Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Cableados o cabreados

Una fachada de Alicante (Fotografía del autor).

Fui a Múnich por primera vez en 1971 y entre las cosas que llamaron mi atención fueron unas placas o señales que, en las paredes de algunos edificios, mostraban unas flechas hacia abajo y unos números acompañados de unos símbolos. Al preguntar, me informaron que señalaban la profundidad sobre la que circulaban bajo la acera las conducciones de agua potable, electricidad y telefonía. Parece que esta señalización procedía de los tiempos de la reconstrucción que los alemanes imprimieron después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

Por nuestra ciudad, Alicante, andamos ahora reconstruyendo espacios gracias a fondos europeos y uno, inocentemente, pensaba que se aprovecharían las obras para obrar —permítaseme la redundancia — con cierta profundidad y coherencia. Nuestras fachadas son un muestrario de cableados de todos los tamaños y formas, unos encima de otros, de tal suerte que envidio a los técnicos de las diferentes compañías por su habilidad para detectar cuales son los propios y cuales los ajenos. Y cuando la fachada se interrumpe en un solar, no hay problema, los cables se cuelgan de un poste y arreglado. Obviamente, esta situación se reproduce en todas ciudades y pueblos que no han previsto los canales adecuados para evitar esta situación.

Seguramente será un problema no sólo estético porque los elementos están al alcance de los vándalos, difícil de solventar, dado el número de empresas que tienden sus cables a lo largo y ancho de nuestras fachadas. Y coordinarlas para sustituir los actuales cableados por otros subterráneos sería un reto harto complicado. Pero como la competencia de este tipo de empresas (electricidad y telefonía) va in crescendo, cabe colegir que los cables seguirán multiplicándose.

Y los ciudadanos, entretanto, empiezan a estar cabreados.

Toni Gil

Periodista.

1 Comment

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  • Cierto, señor Gil. Y cuánto me alegra leer su articulo. Es una desfachatez lo de los cables cruzando fachadas y solares, pero ¿de quien depende? Soy propietario de un edificio catalogado, en el que, sin permiso del Ayuntamiento, no puedo tocar un clavo. Pero eso sí, llega la compañía «Pepito» de telefonía y te planta un cable atravesando la fachada. Cuando bajas al punto de la injuria y le preguntas al técnico quién le ha dado permiso o, incluso, le increpas el acto, amenazándole con llamar a la Municipal, son ellos los que se ponen chulitos y te amenazan con llevarte de juicios, por impedir el progreso del hombre. Lo malo es que ¡es así de cierto! Ah, y si te hacen un destrocito en la fachada, te toca a ti repararlo, previo permiso de los municipales.
    ¿Y qué hacer, señor Gil?