Este pasado sábado, el sábado en el que se cambiaba la hora, en la madrugada ya del domingo, coincidiendo con el final del mes de marzo, el Hércules venció por la mínima al Castellón a domicilio. Es verdad que a los puntos podría haber perdido en la primera parte, es verdad que a los puntos podría haber vencido en la segunda, porque gozó de mejores ocasiones que el rival y pudo resolver, pero en este caso, apareció otro de los perejiles de la salsa que conforma el fútbol: los penaltis. El Hércules aprovechó los que tuvo a favor y el Castellón no materializó el suyo que hubiese propiciado encarrilar el encuentro. Al final victoria blanquiazul en tierras castellonenses. El Hércules adolece de pegada pero se mostró efectivo desde los once metros, por medio de Carlos Martínez y Benja.
Castellón 1 – Hércules – 2
Hay un dicho, muy extrapolado al mundo de la prensa y el periodismo que dice: «Perro no come carne de perro»; más mundano se conoce como: «Entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera». Todo ello es extensivo al hecho de no atacarse, o respetarse, dentro del propio ámbito, de la misma profesión o la misma actividad. Pero lo de la retransmisión, del día treinta de marzo, del Castellón-Hércules por parte de la recién creada y estrenada Televisión Autonómica Valenciana, que han bautizado como «Á Punt» sobrepasa todos los límites y parámetros de la profesionalidad, la objetividad y la imparcialidad bien entendida. Tanto como para que este humilde comunicador levante la voz.
Los que no quisimos, o no pudimos o simplemente tuvimos miedo a desplazarnos a Castellón, según los precedentes del partido de la primera vuelta, seguimos el partido a través de la nueva televisión autonómica de todos los valencianos, o al menos eso pensamos, que era de todos. Nos sorprendieron con una narración curiosa y no al uso. El partido lo narraba al unísono un hombre y una mujer. Una voz masculina y una femenina. Pero uno no narraba y el otro comentaba. Los dos iban a una, se solapaban, se interrumpían, se montaban el uno sobre el otro, y además había complicidad, la pareja eran colegas, más todavía, eran amigos, no sólo eso, eran amiguetes. Desde el primer momento dejaron claro que iban con el Castellón y no con el Hércules.
Alguien debería explicarles el significado de la palabra imparcialidad, objetividad, equilibrio, ecuanimidad. Algún jefe del nuevo ente autonómico debería decirles que la Comunidad Autónoma Valenciana, va desde el propio Vinaroz, frontera con Cataluña, hasta Pilar de la Horadada, frontera con Murcia.
Lamentable. Desde el primer momento desearon la victoria del Castellón, por encima del Hércules. Comenzaron diciendo que los tres puntos le hacían más falta a los de la Plana, como si los alicantinos no nos jugásemos un ascenso. Cuestionaron el penalti a favor del Hércules. Pusieron en tela de juicio la lesión de un jugador del Hércules, por si estaba perdiendo tiempo, se conocían obra y milagros de la plantilla local, mientras hablaban de referencias de los de Alicante, y más y más. Algo así, como si el Castellón hubiese estado jugando contra el Huelva, o el Lugo, o el Real Murcia. Dos verdaderos hoolligans, menos mal que al perder el Castellón, no se desfondaron del todo.
Quizá no sea todo tan retorcido, no nos chupamos el dedo. Quizá es que el Hércules sea el único club que no ha accedido a las condiciones económicas que ofrecía esta nueva televisión autonómica para llevar a cabo la retransmisión de sus partidos. En el seno blanquiazul se pensó que a poco que la marcha deportiva fuera bien, se obtendría más en la taquilla de un domingo que con el dinero de las arcas de la tele autonómica, a recibir a seis meses vista, cuando la recaudación por la venta de entradas es inmediata y a «toca teja».
Dicho esto. El Hércules ganó, y la jornada en cuanto a resultados resultó redonda. Lo cortés no quita lo valiente. El Hércules no tiene gol, muestra peligrosidad, pero a su pólvora le falta mecha. Ocasiones y ocasiones y en este caso todo se resolvió merced a los penaltis.
Mediada la primera parte, penalti dudoso de Samuel, lanza Ramón Verdú, Falcón lo adivina y evita el adelanto en el marcador. El Castellòn, mejor en los primeros cuarenta y cinco minutos, hace daño en velocidad, una ocasión y otra tras otra. Sólo Carlos Martínez y Benja dieron señales de vida en dos ocasiones. Pero llegó el minuto treinta y siete y el castellonense en las filas del Hércules, Nieto, de lo mejor, centra un balón en el área e intercepta con las manos, un defensa. Penalti. Lo transforma en gol Carlos. Raso con maestría.
Todavía en el último suspiro de la primera parte pudo resolver Benja, en una falta indirecta dentro del área local, el balón al larguero.
En la segunda parte, claro dominio herculano, que mandó de principio a fin. Ocasiones para Carlos Martínez, Benja y Roige. Más que suficiente para haber resuelto, pero en el setenta y ocho llegó el empate. Gol de César Díaz, a centro de Muguruza. Nada que objetar, el atacante del Castellón les ganó la espalda a los defensores herculanos en un claro despiste, y así se lo recriminó Falcón a sus compañeros. Todo el trabajo de la segunda parte por la borda.
El Hércules seguía sufriendo hasta con el empate buscando la hora final. Pero el fútbol, como la propia vida, te da sorpresas, y a veces inesperadas. Inesperadamente en el ochenta y seis, balón en profundad para Benja, que es claramente arrollado por el central del Castellón, sin posibilidad de rematar, no le da una patada, ni le zancadillea, pero claramente le desequilibra, sin opción de remate. Los narradores de la tele, dijeron que notó el contacto y se dejó caer, otra majadería más. El árbitro no se arredra y señala la pena máxima. El propio Benja lo materializa. De ahí hasta el final, sufrir y sufrir, pero un sufrimiento que vale tres puntos de oro, a tenor de los resultados cosechados en la jornada por los rivales directos. En esta ocasión no marcaron los defensas, lo hicieron los delanteros, que fuera de penalti ya es lo de menos. La satisfacciones comienzan a imponerse a las objeciones.
No pasó del empate a cero el Baleares frente al Ebro. El Cornellá también empató a cero contra el Conquense. El Alcoyano a la desesperada derrotó al Lleida por dos tantos a uno, y Olot y Villarreal B se repartieron los puntos.
No se puede pedir más.
El Hércules es segundo y suma cincuenta y tres, a cinco del Baleares y uno por detrás del Villarreal, pero lo que es más importante, se ha abierto una brecha de seis puntos con el sexto clasificado.
El próximo encuentro contra el Alcoyano. Enfrentamiento de rivalidad provincial. Es cierto que al Hércules no se le da bien este rival, pero aquí no cabe otra, habrá que romper las estadísticas. Al Hércules la victoria le hace falta para jugar la promoción de ascenso, y al Alcoyano para librarse del descenso, está en una posición más que delicada. Pero en cualquier caso, habría que consultar con los responsables, locutores y narradores del fútbol de «Á Punt TV»…¿QUÉ PENSARÁN ELLOS, QUÉ ES LO MÁS CONVENIENTE?
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