Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

De libros y aventuras

Libro: La española
Autor: Antonio Pérez Henares
Edición: Harper Collins Ibérica. 2023. 

He de confesar que desde antiguo, entendida esta expresión como la de hace tiempo, siento una especial admiración por Antonio Pérez Henares, al que conocí por su habitual presencia en programas críticos y divulgativos de los medios periodísticos y audiovisuales. Nacido en Bujalaro (Guadalajara), a Pérez Henares se le califica de escritor, periodista y viajero. Su ejecutoria cuenta con 18 años como periodista (diario Pueblo, Revista Tiempo, y cadena Ser entre otros). Se incorporó en el año 1989 al equipo directivo de Tribuna, publicación de la que fue director entre los años 1996 y 1999 y, entre los años 2000 y 2007, fue coordinador de Ediciones Especiales del diario La Razón.

 Yo descubrí a Pérez Henares como escritor amante de la naturaleza cuando cayó en mis manos un libro que me resultó esplendoroso, titulado El Sonido de la Tierra que comienza con estas palabras a modo referencial: “Vivimos envueltos en el ruido. Por ello, al sonido de la tierra le llamamos silencio”. “Cuando el sol oculta por fin su sangrienta agonía, cuando la luz del crepúsculo se evapora y el cielo oscurecido preludia el brillo aun inexistente de la primera estrella, cuando el día ya muere, y ha muerto, pero la noche no ha nacido, es el silencio”.

¿No les resulta, estimados lectores, que bajo estas bellas y también nostálgicas palabras, Pérez Henares nos trae desde esos silencios de las lunas, luceros y estrellas un especial silencio, cuando en la noche miramos al cielo desde un lugar sereno sin la vista cercana de los horribles hormigones que cantan con su brutalidad escénica un mundo de piedra inerte? ¿No han sentido alguna vez la voz de las estaciones? ¿No han escuchado alguna vez la voz de otras vidas?

Para mí,  el otoño que acaba de empezar tiene un silencio sereno y el maullido de un rapazuelo gato, que suena a lo lejos, me recuerda el sonido de la soledad. “He recuperado de nuevo el viejo don de escuchar la tierra, el privilegio de sentirme un hijo suyo y al que ella contesta”. Desde algún lugar de su tierra alcarreña, Pérez Henares, nos cuenta estos silencios. Silencios que me gusta compartir.

Puesta de sol (Fuente: Freepik).

Y Pérez Henares, que es autor de novelas históricas medievales, como La Tierra de Álvar Fáñez, de 2014, nos asombra con un libro que presentamos: La española, una novela altamente histórica con una tensión y un aporte de personajes reales como don Cristóbal  Colón y su llegada el 12 de octubre de 1492 a la isla de Guanahaní, que el almirante nombró de San Salvador, para llegar después a La Española, (Haití y República Dominicana en la actualidad), donde dejó a 38 de sus hombres en el Fuerte Navidad a los que, al volver en su segundo viaje, encontró muertos.

 Para seguir después con los viajes no colombinos de Alonso de Ojeda, de Juan de la Cosa y de Américo Vespucio y, tras ellos, el viaje  a Brasil, en 1500 de los Pinzones, con Vicente Yáñez Pinzón, Francisco Pinzón y Garci Fernández.

Es una historia del descubrimiento y de la conquista del Nuevo Mundo escrita con los aires literarios del siglo áureo de nuestras letras y con una descripción de personajes, de ambientes y de paisajes impresionante, haciendo hincapié en la poblada aventura y en un conjunto paisajístico de los arbóreos y ocultos parajes de una tierra recién descubierta por castellanos, cántabros, vascos y, sobre todo, extremeños. Y al frente de todos, un genovés que alcanzó uno de los mayores pilares de la Historia: don Cristóbal Colón, llamado así  después de castellanizar su nombre de Cristóforo Colombo.

Y vuelve así, Pérez Henares, a su alma de escritor naturalista y descriptor de lugares ahora nuevos: “Les costó, aun yendo todos a pie, menos de un día llegar a su destino, primero por un camino al lado del mar, luego por una trocha por en medio de la selva para salvar un saliente de tierra y luego de nuevo por cerca y ya al final por una playa, hasta dar con el sitio, un algo retranqueado de la orilla, por los huracanes, detrás de unas dunas y un bosque de palmeras. Era aquel un poblado taíno de no muchas casas, no pasarían apenas de las cincuenta, casi todas humildes bohíos, con el caney del jefe y las reuniones en el centro”.   

«Inspiración de Cristóbal Colón», cuadro de José María Obregón (Fuente: Wikimedia).

Y claro, Pérez Henares añade algún personaje de ficción que siguen la historia, como los dos arrapiezos grumetes, Trifoncillo y Alonsete, y su fiero perro Becerrillo, y los establecimientos que se van formando despacio, como la Taberna del Escabeche, de aquel tabernero de Triana y Sevillallamado como tal que, huyendo de su mujer, había recalado en las recién descubiertas tierras para instalar allí su taberna que, construida de maderos, paja y barro, “a poco tuvo ya su asiento y su calidad siempre dentro de lo sencillo y sin alharaca alguna”.

Hay personajes deslumbrantes, como el capitán Alonso de Ojeda, que de alguna forma es como el personaje central, o al menos así me lo parece, pues en el final de la historia del libro sigue presente. Y el brillante marino de Santoña, Juan de La Cosa, primer cartógrafo y contramaestre de la Santa María, la nao capitana del viaje del descubrimiento. Y Martín Alonso Pinzón, codescubridor de las Américas. Y muchos otros.

También en el nuevo mundo descubierto conoceremos al poderoso guerrero caribeño Caonabo y a su bella mujer, Anacoana. Y cómo no, también cuenta la presencia de doña Isabel la Católica que creyó en la aventura que le propuso el navegante  genovés y luego almirante de la Mar Océana.

Pero esta historia, este relato histórico, no terminará con la muerte de don Cristóbal Colon, el día 20 de mayo de 1506 en Valladolid, con 54 años, “exhausto y quebrantado, sufriendo los dolores de la gota y de las muchas penalidades sufridas en sus muchos, largos y penosos viajes”, sino que la narración de Pérez Henares seguirá contándonos los sucesivos avatares de la ya declarada conquista sin paliativos, para llegar   a contarnos la suerte de sus muchos personajes, como la del inmortal vasco Núñez de Balboa, descubridor del Mar del Sur, que nos narra en el capítulo llamado “De la Gloria al cadalso”, donde nos relata cómo fue decapitado después de su gloriosa aventura, el 19 de enero de 1519, por orden del gobernador Pedrarias, acusado de supuesta rebelión, y llegar a “La Alborada del gran conquistador”, Hernán Cortes.

Hernán Cortés. Autor: Anónimo (Fuente: Wikimedia).

No podía acabar la narración de otra forma más que en la taberna del Escabeche, que sigue siendo el centro de habladurías y novedades. Al llegar una nueva nao de España al puerto de Ozama, “por la noche en el Escabeche, y en los Cuatro Vientos, no se hablaba de adónde iba la escuadra, porque ya no salía de allí apenas ninguna expedición, sino de quienes habían muerto, de los que por aquellas tabernas habían en otros tiempos parado.”

Y es que resulta que en aquella nao había vuelto a bordo el Trifón, “aquel grumetillo esmirriado que había cruzado desde entonces más veces el océano que nadie” y al que, en la narración de las bajas habidas entre su anterior viaje, el Escabeche participa, al que fuera llamado el Trifoncillo, la muerte, entre otros,  del capitán Alonso de Ojeda, que fue el capitán del grumete y al que enseño a defenderse.

“Pero ¿cómo no me he podido enterar? Si no había ni mejor acero, ni más valiente, ni más temerario que él”, exclama Trifón, al conocer su muerte. Y el Escabeche le dirá que “no murió en combate, no. No hubo espada ni flecha que pudiera matarle. Lo mató el fracaso, digo yo, el no querer vivir más”. Murió en un convento de frailes y en su tumba hizo poner: «Aquí yace Ojeda, el desgraciado».

Muerta la mujer de Ojeda, la bella Guaricha de Coquibacos, el Escabeche recogió a sus tres hijas. “Nosotros tenemos muchos hijos, pero no nos importa que sean tres más. Nada les va a faltar”. Y Trifón, tras conocer a las niñas que les han sido mostradas por Escabeche, diciéndolas que “este es Trifón,  trato a vuestro padre desde que era casi un niño como vosotras y os ha querido conocer”, acabara diciendo a su amigo: “Mañana, Escabeche, iremos al convento de San Francisco a ver su lápida y rezar por él. Pero no seré yo quien pise la tumba de mi capitán”. El ruido de las armas y de las turbulencias de los mares, se torna en el silencio  y el respeto, en este final del libro que comentamos.

La Española, no es una novela histórica más. Es cono una crónica detallada de la gran aventura del descubrimiento y de la conquista de América. Mucho se ha escrito de todo aquello. Bueno, mejor, peor y más peor. Sobre todo de lo último, según historiadores foráneos llamados “hispanistas”, cuando deberían llamársele “anti-hispanistas” y algún que otro español. Aún sigue girando la trucada en muchos casos, “leyenda negra” en la que tuvo mucho que ver un libro escrito por Bartolomé de las Casas, titulado Brevísima destrucción de las Indias, publicada en 1552. “No hay tal cuña como la del mismo palo”. En cualquier caso, Bartolomé  de las casas no deja de ser un escribidor sospechoso, pues  testigo directo, tuvo intereses personales discutibles.    

No tomare aquí postura sobre el tema, pero afirmaré que cuando don Cristóbal Colón puso su pie en la tierra de una pequeña isla a la que pondría en nombre de San Salvador, el 12 de octubre de 1492, se inició de nuevo la historia del mundo, anclada hasta entonces en los continentes indo-europeo y africano. Y esa gesta fue obra de los españoles, lo que en todo caso debe hacernos sentir muy orgullosos.

 Como todo, la historia tiene sus pros y sus contras, pero el gran continente americano era totalmente desconocido hasta entonces, por mucho que se diga que los primeros en llegar fueron los pueblos escandinavos que, en su caso, lo que pudieron encontrar no fue algo más que algunos hielos inhóspitos que evitaron pisar, y eso no es descubrir nada. Y el descubrimiento fue cuando fue, en el año del Señor de 1492.  

El libro La Española lleva fecha de edición de 2023. Yo, con fecha 2022 —un año antes—, publiqué una novela histórica que titulé La Siesta. Un viaje en el sueño al día 3 de enero de 1492. Mi libro trata una historia centrada en el primer viaje de don Cristóbal Colon, el viaje del descubrimiento. Mera coincidencia, pero paréceme como si el señor Pérez Henares hubiera continuado con su libro, mi narración.  

Les recomiendo, sin duda, la lectura de este libro de Antonio Pérez Henares, que no les defraudará en absoluto. Y deseo a nuestro autor que la historia continúe en un nuevo libro, pues la conquista de América siguió adelante nada menos que de la mano de nuestros frailes y aventureros, y llegar a contarnos hasta, al menos, la creación de la Misión de San Francisco de Asís, Misión Dolores, ubicada hoy en la Ciudad de San Francisco, California, Estados Unidos, erigida en 1776 por los frailes españoles Francisco Palou y Pedro Cambón, bajo la administración del Padre presidente de los Franciscanos en la Alta California, Fray Junípero Serra, mallorquín y español.   

Posdata

Escribo esta crónica literaria en los albores del otoño de 2023. Es la primera que dirijo a la Revista Hoja del Lunes tras su nueva dirección, a la que deseo todo lo mejor. Permítaseme que DEDIQUE esta colaboración a doña Elvira Rodríguez, eminente periodista y directora que fue de esta Revista hasta su reciente jubilación. Gracias Elvira, por tantas atenciones y por haber sido como mi madrina en mi estreno hace unos años de colaborador de Hoja del Lunes, también de la mano de don Ramón Palmeral, Palmeral, pintor y escritor y gran amigo  nuestro.

Julio Calvet Botella

Magistrado y escritor. Colaborador de la APPA.

8 Comments

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  • Feliz regreso, D. Julio. Será un placer volver a leer sus reseñas tras el paréntesis estival. Juan Carlos Lozano.

  • Querido Julio, excelente reseña. Haces honor a tu gusto e interés por la Historia de España y sus hazañas; prueba de ello es esta reseña, al igual que la publicación de tu bonita novela «La Siesta. Un viaje en el sueño al día 3 de enero de 1492», que dedicada por ti leí gratamente.
    Ya sabes que a mí también me gusta la Historia de España y por esa razón voy publicando en este mismo medio algunos trabajos. Después del Reino de Asturias, La Hoja del Lunes ha tenido a bien seguir con el Reino de Navarra I y próximamente saldrá el segundo.
    Tras este tiempo estival, te doy la bienvenida.
    Un abrazo

    • Muchas gracias querido Juan Antonio
      Yo siento pasión por la historia de España sobre todo por las gestas medievales y la gran reina doña Isabel de Castilla que con don Cristóbal Colón y Gonzalo Fernández de Córdoba el Gran Capitán abrieron España al mundo Nuevo y Antiguo.
      Muchas gracias y un abrazo
      Julio Calvet.

  • Magnífico artículo y excelente ese recuerdo y reconocimiento para la Que fue directora de la Hoja de el Lunes , Elvira y para Ramón Palmeral
    Te honra ese reconocimiento
    Un abrazo

    • Querida Pilar muchas gracias por tu comentario.
      Un abrazo gentil señora y gran poeta
      Julio Calvet.

  • Querido Julio: Te agradezco muy sinceramente la dedicatoria de esta reseña tan significativa, donde los silencios, las palabras, el Nuevo Mundo… unen culturas y personas, unen historia y futuro.
    Muchas gracias por tus enseñanzas, ha sido y es un verdadero honor haber compartido estos años contigo. Y espero seguir haciéndolo.
    Un abrazo.
    Elvira Rodríguez

    • Muchas gracias Elvira. No olvidaré nunca tu generosidad y tu bien hacer. Continuaremos presentando nuestra gran literatura y la lectura. Dedicarte este artículo ha sido un honor.
      Gracias siempre.
      Un abrazo
      Julio Calvet.