Leí hace unos días en Información que el Patronato de Turismo del Ayuntamiento de Alicante se dispone a aprobar su presupuesto del próximo año, incluyendo una partida de 650 000 euros con los que se financiarán, “entre otras cuestiones, labores de publicidad y propaganda”. Seguro que mis admirados Pedro Picatoste y Miquel Poveda me disculparán por haberme sobresaltado al ver el segundo concepto, que yo creía ya casi arqueológico.
Ello me ha hecho recordar aquellos años 80 y 90 en los que yo trataba con agencias de publicidad (sin propaganda) locales y nacionales, y cuál era su estructura habitual, lejos de incluir un despacho o un responsable dedicado a propagar, lo que fuera que fuera. Obviamente, según el tamaño de la agencia podían multiplicarse los puestos, pero desde luego había un “ejecutivo de cuentas”, que era el que mantenía la relación “día a día” de la agencia con el cliente; estaba el “responsable de ilustración” (más adelante quizás denominado de diseño) con sus dibujantes, fotógrafos y demás, el redactor de textos (a quien solían llamar coppy) y, por supuesto y por delante, el “director creativo”.
Confieso que este tipo de personaje me subyugaba. Encontraba en los distintos que conocí a individuos generalmente bastante cultos —muy leídos que diría aquella tía que tuve—, conocedores de las siete artes principales, pero que, lejos de su sesudez, parecían tener incorporado “un gramo de locura”, lo que les permitía tener ideas ocurrentes, geniales, originales… casi de inmediato. Una predisposición natural que supongo viene incorporada de natura y no necesita mucha enseñanza académica (Espero y deseo que la empresa a la que ha contratado el Patronato cuente con un personaje de este tipo: seguro que les dará respuestas magníficas).
Pero no, no era este tema el de esta columna. El tema es el que flota en todos los medios y casi todos los días: la vivienda, o mejor dicho la falta de viviendas, o más concretamente, la falta de viviendas sociales y de alquiler. Y es ahí donde yo creo que al Ayuntamiento de Alicante, que se ha dotado en su estructura de nosecuantos directores generales quizás le falte añadir la plaza de un “director creativo”, habida cuenta que quienes tendrían que aportar iniciativas, ideas, soluciones…, que serían, en mi modesto criterio, los concejales, con el primero, el alcalde, por delante, pues parece que no las tienen.
Veamos solo unos ejemplos, sin mas datos que los de un caminante por la ciudad que observa: las casitas del Puerto, que llevan tropecientos años sin que se sepa su destino o el de los solares que podrían albergar varias decenas de nueva planta. La plaza María Yolanda Escrich —antes División Azul—, donde un bloque ya fue demolido, preservando su fachada —criterio que no comparto— que con su grúa y todo permanece en estado catatónico y ya hay otro vaciado, sin que se vea obrero alguno en movimiento. Pero sumemos: pueden verse en la ciudad obras paradas durante meses, por causas ignotas, como unas de la calle José Gutiérrez —antes García Morato— o en la calle Desengaño en el barrio San Antón, sin que parezca que el área de Urbanismo mueva un dedo. Por no hablar de solares: en este barrio, por citar uno, debe haber cerca de una veintena esperando inversores o, quizás y lamentablemente, promotores de viviendas turísticas, que parece que son las únicas que se edifican o restauran.
Así, ahora que el municipio ha previsto oposiciones para ocupar plazas de nuevos funcionarios, propongo se convoque una con este cargo en la tarjeta: “Director Creativo de la Ciudad de Alicante”. Y que los concejales sin ideas se amarren a sus sillones.
Muy buena idea que como todas las ideas buenas nadie escuchará
Un abrazo Toni