Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Palabreando

«Desobras»

Desobras, sí, sé que es una palabra que no existe, lo mismo que la ciudad de Alicante que, al parecer, está desaparecida bajo un montón de obras, todas al mismo tiempo como un menú degustación, pero con más ruido y con más polvo. Y por supuesto mucho más caro. Veremos cuando nos traigan la cuenta lo que nos sale a pagar a todos y todas. Factura inclusiva y de desarrollo sostenible.

Ya no será necesario ir a visitar las ruinas de Lucentum al Tossal de Manises porque ya las tenemos en el centro y barrios varios de Alicante por donde es, prácticamente, imposible transitar. Eso que nos ahorramos, porque salir de Alicante ahora mismo es una aventura tan complicada como intentar entrar. Ulises, en su odisea de regreso, se habría dado media vuelta y se habría vuelto por donde había venido y la pobre Penélope, como la de Serrat, se habría quedado esperando en la estación de Ítaca. Ulises dixit “Porque yo no soy tonto”, frase que no sólo le vale al Media Markt y menos en estos tiempos.

El martes caminé con mi mujer desde la Conselleria de Educación hasta El Corte Inglés, adelantamos dos líneas 3 que confluyeron en caravana en Aguilera. Sin más comentarios. Íbamos de paseo.

Que sí, que todo es progreso y facilidad para con los ciudadanos y ciudadanas, como cuando de repente las calles de la ciudad pasaron de tener dos carriles y zona de aparcamiento a tener uno y sin lugar donde dejar el vehículo y sin necesidad, sobre todo en los barrios; o como cuando uno podía aparcar en la playa de San Juan con las personas mayores y minusválidos sin tener que adelantar a Moisés por la derecha a ver quién llegaba antes a la arena prometida.

Un servidor ya ha visto la SAMU varias veces atascada en la avenida Costablanca porque aquello es un desfiladero sin salida alguna y como haya alguien aparcando, más adelante quizá en la zona de los bares, que se lo tome con tranquilidad el equipo y, mientras esperamos, dosis doble de chupitos de oxígeno para el paciente, pero también para el conductor y plantilla médica porque los van a necesitar.

Vista de la avenida Doctor Gadea cortada al tráfico por las obras (Fotografía de Redacción).

Que sí, que todo está muy bonito, como la calle Padre Esplá donde volvemos al carril de sentido único y dos carriles de bici por el centro —poco transitados la verdad—, cuando llueva a mares y las madres y padres tengan que parar en mitad de la calle para recoger a sus atletas del Club Atlético Montemar, veremos. Es que las personas también cuentan, sobre todo, en según qué circunstancias y lugares. Y creo que eso no se tiene en cuenta muchas veces. Eso sí, aceras para que transiten varias romerías al mismo tiempo, sin problema.

Lo mismo que la calle Sevilla y la calle Valencia, donde están haciendo idéntico. Pero ¿cuántas personas piensan que bajan por ahí a diario? Quizá el doble carril o aparcamiento, ahí, es más efectivo y necesario; vamos «Alicante de sentido único» suena a eslogan político que en el fondo, y al ser, estar y parecer, es lo que al final cuenta. Y luego va y se cae un árbol centenario del Panteón de Quijano, ese árbol evidentemente ya era de desarrollo poco sostenible. ¿Karma? Eso tomémonoslo con calma.

Ya me imagino la campaña de Navidad con los y las compradoras cargados calle arriba, calle abajo, hasta encontrar su coche a mil metros o, si hay dicha, en algún parking (si se tiene suerte —veremos lo que tardan en subir las tarifas—, oferta = demanda, más pasta) mientras las máquinas siguen despellejando el centro que, por cierto, no sé si será verdadero o no, pero me han llegado supuestos rumores de que las obras de Gadea cuando terminen serán, por supuesto y no como el árbol caído, de desarrollo sostenible y tan sólo podrán circular autobuses —y seguro patinetes sin control—, vamos que olvídense de llegar a Luceros o a Maisonnave o a Canalejas en su propio vehículo. Es lo que hay. Hay que saber perder porque, insisto, hay personas mayores o con dificultades que también cuentan aunque no puedan ir en patinete para llegar a todos lados. ¿Demagogia barata? Bueno, circulen por esa zona del centro y contemplen cuál es la media de edad y quiénes merecen más atención con lo que conlleva respeto, esa palabra que ya no sirve o ni existe para la gente más joven. «Patinetes para la tercera edad», eslogan dos.

Pero lo importante es que estamos en verano y el invierno llegará después del otoño y, quizá, aún estarán cambiando ladrillos en la recién nacida avenida de la Constitución, porque después de hacerla rápida para Semana Santa, llegaron las Hogueras —con su barraca in situ…— y la avenida parece que tiene más años que la orilla de la playa. Se lleva lo vintage, vamos a la excusa, pero bonita sí que está. Me molan las farolas, ahora faltan más papeleras, pero también es cierto que es más fácil quejarse que ofrecer soluciones, pues eso, que pongan más papeleras.

Un detalle curioso de la avenida de la Constitución, los turistas caminan por el centro, los de aquí por los lados. En el fondo no somos más que animales de costumbres. Y a partir de ahora animales de costumbres con aceras XXL.

Lo dicho, desobras, palabra inventada; diccionario Bruno inventado/inventado Bruno = Sin duda, obras.
Que ustedes lo lean, lo pasen y, lo paseen bien.

Bruno Francés Giménez

Escritor de serie B.

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