La Vega Baja, Benidorm, Xàbia y Torrevieja se convierten en las zonas más castigadas por la salida del Reino Unido de la Unión Europea (el triunfo del “Brexit” en el “viernes negro”) al concentrarse en las costas alicantinas la mayor población de residentes y turistas británicos. La devaluación de la libra, el incremento de la inflación en el país y la consecuente pérdida de poder adquisitivo pone en peligro más de 2.342 millones de euros en la provincia de Alicante, con una incidencia muy negativa en el sector turístico, el inmobiliario, la construcción, los servicios y el comercio exterior. El Reino Unido paga a la vez un alto precio: la fractura territorial, al oponerse Irlanda del Norte y Escocia a la salida de la UE.Los británicos conforman la mayor nacionalidad en la provincia de Alicante, con 86.685 residentes de un total de 364.382 extranjeros que viven de forma permanente en estas tierras. Los bajos precios de la vivienda han convertido a la Vega Baja en “la tierra de promisión” para los británicos y en la actualidad residen en la zona más de 33.000, que hasta ahora vivían al más puro estilo inglés y a sus anchas con un clima más benigno que el patrio.
Sólo en Orihuela y sus dispersas pedanías viven 13.503 británicos, la localidad con mayor concentración de residentes de ese país. Siguen por orden de importancia: Rojales (6.665), Torrevieja (5.995), Xàbia (5.309), San Fulgencio (3.781), Benidorm (3.203), Pilar de la Horadada (3.163), Alfaz del Pi (3.138) o Teulada (2.408). También cuentan con una significativa población británica otros municipios como San Miguel de Salinas, La Nucía, Calpe, Alforfa, Benitatxell y Santa Pola.
Si algo parece claro es que el “Brexit” afectará en gran medida al sector inmobiliario, ya que en el último año se vendieron a los británicos 3.000 viviendas por un importe total de 375 millones, una tendencia al alza en los últimos ejercicios, según el informe de INECA (Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante).
Casas de amigos
Pero el golpe no para aquí, ya que hay que considerar que una gran mayoría de turistas se alojan en viviendas de su propiedad o de amigos, por lo que el deterioro se trasladará al comercio, la hostelería, la venta de coches, los seguros o los servicios médicos por el bajón de la libra y la suspensión de ayudas europeas a estos residentes. De acuerdo con las cifras de INECA, por cada turista británico que viene a un hotel de la Comunidad Valenciana, hay 2,5 que se quedan en casa de un amigo o un familiar.
En este jaque del “Brexit” a la economía alicantina, otro de los sectores perdedores es el turismo, con unas posibles pérdidas anuales de 1.487 millones. La joya del turismo británico en la Comunidad Valenciana sigue siendo la costa alicantina, donde vienen cada año 1,785 millones de los 4,546 millones que nos vistan. El impacto económico por la devaluación de la libra, que podría caer en torno a un 15%, más la inflación ascendente, se hará notar en todos los núcleos turísticos, pero sobre todo en Benidorm.
Otros datos que avalan este desplome nos lo dan las pernoctaciones de extranjeros, ya que el 20,4% del total español lo hacen en la Comunidad Valenciana y un 17,7% de ellas son realizadas por británicos. El gasto medio diario de un turista en España es de 126 euros y el de los británicos asciende a 107 euros, una pérdida que se compensa al quedarse más noches en los hoteles. El impacto en el comercio, salas de fiesta o restaurantes se percibe con nitidez cuando se comprueba que un 24,9% de los turistas británicos se quedan en hoteles; un 38,1%, en viviendas de amigos, y un 23,2%, en su propia casa. En el caso español, los alojamientos de los ingleses en hoteles sube hasta el 45%.
Comercio exterior
En cuanto al comercio exterior, no resulta tan duro, ya que el Reino Unido no es el principal país comercial de
la provincia de Alicante y se encuentra en la cuarta posición en las exportaciones (308 millones), por detrás de Francia (898 millones), Alemania (727 millones) e Italia (427 millones). En porcentaje, esta cifra de los británicos supone el 5,7% del total provincial, aunque habría que añadir un 3% adicional, por vía indirecta a otros países, que al final llega al otro lado del Canal de la Mancha.
En cualquiera de las formas, su salida de la UE se notará en uno de los sectores más dinámicos de la provincia: el calzado. Así, en el pasado año se vendieron zapatos al país por un valor de 137 millones, la principal partida de las ventas al exterior. Otros tres sectores potentes de la exportación son las legumbres y hortalizas (31 millones), frutas (21 millones) y aluminio y sus manufacturas (14 millones). La inestabilidad a la que se enfrenta el Reino Unido durante los dos próximos años repercutirá en localidades como Elche y Elda, aunque su posible merma en las ventas podría compensarse en otros países de la Unión Europea.
No puede olvidarse que tendrá asimismo un impacto negativo por la devaluación de su moneda para los alicantinos residentes en ese país, aproximadamente 3.000 personas, el 2,9% de total español. A esa cifra habrá que añadir el destacado colectivo de alicantinos que están trabajando y estudiando en Reino Unido y que no quedan recogidos en las estadísticas (en esta bolsa hay que incorporar a las personas que van a realizar prácticas laborales, trabajos para perfeccionar el idioma o, simplemente, están allí para aprender inglés).
En estos momentos están en juego 2.342 millones de euros, lo que representa el 7% del Producto Interior Bruto alicantino, una buena tajada si el país no endereza bien su economía en el primer abandono que se produce en la UE desde su creación. Los dados están echados y ahora sólo queda esperar acontecimientos.
La aparición del petróleo en el Mar del Norte vino a aliviar la situación del Reino Unido tras todo el proceso de descolonización del Imperio. Ahora el “Brexit” cae como un jarro de agua fría sobre el Reino, ya que la población de Escocia e Irlanda del Norte son partidarios de seguir en la UE frente a Inglaterra y Gales. Se les abren los agujeros en su propio territorio, una situación que nunca se contempló en la City porque siempre se consideraron un imperio universal por encima de los hermanos europeos. Su destino territorial y económico parece ya incierto una vez destapada “la caja de Pandora” y con los truenos a la vista.
Para desgracia de los británicos, el 95% de los gibraltareños votó a favor de la permanencia en la UE y ahora vuelve la pesadilla de “la Verja” y la claustrofobia de quedarse encerrados en el Peñón sin su adorada salida a la Línea de la Concepción. Su exacerbado orgullo histórico de imperio les ha jugado una mala pasada: el brote de la secesión, una gripe que, hasta el referéndum, pensaron que era endémica exclusivamente de España y Bélgica. Ahora tienen el enemigo en casa y no en el territorio europeo. Escocia se plantea ya un segundo referéndum para abandonar el Reino Unido y la libra cae hasta los niveles más bajos desde 1985.
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