¡Atención: las elecciones autonómicas serán primarias!

El pasado verano estuve en la provincia de Zamora durante unos días, y en una de las visitas cerca de la zona de la sierra de La Culebra, incendiada en una parte muy significativa, me allegué a Ferreruela de Tabara, donde me encontré con una pancarta reivindicativa: la atención primaria en los pequeños pueblos estaba siendo puesta en cuestión y había generado una campaña titulada “nuestro médico se queda” que se inició, según la propia página web con esa denominación, hace tres años, y que tuvo un gran eco en los numerosos municipios de la Comunidad, con manifestaciones populares, y parece que frenó las primeras intenciones restrictivas.

Por estos terruños —que también tuvieron sus incendios— no transcurre una semana sin que haya noticia negativa para nuestros gestores autonómicos, de forma que parezca que se la están jugando en la próxima convocatoria electoral que, aun teniendo su propio carácter y trascendencia, pueden ser indiciarias de lo que pudiera acontecer en las legislativas de fin de año (si es que se mantiene el calendario previsto y no se anticipan).

A la presunta financiación irregular de los socialistas, que ya casi nadie aprecia, acostumbrados como estamos a que sea moneda corriente en los grandes partidos, habría que sumar el maltrato que sufre esta provincia en el tema del agua, asunto en el que no sólo se ningunea al líder autonómico sino que prácticamente se le ridiculiza desde Madrid. Tema que parece solo afectar a los agricultores y del que la mayoría de los ciudadanos pasamos olímpicamente.

Y un día sí y otro también, toca la Sanidad: por la presión que sufren los médicos de familia (las citas telefónicas con retrasos de hasta diez o doce días, no digamos las presenciales), las demoras para consulta de especialistas (pongo por ejemplo que mi esposa está esperando que le den fecha desde hace ocho meses para que le atienda un traumatólogo, a quien le remitió el de cabecera) y las enormes listas de espera para intervenciones quirúrgicas, y bastantes colapsos en Urgencias. Como guinda, estaba prevista para mañana y pasado una huelga de médicos en esta Comunidad, que los profesionales, una vez más han aplazado en beneficio de los enfermos que podrán seguir siendo atendidos.

Mientras, el procomún —que diría Cela— asiste casi impertérrito a esta falta de atención primaria por parte de nuestros administradores políticos. Ni pancartas ni movilizaciones. Se la están jugando, y sólo les quedan unos meses para convencer a los administrados que son capaces de hacerlo algo mejor. Así que, si no se ponen manos a la obra, el fuego puede llegar a quemarles los cojines de sus acolchados sillones.