Quizá el peor partido, de todos los que haya firmado este Hércules, en la actual temporada. Segunda derrota sumada a la de Ibiza, aquella dolorosa y heroica, ésta otra un verdadero desatino. Primera vez que se encaja dos goles en un mismo encuentro, además con sensación de vulnerabilidad y susto en el cuerpo, muy lejos de la contundencia y seguridad de la que hemos hablado en otras ocasiones. Si vulgarizamos la redacción, incluso se puede calificar el partido de verdadera “castaña” por parte blanquiazul.
En un terreno de juego pequeño y de césped artificial, el Hércules no se supo adaptar, ni estuvo cómodo y lo que es peor siempre desbordado por la anticipación y mayor agresividad del rival, un Atzeneta que sumó su segundo triunfo consecutivo, y que se plantea seriamente la permanencia. Si en muchas ocasiones hemos dicho que el Hércules crea mil ocasiones y apenas materializa, ayer para colmo no creó peligro, ni tan siquiera lo transmitió, ni chutó entre los tres palos, salvo raras excepciones y sin claridad ninguna. Ni circulación de balón ni profundidad. Solamente con presión, empuje, entusiasmo y creyendo en ellos mismos el modesto equipo valenciano, oponente de ayer, sacó el partido adelante.
Atzeneta 2 – Hércules 0
Mañana soleada, escenario bucólico. Se disputó el partido en el Campo, El Regit, en la sierra, en pleno Valle de Albaida, entre pinares y vegetación. Asistieron según la norma, cincuenta espectadores, más otros tantos o más que lo presenciaban desde una loma fuera del propio recinto. “Puesta la ley, puesta la trampa” La imagen y narración, corrió a cargo de la nueva televisión valenciana, À Punt. Mucho se ha dicho del fondo de armario que tiene este Hércules, pero las ausencias de Acuña, y ayer de nuevo, del organizador Moyita y el defensa Moisés, se dejan notar. Al final de los noventa minutos e incidiendo sobre la cabecera inicial, es evidente que la sensación fue de frustración e impotencia. La cara de todos era un poema, pero más la del portero y capitán herculano, Ismael Falcón. La situación pareció retrotraerle a otros tiempos no muy lejanos. El pasado domingo ya no hubo sitio para Diego Benito, no estando Moyita, ayer tampoco. La semana en que se marchó Iñiguez. Si el “cerebro” está lesionado, lógico es que se busque otro organizador, pero Cubillo insiste con Appin y Pedro Torres. Y otra paradoja, ayer de inicio algunos de los jugadores con ficha más alta en el equipo estaban en el banquillo, mientras se le pide a otros jovenzuelos que saquen las castañas del fuego.
Sin fatiga y desaliento, con una presión alta y con asedio en el centro del campo, diseñó el carismático David Albelda el partido. La forma de frenar y ahogar al Hércules era no dejarle el control ni el mando, y a fe que le salió bien.
Nada relevante hasta el minuto diecinueve, en que llegó el aviso. Un tiro raso se estrelló entre las piernas de varios defensores herculanos. Hasta ese instante el Hércules ni se estiraba ni se confiaba. Y tres más tarde el uno a cero. Sin llegar a ser un golazo, si fue una jugada bien construida. Un atacante se escoró y escoró hasta la derecha él solo, y finalmente descargó el juego sobre Nemesio, éste viniendo de atrás agarra un fuerte zapatazo raso y a la izquierda de Falcón. Inapelable.
A partir de ahí había que cambiar planteamiento, mentalidad y guion, pero el Hércules no se espoleó, se limitó a lamerse la herida igual de agazapado, igual de tímido como estaba, y sin ligar tres pases seguidos y el Atzeneta lejos de encerrarse quiere irse arriba. Poco más, un inocente remate de cabeza de Buenacasa, a pase de Alfaro, y todo encomendado a la lotería de las jugadas a balón parado que ejecutaba una y otra vez con poca fortuna, Borja Martínez. Tiene buen golpeo, pero nada le sale. La segunda parte continuó siendo un partido muy físico, nada de florituras, pero con la mejor adaptación de los locales a las condiciones de su feudo. Al poco, doble cambio, Benja por Borja, y Pedro por Alfaro. El delantero catalán está lejos de ser quien fue, y Pedro entre unas cosas y otras, como las lesiones y el carné de identidad tampoco. Un poco más tarde otro cambio sin sal ni pimienta, entra Erice por Appin, jugador por jugador.
En toda la segunda parte, lo más destacable del Hércules, un cabezazo de Pedro Torres, al ángulo de la portería de Lucas. En el último tercio, La Atzeneta ya no hacía daño, pero el Hércules, aunque algo mejor carecía de falta de profundidad. Los locales no jugaban bonito, pero lo hacían efectivo, todo ello sumado a un vaivén de cambios por parte del técnico valenciano, que rompían el ritmo y daban oxígeno, a su equipo. En medio de todo eso y ya al final en el minuto noventa un regalo, supongo que por aquello de las “Rebajas de enero”. Debía haber sido una última jugada de ataque, pero se convirtió en cesión entre Pedro Torres y mal entendimiento de Tano. Con sangre fría lo aprovecha Cristian Gutiérrez a quien le llega el balón, la acomoda a su pierna izquierda, chuta con ajuste, cruzado y bate a Falcón. Dos a cero. Si la derrota por la mínima ya era difícil de explicar y comprometida, el dos a cero con desahogo fue sofocante. El conjunto y la poca y representativa afición local, lo celebraron como si hubieran vencido al Bayer de Munich, o hubieran ganado la Copa de Europa. El Hércules es de Alicante y ellos representan a una localidad de algo más de mil habitantes, eso sí con mecenas de por medio, pero la cosa tiene su mérito.
Frente al Alcoyano hace una semana se encendió una bombilla amarilla, se hubiese apagado, de ganar ayer. La nueva derrota hace que la alarma encendida se convierta en color rojo. Ayer ganó de nuevo el Alcoyano, ganó de nuevo el Ibiza, ese juega a otra cosa. El caso es que la segunda y tercera plaza que dan derecho a jugar la segunda vuelta o revalida de esta liga se está poniendo muy ajustada. Hércules y Alcoyano empatan a diecinueve puntos y el Villarreal pisa los talones. Si hasta ahora había o cabía algún margen de error, a partir de ahora el Hércules ya no puede ceder más puntos y menos en casa. En casa, por cierto, de nuevo este domingo a las doce del mediodía frente al Valencia Mestalla, filial del conjunto de Primera División. No quiero ni mirar el calendario, pero sigue siendo enero. Domingo treinta y uno de enero. TODAVÍA QUEDA CUESTA DE ESTE LARGO MES DE ENERO.
David Cubillo, destituido
La cuesta de enero le ha costado el puesto al técnico. El Hércules ha emitido un comunicado oficial en el que informa de la destitución de David Cubillo como entrenador del primer equipo.
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