Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

Aurora

Fuente: Pedro Picatoste.

Siempre digo que está de viaje por Italia, siempre que surge un problema grave en su vida yo la invito a viajar a Italia. Allí hay gente que la quiere, igual que aquí. A veces era necesario, aunque ella soluciona enseguida los problemas: ¡brossa fora! Nadie como Aurora para luchar contra un enemigo tan fuerte, un enemigo al que opuso toda su fuerza, toda su voluntad y la de todos nosotros. Lleva años demostrándonos su fortaleza, su optimismo y su valor. Sin desfallecer, sin quejas y con la seguridad de que no podrían con ella.

En la oficina parecía que, aún en las bajas, estuviera siempre allí. Sus compis esperan que vuelva de su viaje transalpino para volver a reír con ella, continuar con todas sus historias, nadie sabía contar una novela o una película como ella. Yo hay libros que no sé si los he leído o me los ha contado ella, y todos queremos aprender ese don único que supone conocer a la gente, tanto como se puede conocer, con una sola mirada. Cuerda como nadie, demostraba su debilidad solo con dos cosas: sus sobrinos y los que la quieren. Siempre dispuesta a divertirse, nunca rechazaba tomar algo por ahí por la noche, es su ecosistema.

Es de esas personas que el mundo pone para que todo sea mejor, de esas personas que crees que sin ellas nada sería igual. Y así es. Desde que se fue a Roma aquí no hay muchas de las cosas que ella nos daba, todos actuamos de forma diferente, nos atrevemos con lo que no hubiéramos hecho y nos pensamos menos las cosas. No hay clarividencia, ni tanto honor. Pero sí recordamos el valor, la valentía de quien se ve en problemas y sabe mirarlos de frente con todas las consecuencias. Esas personas son invencibles, solo desde dentro pueden ser derrotadas, si es que lo son.

Cada día llego con ganas de verla, todos miramos su silla y envidiamos de alguna manera su viaje, sus largas, interminables vacaciones. ¿Qué más da quién ganara la batalla? Es invencible su recuerdo y su viaje, y aunque no tiene retorno, es lo de menos. La forma de luchar es lo importante, igual que ese viaje es lo apasionante, no tanto el destino.

No podemos contar el tiempo porque aunque no ha vuelto, tampoco se ha ido. No quiso que la viéramos mal, no quiso ir al hospital, ella no pidió nada, no quiso molestar, se sabía querida, muy querida y recordada, muy recordada; todos tenemos un vacío dentro del corazón y una lección en el cerebro gracias a ella. Menos mal que lo vivió ella y no otro de sus seres queridos, nosotros lo pudimos aguantar porque ella nos ayudó. Mi hermanita.

(Esta semana encontré a alguien que me preguntó por ella y su amiga Esperanza me pidió este texto que le escribí el Día contra el cáncer y no publiqué. Se me sigue apareciendo en mi vida, cosa que agradezco siempre).

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

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