Tercera entrega de la serie relacionada con la construccion del Ayuntamiento de Alicante que Carusso nos acerca con fotografías inéditas del Archivo Municipal de Alicante.
Dejamos la entrega anterior hacia 1730, tras una construcción a trompicones por causa de la Guerra de Sucesión. A partir de esa fecha comienza la siguiente etapa en la edificación del ayuntamiento alicantino. Duraría hasta 1772 y partiendo de lo construído hasta el momento (planta baja y primer piso) en estos 42 años se realizaron las fachadas principales, portadas, el último piso, se comenzaron las torres y se distribuyeron y decoraron los interiores. Pero no se terminó el edificio hasta 1780.
Para acometer los trabajos el Concejo Municipal fichó a José Terol, maestro de obras alicantino que cuenta en su currículum con trabajos en el pantano de Tibi o el Monasterio de la Santa Faz; Juan Bautista Borja, escultor valenciano autor también en Alicante de las portadas de Santa María y Santa Faz, así como de la Capilla de la Comunión en San Nicolás, una de las joyas de nuestro barroco ; y Vicente Mingot, quien actuando como arquitecto principal diseñó y realizó la planta superior y la cubierta introduciendo en todo el proyecto elementos ornamentales característicos del barroco español.
Así pues en la década de los años 30 del siglo XVIII la edificación fue avanzando en diseño y construcción. Poco a poco (Ché, amb tranquilitat) fue tomando cuerpo y forma.
El cuerpo inferior (planta baja) consta de 5 portadas. La principal, situada en el centro, da simetría a las demás estando flanqueada por magníficas columnas salomónicas festoneadas en guirnaldas de seis vueltas.
El primer piso consta de doce balcones. Diez de ellos son parejos y los dos restantes están en los extremos formando parte de las torres. Fueron incluidos en el proyecto por Vicente Mingot, actuando -junto con sus puertas y ventanales- como ornamentaciones propias del barroco español de este siglo.
Un poco más arriba en la fachada principal destaca el escudo de armas de la ciudad, también diseñado por el arquitecto Mingot, apoyado en dos leones rampantes.
Y en el cuerpo superior otros 12 balcones con la misma distribución, menores en tamaño y una decoración estilo rococó. Arriba la cubierta del edificio, con una balaustrada de piedra interrumpida por 9 pedestales y en el centro la cúpula revestida de tejas azules tan típicas de esta zona levantina.
El escultor Juan Bautista Borja diseñó mucha de la decoración exterior del edificio. Suya es la magnífica puerta que da a la calle Mayor y plaza de la Stma. Faz (entonces plaza de la Fruta).
En 1760, todavía en plena construcción, se celebró el primer pleno municipal en el nuevo edificio, pero aún faltaban 20 años para poner el cartel de «obra finalizada». El fallecimiento del arquitecto principal Vicente Mingot volvió a ralentizar todo hasta que en 1772 Lorenzo Chápuli se puso al mando para darle el empujón definitivo. Concluyó las torres de planta cuadrangular (con clara influencia rococó) y remató el edificio en su aspecto exterior e interior. Era el año de gracia de 1780.
La piedra utilizada para la construcción procedía de la cantera de la Serra Grossa o Sierra de San Julián. La abundancia de
calcarenita aporta una luminosidad potente y majestuosa a la edificación. Este tipo de piedra se conoció como «piedra juliana».
El Ayuntamiento de Alicante tiene una longitud de fachada de 49 metros, el cuerpo central una altura de 17’5 y las torres gemelas que lo flanquean alcanzan los 33’5 m. Así llegamos a finales del siglo XVIII, con la casa consistorial recién estrenada, un pujante comercio basado en el puerto y una población en torno a las 18 mil personas.
En el próximo Contrastes entraremos de lleno en el siglo XIX, el siglo de la modernidad para Alicante.
Bibliografía e imágenes:
Archivo Municipal de Alicante.
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