El Hércules sumó ayer un punto en su visita al Conquense, en tierras manchegas, donde sumó un punto o quizá dejó de sumar otros dos. Jugar contra diez toda la segunda parte y con el acicate de ir venciendo desde el comienzo del segundo acto, deja con mal sabor de boca recibir después un empate, máxime cuando se pudo remachar el partido, a poco que se hubiera sido un poco más ambicioso. Pero este Hércules nada y guarda la ropa, las ve venir y las ve llegar. Es una estrategia. Si se lanza a tumba abierta y pierde diríamos que fue un suicidio. Así siempre se puede argumentar que sumamos fuera de casa.
Conquense 1 – Hércules 1
Recibieron al Hércules en Cuenca como si se tratase del Bayern de Múnich. La prensa local elogiaba durante toda la semana las veinte temporadas en Primera División del conjunto alicantino y las cuarenta y tres en Segunda. Incluso hacían alusión a las características de su estadio, con capacidad para treinta mil espectadores. El club manchego declaró Día del Club, y los socios se tuvieron que rascar el bolsillo para acceder al Estadio La Fuensanta. Hubo recogida solidaria de aceite para donarlo a Cáritas Diocesanas, y por si faltaba algo se inauguró la nueva puerta de acceso, Ángel Pérez, en reconocimiento y homenaje a su antiguo presidente.
Hacía frío en Cuenca, llovía -un día totalmente dispar al que gozábamos en Alicante- y al final el terreno de juego terminó en malas condiciones. El partido fue bronco, a cara de perro y en ocasiones los locales se emplearon con excesiva dureza. Después de una primera parte sin mucho que resaltar, tras una jugada malograda por Carlos Martínez que pudo ser gol, llegó el descanso, antes con la expulsión del defensa Simón. Todo de cara al inicio de la segunda parte con el gol de Carlos Martínez a centro de Nani, un par de conatos de irse arriba, pero finalmente la acomodación. Hasta pudimos perder por falta de ambición; también pudimos ganar en contragolpe de Juanjo y remate de Juli, pero llegó a continuación el empate en un despeje desgraciado de Íñiguez, y de ahí hasta el final hasta llegamos a perder tiempo. Qué lástima, perdió el Lleida frente al Barcelona B y le podíamos haber alcanzado. Así la victoria del Villarreal B, y del Atco. Baleares, hace que nuestro exiguo punto nos haga caer de nuevo hasta la cuarta plaza.
Por cierto, parece ser que por allá, por el siglo XVI, durante el reinado de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, el monarca era muy mujeriego, y la consorte muy celosa. Entonces para disimular y tener excusas se hizo instalar en una torre muy alta algo así como un observatorio con nuevos instrumentos de navegación, observación y dirección del viento, todo un lujo para la época. A la reina no solamente le era indiferente la ciencia sino que la aborrecía y sin embargo el llamado Felipe el Hermoso, encontró la excusa o pretexto para subir hasta allí acompañado de alguna dama, señora o cortesana a la que enseñar, mostrar y divisar parte de su reino, incluida la propia Cuenca que desde allí se podía distinguir. Así se escabullía: «Subo al observatorio con esta dama, que la voy a poner mirando para Cuenca».
Los guardias del monarca que sabían sus verdaderas intenciones y realmente a lo que subía a la torre-observatorio, pronto pusieron de moda la expresión por los burdeles de la época en Castilla, cuando ellos mismos eran quienes los frecuentaban, y desde entonces hasta nuestros días el dicho sigue vigente.
Y otra cosa más, el próximo partido del Hércules es frente al Barcelona B, qué está muy fino y es quinto clasificado. El encnuentro se disputa este próximo sábado día 22 en el Rico Pérez a las ocho de la tarde.
Todos tenemos una cita, salvo que ese día por la mañana les haya a ustedes caído el Gordo de la Lotería Nacional. Aunque otra buena excusa para no asistir, podría ser que ese día y a esa hora, tengan que poner a alguien o alguien les tenga que poner, MIRANDO PÁ CUENCA.
Comentar