Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Palabreando

Callejeando

Imagen generada con ChatGPT.

De un tiempo a esta parte, por motivos de salud, bueno de unos vértigos en el oído, pues me he convertido en un copiloto por la seguridad y el respeto que me produce el acto de conducir, y soy de los que conducía una Puch Cóndor III a los 14 años. Si no me veo con todos los sentidos alerta pues como que no voy ni a arriesgarme ni a arriesgar a los demás y mira que me gusta conducir. Pero esto lo digo porque cuando no me pueden llevar o traer, pues como que soy un pasajero del bus de toda la vida si no voy cargado, o del taxi si es todo lo contrario; el Tram reconozco que no me termina pero porque las veces que he subido lo he hecho lleno de gente que subía patinetes y un montón de trastos y no había sitio. A ver, si lleváis patinetes, circulad con ellos. Aprovecho: que los que carecen de patinetes son las personas de la tercera edad, Barcala, momento de invertir en ellos, patineando. Bueno, al grano, que voy de copiloto o de pasajero, en dos días podré hacer el remake de Paseando a miss Daisy pero en versión alicantina y ahí voy. He aprendido que a los taxistas, en general, les van los coches híbridos. De hecho, cuando jubile mi Seat Ibiza me compraré un híbrido y un Toyota, que no hago publicidad, es que el 90 % de los taxis son Toyota. Bueno, una vez subí a un Tesla que molaba mucho, pero ese era todo eléctrico y llevaba su propio satélite y me da como cosa que se caiga la red y me quede en mitad de cualquier sitio. A ver, que si me regalan un Toyota, como que sí. Pero bueno, que parece ser que todos van genial. Si los de Toyota me quieren regalar un híbrido, yo pongo la pegatina y encantado.

Cuando uno viaja tanto en taxi —por cierto servicio imprescindible y yo encantado, sólo hablo de cosas peculiares, si no no hay artículo—, aprende que la mayoría de ellos te están grabando con una cámara (sonríe), lo ponen en una pegatina fuera para que sepas que todo lo que comentes se quedará ahí grabado durante un tiempo, y que casi nadie —contados con los dedos—, a pesar de ser de Alicante sabe dónde está el parque de La Marjal. El club deportivo Arena, sí, (el cubo de Rubik de colorines), La Marjal, no. Y ahí llega Google.

Los profesionales taxistas ponen la dirección en Google Maps y pum, vamos para allá. Recuerdo cuando era joven, que no existía Internet, y la peña se sabía las calles de memoria. De hecho, no sé si en las pruebas para taxista te pedían antes aprenderte el callejero, pero en todo taxi que subieras, decías la calle y no tenías que dar más explicaciones. Sí que es verdad que Alicante era más pequeño, pero tampoco tanto. Pero bueno, que lo importante es llegar y que no deja de llamar la atención que ahora todo vaya vía Google. Incluso, en alguna ocasión me han comentado que en el médico, le han dicho los síntomas de lo que les pasaba y el doctor ha tirado de Google para ver las fotos de alguna cosa. Luego son los primeros que te dicen que no mires en Internet. Pues vale, que no se caiga la red en los momentos justos.

Como justos, y siguiendo con los autos, los coches modernos de ahora que te dicen cuándo estás cansado. De hecho, tuvimos que ir a Valencia por una cuestión particular y, a mitad de camino, el auto saltó con un pantallazo en plan «necesita descansar» y el dibujo de una taza de café (no de donuts ni de pan con jamón). Bueno, como también te redirigen la trayectoria sin saber si estás tratando de esquivar una vaca o un coche mal aparcado, que no sabes si te ayudan o acabarás estampándote contra un ciervo de esos de las señales que, por cierto, aquí en la Comunidad no he visto ninguno, señal sí, ciervo no.

Fuente: exposiciontutankamon.com.

Y hablando de Valencia, pues que nos tuvimos que desplazar justo en momento Fallas. Allí no digas hogueras sin riesgo a ser guillotinado, por cierto, preciosas pero que nos pillaron las lluvias. Fuimos a ver una exposición de Tutankamón que molaba mucho, pero bueno, que como ahora con lo de las impresoras láser todo son réplicas, pues al fin y al cabo todo son juguetes y pantallas digitales y cosas de esas tan modernas que te cuentan la historia y todo eso. Pero que lo importante es que antes de entrar fuimos a tomar un café para hacer tiempo. Lo que se dice un café de después de comer. Y se nos ocurre ir a una cafetería que había cerca y pedirlo. Hacía malo, vamos que chispeaba y no se sabía si de repente iba a caer el chaparrón. Pues nos dice el camarero que para tomar café, en la terraza, pero contestamos: «es que puede llover». Ya, pero el café, en la terraza. Pues eso, lo tomamos en la terraza. Pero que son cosas que uno no termina de entender. Me hice camarero para decir que un día de lluvia el café se toma en la terraza.

Recuerdo cuando una vez fuimos a comer con mi hermana gazpacho a Castalla, un mesón muy reconocido y al servirnos pues nos sirvieron la mitad de comida que a la mesa de al lado. Uno que ya perdió la vergüenza y muchas cosas más, preguntó al mesonero por la particularidad, y la respuesta fue “es que ellos están en mesa cuadrada”. La nuestra era redonda y quizá por eso como que había menos que rellenar, pero así como se lo cuento, y tan tranquilo, gazpacho en mesa cuadrada versus gazpacho en mesa redonda; pues eso, así nos va.

Como el otro día que esperando me encuentro una manifestación en pleno centro de la ciudad, no voy a decir de qué para no dar publicidad ni a uno ni a otro bando. El caso es que eran, calculo, que unos doscientos. Vi menores, muy menores, y esas cosas como que no las veo. Entiendo que si vas a manifestarte y hay policía y hay riesgo de cualquier tipo, pues no te lleves a niños o niñas; y si es política, tampoco; que es una manifestación para ver si dan pañales gratis, pues sí, pero para otro tipo de actos, pues no. Luego había un montón de pancartas, casi todas en valenciano. Que no es una crítica, pero si vais a manifestaros, por lo menos que haya igualdad porque luego el del micro hablaba casi todo el tiempo en castellano y siempre repetía las mismas cosas, tipo rollo mantra, frases cortas y repetitivas. Estuve casi cuarenta minutos y el tío no se salía de lo mismo. Lo triste es que la peña no lo seguía, salvo una docena. La peña estaba allí pero como que no coreaba lo que el chaval decía, que yo pensé: «por qué no hay nadie más que pueda hablar». Que me suena a cuando vas a un centro comercial y te están vendiendo todo el tiempo lo mismo, como un anuncio; o como los que te paran en mitad de la calle para, en el fondo, supuestamente, venderte algo camuflado de apoyo a un colectivo. Se ve que le dieron el micro y no había más que decir. Que no digo que no tuviera razón, pero es que no le dieron cobertura, que siempre era lo mismo. Luego, cuando llegó la hora, a recoger, y al día siguiente, a trabajar, y hoy paz y mañana gloria y ahí se acabó el apoyo solidario. No me veo al del micro, o a cualquiera de los que allí se encontraban, dejando su vida aquí para irse allí o allá y seguir batallando contra las injusticias. Llegó a su casa tranquilo «y a dormir. He cumplido como frontman. Mi momento de gloria». Es muy bonito, pero es mejor lo cómodo que lo bonito.

Lo dicho, que el mundo sigue girando; que las manifestaciones cada vez son menos pero con pasta para hacer carteles y banderas; que Google sigue controlando el mundo de alguna manera; que la lluvia estropeó las Fallas; que fue el Día del Padre aunque ahora es casi pecado recordarlo y festejarlo porque lo importante es el Día de la Madre y el padre como que bueno, vale, como es casi religioso pues pasando; que comenzó la Cuaresma que, irónicamente, en un país supuestamente católico, hay gente que sabe más lo que es el Ramadán que lo del viernes no comer carne. Lo dicho, que el mundo gira de una manera loca, pero que no se detenga.

Libro recomendado, David Bowie. Vidas, una biografía oral de Dylan Jones.

Canción, Modern Love de David Bowie.

 El futuro comienza con el presente y el pasado es otra historia. En fin, que ustedes lo lean, lo pasen y  lo paseen bien.                  

Bruno Francés Giménez

Escritor de serie B.

Comentar

Click here to post a comment