Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

¿De quién es la bandera?

Fotografía: Pedro Picatoste.

Me sale recordar lo que significa España, lo que ha hecho en la historia y, sobre todo, lo que nos enseñan de ella en ikastolas, escoles y colegios, y es que lo nuestro no tiene nombre, o sí lo tiene: somos el país de “mariacomplejines” que, además, se sostiene en una incultura pertinaz y contumaz.

Ya hablamos de Hernán Cortés y sus olvidados restos en México, nunca reclamados, totalmente olvidados y políticamente desterrados; una gran vergüenza patria. Pero igual que los ingleses loan a sus piratas y corsarios, a sus reinas lánguidas y lujuriosas y a sus reyes asesinos; igual que La France te hace agacharte ante sus “héroes” genocidas como los que más; o los americanos ensalzan a sus “revolucionarios” tiranos y a sus ancestros caníbales; me van a permitir que recuerde un solo hecho que se dio en esta “cacaful” de España que todo el mundo desprecia y se quita de encima muchas veces con esa frase tan estúpida y cobarde de “yo soy ciudadano el mundo”.

Bien, España tomó la decisión de reconocer los derechos de los pueblos y gentes indígenas de América una vez se supo que se había descubierto, para el entonces mundo conocido, un nuevo continente, un nuevo mundo. Para mí, el descubrimiento más importante de la historia y, sin duda, un acontecimiento que si lo hubiera o hubiese protagonizado otro país cualquiera estaríamos hasta los pelos de propaganda y de chulería “guirufa”. Aun así, ese continente, en lugar de llamarse Isabeland, Nueva España o Colombia todo él, se llama América (sin comentarios).

España, en 1504 y con una reina de España empoderada, una tal Isabel la Católica, promulgó con más de 200 años de antelación la primera declaración de derechos humanos: “… y no consientan ni den lugar a que los indios vecinos y moradores de las dichas Islas, y Tierra Firme, ganados y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y bienes, mas manden, que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido, lo remedien y provean de manera…”

Fragmento correspondiente al lateral izquierdo del tríptico, en el que aparece Cristóbal Colón arrodillado ante la Reina Isabel la Católica, con un cofre en sus manos lleno de joyas (Fuente: Real Fábrica de Tapices).

Es meritorio que esto se refleje en universidades de todo el mundo y, sin embargo, no esté escrito en piedra en las fachadas de ninguna universidad española; y quedaría bien.

Y ahora me pregunto… ¿De quién es la bandera? De los tercios que no se rindieron nunca, de los reinos que se unieron contra enemigos comunes, de pueblos que superaron y aprendieron de sus diferencias, de inteligentes y preclaros líderes que supieron poner el bien común por encima de sus intereses particulares, de gente que sabe que juntos siempre es mejor, de personas generosas y abiertas… La bandera es de todos.

Pero no es así; estoy de acuerdo con Lennon en que sería maravilloso que no hubiera banderas, ni países, ni propiedades y que fuéramos todos uno, pero me temo que el mundo que nos ha tocado vivir no ha llegado a ese punto, ni progresa adecuadamente. Por eso, ¿por qué defendemos con pasión lo pequeño y no lo grande?, ¿por qué ni conocemos nuestra historia, lo bueno y lo malo?, pero lo bueno también, ¡por Dios!

Hay muchas preguntas que difuminan nuestra bandera, incluso nuestra historia, y por tanto nuestro conocimiento y así nuestro futuro colectivo.

El Día de la Hispanidad hay desfiles con banderas y actos multitudinarios pero, en muchos lugares, la bandera que se saca es la de la raza. ¿Qué raza? El mestizaje es un invento español. «Manda huevos».

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

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