Campaña sobre campaña (I)

Una de las cosas que más me gustan son las campañas políticas, es el momento de ver propuestas, de comprobar hasta dónde llega el esfuerzo y la dedicación de los que quieren convencernos para apoyarlos, es cuando los sesudos equipos de las candidaturas sacan lo mejor de sí mismos para convencer a los demás.

Y es que votar a alguien es importante, es la decisión que conlleva que tú crees que este lo va a hacer mejor que el otro, que alguien te representa y le das nada menos que todo lo que puedes darle, tu apoyo, tu voto, tu esfuerzo de poner un papel en un sobre y depositarlo en una urna el día de la democracia, una fiesta.

Claro que confiar o dar tu confianza a alguien es apoyar a una persona que dice, hace o propone cosas. Algo que te convenza de que ese apoyo no será luego un chasco. Por eso escuchamos lo que dicen, te lo ponen en el móvil, tú lo ves, lo escuchas y lo asimilas. La gran preocupación de los asesores de las diversas candidaturas es siempre la misma: no meter la pata hasta, al menos, el día después de las elecciones.

Lo he visto muchas veces, el miedo, el lado oscuro se cierne sobre ellos como la nada en la Historia interminable, ese miedo tiene consecuencias terribles ya que lleva a la inacción, esto deja a merced de las tendencias superiores (autonómicas, nacionales, ideológicas, mediáticas) el resultado, el éxito o fracaso en cada ciudad, municipio, villa, pueblo o aldea.

Llevo desde los 17 años participando en comicios de instituciones, colegios profesionales, clubs deportivos, partidos políticos, etc. Y es cierto que he visto de todo, he tenido éxitos y fracasos, aunque nunca he cosechado un mal resultado. Lo mejor ha sido ver a las personas que se sentían capaces de llevar esta vida de representante público con todo lo que ello lleva encima. Grandes personas con las mejores intenciones y también gente con ilusión y sinceridad que querían mejorar su entorno. Mentiría si no señalara que también he visto grandes dosis de soberbia y alguna sabandija.

Siempre he querido transmitir que hay una serie de obviedades que no se pueden saltar. Aquí va un manual gratis de campaña electoral en cuanto a sus premisas básicas:

• La persona que encabeza la candidatura es fundamental, debe ser el mejor del grupo, debe tener cualidades fundamentales como ser muy bueno en la corta distancia, hablar claro, no esconderse, liderar, tener siempre actitud positiva. Si no eres así deja el paso a otro.
• Las campañas se hacen en base a propuestas de futuro. No vale basarlas en lo que ya has hecho, eso es de la campaña anterior y ya lo has cobrado. Además, tu target no sabrá qué quieres hacer con su pueblo.
• Si haces una campaña a la contra, lo normal es que la pierdas, tu campaña contra otro más la del otro sobre él mismo hace que haya dos campañas de la misma candidatura y multiplicará sus posibilidades. Esto pasa constantemente. Grave error del que se olvidan sociólogos y politólogos a menudo.
• Si no sabes lo que quieres para tu ciudad o comunidad o país, no te presentes. Equivocarse puede salvarse rectificando, es mejor que verlas venir y estar por estar. Puedes ganar un sueldo decente haciendo otras cosas, eso sí, conducirás tú.
• Trabajar al máximo en la campaña es fundamental, siempre hay que pensar que te va a faltar apoyo, el que cree que va a ganar seguro que lea las 100.000 sorpresas que han pasado en las últimas 101.000 elecciones.
• Por favor no digas en campaña que vamos a ganar, ya sabemos que a los mítines van solo los nuestros, pero los ve todo el mundo en RR. SS., medios, etc. Y es una frase realmente estúpida y hasta algo tramposa.
• Intenta ganar tú. Que no sea el partido, que no pierdan los otros. Es realmente importante que seas tú quien ha convencido, ha propuesto, ha ilusionado… sobre todo porque si ganas te llegará ese momento, ese impasse en el que le preguntarás a tu amigo y principal asesor “¿y ahora qué?”.

Las cuestiones de cómo hacerlo bien y cuando colocar tus mensajes en el próximo episodio, 😊, de nada.