Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Camino de San Vicente

Fotografía: Lucke Stackpoole (Fuente: Unsplash).

Entre Monforte del Cid y Agost hay una carreterita a la que creo que denominan “camino de San Vicente”. Hacía tiempo que no la recorría, pues el asfalto estaba más que deteriorado, a pesar de que a ambos lados hay bastante actividad agrícola. Hace unos días, regresando de Novelda, acorté distancia volviendo por esa vía que me lleva muy directamente hacia mi casa en la partida Sol del Camp agostense.

Y me llevé la grata sorpresa de que se había reasfaltado y mentalmente estaba felicitando a los gestores municipales monfortinos, o a los de la Diputación —uno nunca acaba sabiendo de quién es la responsabilidad, y menos el acierto— cuando, al llegar a la parte que supongo es el límite entre los dos municipios, contrasté —con harto quejido de los amortiguadores de mi coche— que el asfalto había dejado de reponerse bruscamente.

En estos tiempos en que tanto se discute sobre la bondad de la descentralización en la gestión —acercar las soluciones a donde precisamente se generan los problemas parece ser más rápido y eficaz— y por ende poner en tela de juicio el sistema autonómico, no pude sino de inmediato preguntarme si tan difícil habría sido al Ayuntamiento de Monforte coordinar con en el de Agost y aprovechar para abordar conjuntamente esa sencilla obra. Y aún más, si el asfaltado había sido sufragado total o en parte por la “dipu de los pueblos”, si desde este organismo nadie había caído en la cuenta de hacerlo en todo el camino y no sólo en una parte.

Así que si ir “camino de San Vicente” es tropezarse con incoherencias asfálticas no quiero ni pensar en que empiecen a recuperarse competencias tales como la Sanidad o la Educación. Lejos de ello, debería trabajarse en una mayor coordinación —por ejemplo que la base de datos de los enfermos esté disponible en cualquier autonomía, caso de ser preciso consultarla, o que un maestro pueda más fácilmente ejercer allá donde prefiera—. Centralizar, como defienden algunos —salvo en los asuntos de carácter “nacional”— no nos ayuda mucho a los contribuyentes periféricos, y ejemplos tenemos en temas de costas, ferrocarriles, justicia, agua… como para hacer los caminos de nuestra existencias mucho más tortuosos.

Toni Gil

Periodista.

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