¿QUÉ VIERON los viejos profetas pero no describieron en el aislamiento que agudiza la mente —o la hace errar? ¿Oyeron una voz desconocida al oído, vivieron un sueño que otorga despertar y certeza firme como palabra y verdad? ¿CONTARON CON LAS PUNTAS de los dedos los nervios de las hojas leyeron las líneas en la palma de la eternidad? ¿Levantaron sus ojos miopes la oscuridad, reconocieron, en el rostro de la noche los signos, el alba?
Versos de “El Camino”, uno de los tres poemarios que recoge la obra «Tiempo prestado»,
de Germain Droogenbroodt,
publicada en 2022 en Chile. Se trata de la primera parte del poemario “El Camino”.
“El camino carece permanentemente de acción,
sin embargo, no hay nada que no se haga”.
En palabras de Rafael Carcelén, traductor al castellano e introductor de esta obra, el título de la presente colección hace referencia, entre otras, al taoísmo. Unos poemas se podrían catalogar como yin y otros como yang, pero eso sería incompleto como definición.
La colección es más bien un largo poema: una meditación lírica del poeta que estuvo más de cincuenta veces en Extremo-Oriente y también tradujo poesía china y coreana.
En «El Camino» hay referencias a la mitología griega, como por ejemplo al caballo alado Pegaso, que abría fuentes con sus cascos, o a Nix, diosa de la noche e hija de Caos. El poemario contiene también referencias al hinduismo y al Zen, a la «Puerta sin Puerta», una puerta imaginada, por donde hay que pasar para encontrar «el camino». Más de la mitad de los poemas han sido escritos en la India, un hecho que ha dejado sus huellas.
Se puede interpretar “el Camino” como el camino del hombre, su pasado, su presente y su futuro imprevisible. Pero, ante todo, es el camino del poeta mismo, su experiencia personal con las diversas culturas, religiones y filosofías, donde el pensamiento occidental se encuentra en armonía con las antiguas ideas orientales, puestas en su contexto antiguo o en uno nuevo, contemporáneo y existencia.
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