Se adelantó en el marcador el filial valencianista al comienzo del partido, y con ese resultado fuimos hasta el descanso. Nos lo hicieron pasar realmente mal, por suerte o por acierto, por voluntad y por constancia, la segunda parte fue diferente y el Hércules pudo remontar un partido que tenía cuesta arriba, haciendo dos goles, uno de ellos de penalti, en el segundo acto, y de paso sumando tres puntos de gran valor que nos siguen manteniendo en la zona de promoción de ascenso.
Hércules 2 – Valencia Mestalla – 1
Quizá algunos se puedan preguntar el porqué del curioso titular de esta crónica. Es muy sencillo, responde al MIEDO que pasó la sufrida parroquia alicantina. Se supone que el carnaval es jolgorio, alegría, fiesta, desenfreno, y una puerta abierta a lo grotesco. Para tal fin, así estaba preparado todo este sábado noche en la Rambla de nuestra capital. Sin embargo, en el Rico Pérez lo que se instaló, durante buena parte del encuentro, fue Halloween. O lo que es lo mismo, miedo, pánico, desasosiego, y hasta terror. Porque terrorífico hubiese sido, si el equipo de la capital de Valencia, se hubiera llevado también los puntos. Por aquello del Carnaval, el Valencia B, parece que decidió quitarse el traje de colista y disfrazarse, o mejor dicho vestirse, de equipo serio, aguerrido y con hechuras, no diría yo que se pusiera el traje de Brasil de los 70, pero desde luego no parecía ser el último de la tabla de clasificación.
Llegó el gol valenciano en el minuto once de la primera parte. Un balón mal despejado y con dificultad en el área blanquiazul, le cae franco a un oponente, y de tiro potente y cruzado bate a Falcón, que nada pudo hacer. Entonces no el Carnaval, sino Halloween, hizo su aparición, porque a todos los presentes nos vinieron a la mente los fantasmas del Levante B, del Ebro, del Teruel, todos esos equipos de mitad de la tabla hacia abajo, que curiosamente han vencido en el Rico Pérez esta temporada, y que lejos de sufrir miedo escénico, impresionados por el estadio, lo que les ha servido es de estímulo y acicate. Algo así como la maldición de los modestos.
Dominó el Hércules en la primera parte hasta el final, pero sin mayor peligro ni profundidad. Y con la derrota parcial, se llegó al descanso. La segunda parte fue muy diferente. El Hércules se quitó en este caso el disfraz de acomplejado y mártir como local, y salió a por todas. Quizá fue un nuevo atuendo de guerrillero aguerrido, pero no exento de clase y talento. Cierto es que como el Valencia estaba a lo suyo, es decir en Halloween, todavía hubo margen para mucho más miedo, al inicio de la segunda parte. Se le heló la sangre a la parroquia local cuando, entre dos defensores herculanos, cayó en el área un delantero del Valencia. El arbitro dudó y perdonó. Realmente le hicieron penalti entre ambos o simplemente se dejó caer al notar el contacto de los dos oponentes. En la sala de prensa, el entrenador visitante, Chema Sanz, fue un caballero, porque reconoció el penalti que ellos hicieron, aunque de este otro también dijo que: «Quería verlo por televisión».
El empate llegó el minuto cincuenta y cinco, merced a una falta que botó, Chechu Flores, mal despeje, embrollo en el área tras tiro de Juli y rechace, se aprovecha el central herculano Íñiguez para marcar a placer. A partir de ahí, se vivieron los mejores momentos de juego local, con ocasiones variadas y bonitas. Fue en el minuto setenta y seis, cuando volvió en este caso el Carnaval. El central valencianista Román, antiguo jugador del Hércules, ahora con diferente camiseta, nos hizo el mayor favor que durante todo el tiempo que vistió la del Hércules. Es paradójico pero es así.
Centro de Chechu Flores, salto entre Román y Carlos Martínez, que había salido en la segunda parte, lo desequilibra, derribándole pero sin mayor violencia, y el árbitro no lo duda y pinta penalti. El propio Carlos Martínez lo transforma y se convierte en el dos a uno. También en sala de prensa, el preparador del Hércules, Planagumá, quien si no fuese entrenador de fútbol podría haber sido torero, pegó el siguiente pase al ser preguntado: «Si en este caso, en una y otra jugada, nos dieron algo, por lo que otro día nos quitan o se equivocan».
Como diría el castizo: ‘Las mansas, por las que topan’.
Todavía en el noventa y uno, Benja, pudo hacer su gol. Y así, con el añadido, llegamos al final. Otra buena noticia es que el líder Atco. Baleares, dejó de sumar de tres en tres, al empatar en su desplazamiento a Olot. El próximo partido será en Badalona. El conjunto catalán tiene un estupendo campo de fútbol. Nuevo y moderno. No valen excusas. El Hércules deberá de dejar a un lado CARNAVALES y HALLOWEEN, para meterse ya de lleno en la CUARESMA, que ya saben es tiempo de MEDITACIÓN y CONVERSIÓN.
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