Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Envejecimiento saludable

Desigualdad social y de género en nuestros mayores, ¿qué nos dicen las encuestas?

Fuente: Freepik.

Las encuestas nacionales de salud constituyen una fuente de información útil para la sociedad y para las políticas públicas. Permiten conocer el estado de salud de la población a partir de diferentes dimensiones que incluyen, entre otros aspectos, la propia salud autopercibida, la cronicidad diagnosticada, la salud mental o el uso de servicios sanitarios. El conjunto de indicadores recogido en las encuestas permite comprender qué enfermedades experimenta la población y con qué frecuencia, el acceso y uso a la cartera de servicios del sistema de salud, o qué autonomía o limitaciones tiene la población respecto a la gestión de su salud y bienestar. Junto a esta información, las encuestas recopilan datos de carácter demográfico y socioeconómico, que permiten describir a la población encuestada. La edad, el sexo, el nivel educativo, el tipo de empleo, los ingresos o la nacionalidad son variables incluidas en este bloque informativo. De esta forma, quienes realizan investigación epidemiológica o en salud pública pueden analizar cómo se distribuye la salud y la enfermedad entre la población, atendiendo a dichas características.

En España, la información más reciente sobre salud proporcionada por la administración pública se deriva de la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020. En la página web del Ministerio de Sanidad se puede explorar, ampliamente, las características y alcance de esta encuesta, que alcanzó un tamaño muestral de 22 072 entrevistas personales. La información recogida por el cuestionario, aplicado a hogares e individuos, y que incluyó información sociodemográfica, del estado de salud de la población, factores de riesgo para la salud y determinantes de la salud o dimensiones de la asistencia sanitaria, fue analizada teniendo en cuenta también el efecto de la pandemia provocada por la Covid-19.

La interpretación de los datos extraídos de las encuestas de salud son esenciales para los gobiernos y sus políticas, tanto sanitarias como no sanitarias. En concreto, los datos observados en la población mayor de 65 años proporcionan una información clave para comprender cómo es su salud y su bienestar, y qué factores sociales influyen sobre ambos. Los estudios de desigualdades en salud ponen el foco en identificar qué diferencias se observan en los indicadores de salud y sanitarios, entre las poblaciones con diferente posición socioeconómica, o entre hombres y mujeres, en los distintos grupos de edad. Estas inequidades (potencialmente evitables e injustas, como expresan los gobiernos, organismos internacionales como la Organización Mundial de Salud, y expertos/as en el ámbito) son determinantes de las situaciones de vulnerabilidad, de la falta de oportunidades y recursos de la población, obstaculizando sus posibilidades de vivir una vida saludable y digna.

A continuación se presentan algunos ejemplos ilustrativos. En la población mayor de 65 años, se observan desigualdades entre hombres y mujeres (brecha de género) en múltiples indicadores. Por ejemplo, el 24,3 % de las mujeres expresa dificultad para llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria, como ducharse, ir al servicio, vestirse, sentarse/levantarse o alimentarse, frente al 13,29 % de los hombres. Son las mujeres en mayor medida, además, quienes necesitan más ayuda de la que tienen actualmente para mejorar su desempeño de estas actividades. Aunque las mujeres presentan una esperanza de vida mayor que los hombres, en las mismas franjas de edad en este periodo, experimentan más problemas de salud y limitaciones, condiciones que se explican por las desigualdades de género históricas y presentes aún en la sociedad. Si se observa la franja de edad de 85 años y más, respecto al cuidado personal, los hombres que tienen autonomía para dicha tarea alcanza el 60,7 %, frente al 40 % de las mujeres.

Otro indicador relevante es el dolor físico severo, que es mayor en las mujeres en todos los grupos de edad. Si se observa a la población mayor de 65 años y más, los datos muestran que el 15,63 % de las mujeres sufre dolor extremo frente al 6,6 % en los hombres. Son múltiples las hipótesis que se orientan a explicar estas desigualdades, sobre las que la evidencia científica es cada vez más sólida, y que señalan sesgos de género en el conocimiento sobre la salud de la población (en perjuicio de las mujeres), afectando a la efectividad de procedimientos clínicos y sanitarios, que pueden ser menos efectivos en las mujeres. El mayor desconocimiento sobre la salud de las mujeres sigue siendo, actualmente, un obstáculo para conocer cómo se expresa y manifiesta la enfermedad en su organismo, y cómo afectan a su salud, las características de su contexto familiar y social.

Por otra parte, existen factores de riesgo que afectan más a los hombres, incluyendo el grupo de edad de 64 y más años, como es el consumo de alcohol. En este grupo, el 4,2 % de los hombres consume alcohol de forma intensiva frente al 0,7 % de las mujeres. El consumo de alcohol es un fenómeno complejo de analizar y explicar, que afecta en mayor medida a los hombres en todos los grupos de edad, que se relaciona también con los roles y expectativas de género en la sociedad, y que conecta con los comportamientos socialmente establecidos dirigidos a los hombres.

Un factor esencial en todas las edades, pero con énfasis en los mayores de 65 años, es el estado de la dentadura, que presenta diferencias poblacionales según el nivel educativo de la población. Respecto a la presencia de caries, en este grupo de edad, un 9,7 % de quienes tienen este problema, cuenta con estudios superiores, frente a un 16,8 % que presenta el problema y que tiene estudios básicos. Puede observarse, por tanto, que, a peor nivel de estudios, peor salud bucodental. Respecto a si conservan todos sus dientes o muelas naturales, otro factor analizado, el 6,4 % de las personas con estudios básicos respondieron afirmativamente, frente al 11,8 % de las personas con estudios superiores. El nivel educativo, por tanto, está influyendo en la salud bucodental de las personas, con todas las consecuencia que tiene, esta problemática de salud, para su calidad de vida. A partir de estos datos, pueden plantearse estudios que traten de relacionar el nivel educativo, con el tipo de empleo que se ha tenido en la etapa activa, los ingresos económicos con los que cuenta la población de 65 años y más, y la posibilidad, por tanto, de costearse el acceso a una consulta dental para preservar la salud dental.

Tal y como se puede consultar en la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020, la salud y el acceso a los servicios sanitarios de la población mayor de 65 años y más, según su sexo y sus condiciones sociales, presenta desigualdades. Nuestros mayores se enfrentan, actualmente, a una situación de salud condicionada por su posición social (que puede haber cambiado, o no, a lo largo de su vida) y por la influencia que la sociedad y la cultura, en sus múltiples contextos, ejercen sobre lo que significa ser hombres y mujeres. Las organizaciones científicas y los/las profesionales de salud tienen un rol esencial en la generación de evidencias que visibilicen estas desigualdades, de tal forma que los gobiernos implementen políticas informadas (basadas en la evidencia) que avancen hacia la equidad social y la igualdad de género entre la población de adultos mayores. Pero además, entender cómo es la salud de la población mayor requiere analizar su afrontamiento y autogestión de los problemas y circunstancias que les afectan, identificar las buenas prácticas y estrategias comunitarias que desarrollan para cuidarse y cuidar a sus familias y su entorno, y ponerlas en valor como un conocimiento valioso y un esfuerzo digno de admiración.

Dra. Diana Gil González

Asociada ASOGEROMED-AGM

Asociación Gerontológica del Mediterráneo

La Asociación Gerontológica del Mediterráneo (AGM) fue creada en 1989 y está formada por un equipo de profesionales de diferentes ámbitos con el objetivo común de impulsar iniciativas enfocadas a un envejecimiento positivo, activo y saludable.
La AGM trabaja por una sociedad inclusiva y amiga de las personas mayores y los valores que acompañan su andadura son el desarrollo, implicación, colaboración y apoyo en áreas estratégicas como: envejecimiento positivo, envejecimiento activo y saludable, calidad de vida y envejecimiento, nutrición y dieta mediterránea en el envejecimiento, factores protectores para un envejecimiento saludable, salud y envejecimiento, formación y aprendizaje a lo largo de todo el ciclo vital, estrategias ante el deterioro cognitivo y la patología neurodegenerativa y las nuevas tecnologías orientadas a un envejecimiento de calidad.
La página web de la AGM es: https://asogeromed.es/ y el correo para solicitar información: info@asogeromed.es.

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