conocimientos.
#HorasDeSueño: dormir suficiente, en función de la edad, es primordial para la memoria y el aprendizaje.
#Estrés: afecta negativamente al desarrollo cognitivo, social, emocional, memoria, capacidad de autocontrol; de ahí que un ambiente de calma y tranquilidad sea fundamental para los niños.
#JuegoYEjercicioFísico: se aprende con el cerebro y…con el cuerpo. El juego y la actividad física favorecen la memorización y el estudio; el deporte beneficia la plasticidad del cerebro y además permite liberar estrés, influyendo positivamente en el estado de ánimo y en el humor.
#ExperienciasSensoriales: está demostrado que los conocimientos calan hondo si se perciben a través de los cinco sentidos. Percibir el entorno, el mundo que nos rodea, a través de experiencias multisensoriales es muy efectivo.
#NoAlasEtiquetas: los estudiantes que piensan que sus capacidades son flexibles tienen mayor disposición para ampliar conocimientos, asumir y resolver retos.
#TrabajoEnEquipo: la mente se estimula cuando los niños se relacionan con otros, incrementado el grado de motivación y atención. El trabajo en grupo -planteado desde un punto de vista cooperativo, y no competitivo- favorece la empatía y la capacidad de escuchar al otro, entre otras habilidades sociales.
Artículo publicado en educacionon.com
Comentar