“Ha cambiado la tecnología, pero no la esencia del periodismo”
Asunción Valdés
Esta entrevista apareció publicada por primera vez el 28/1/2021 en el Anuario de APPA.
Dos palabras corren paralelas a la trayectoria periodística de Asunción Valdés, primera y elegancia. Primera, porque tuvo la llave para abrir varios techos de cristal; en 1986, el primero, cuando ese concepto acababa de acuñarse, fue para dirigir la delegación del parlamento Europeo; en 1983, la segunda al convertirse en la primera responsable de Comunicación y directora general en el Palacio de la Zarzuela, y la tercera, cuando se convirtió en la primera directora de un telediario. Y elegante por la distinción y gracia natural que imprime a toda su actividad, tanto periodística como sus múltiples solidaridades con diferentes sectores sociales.
Porque elegancia es la que hay que tener que desplegar en una redacción, para ser fiel a las propias creencias y sortear cualquier ataque deliberado a la libertad de expresión, esa que todos los españoles tenemos reconocida en la Constitución española.
Asunción Valdés Nicolau significa entrega, responsabilidad, compañerismo, ética, tolerancia y por encima de todo, profesionalidad.
Hemos conversado con Asunción sobre periodismo y su ejercicio:
–Vd. obtuvo una beca para estudiar en el Colegio de Europa en Brujas cuando terminó Periodismo y Ciencias Políticas, ¿cree que salir a Europa marcó su futuro profesional?
–AVN: Sí. Influyó en mi actitud europeísta y en el nombramiento como corresponsal en Alemania y después en Bélgica de RNE. Seguí de cerca las negociaciones para la integración de España en la Comunidad Europea. Este periodo también influyó en ser la primera directora de un telediario. Tras la entrada de nuestro país, las oposiciones a las instituciones comunitarias se abrieron a los españoles. En junio de 1986, me presenté para dirigir la delegación del Parlamento Europeo en Madrid. Cuando llegué a la primera reunión con colegas de los otros Estados miembros, yo era la única mujer. Este hecho refleja lo que había cambiado España con la llegada del Rey Juan Carlos a la Jefatura del Estado, tras la muerte de Franco.
–¿Cómo analiza haber sido la primera mujer en la Jefatura de Comunicación de la Casa Real?
–AVN: Fui la primera responsable de Comunicación y la primera directora general en el Palacio de la Zarzuela. Los altos cargos de la Casa de S.M. el Rey eran militares, de la Guardia Civil o funcionarios de la Administración del Estado. Nombrando a una periodista, Don Juan Carlos demostró mentalidad avanzada. Ya lo había demostrado al asumir la Corona. Sabía que España tenía que volver a la escena internacional y pilotó la Transición hasta lograr el periodo más largo de mayor prosperidad de nuestra historia. En enero de 1993, cuando recibí la propuesta, estaba en el Parlamento Europeo. Mi experiencia en prensa regional y nacional y en RTVE era también esencial para el nuevo trabajo. Acepté enseguida. Volvía al periodismo, en este caso, institucional.
–Fue durante más de diez años Jefa de Relaciones con los Medios de la Casa Real, ¿cómo es el trabajo en un gabinete en momentos de crisis?
–AVN: Para que funcione bien la comunicación externa tiene que funcionar la interna. Nos reuníamos habitualmente el Jefe de la Casa del Rey, el Secretario General, los Jefes de las Secretarías de la Reina y del Príncipe de Asturias, de Protocolo y servidora. Don Juan Carlos nos decía que la Corona está al servicio de los españoles para impulsar la ciencia, la cultura, la educación, la economía o el deporte; todo lo que hace grande a un país. Por eso, tanto la abdicación como ausentarse de España han sido decisiones coherentes. La última, especialmente dolorosa, con su salud deteriorada y casi 83 años. Si causa problemas que pueden perjudicar a la Institución, y por lo tanto a los españoles, el Rey se retira.
–¿Cómo se enfrentaría, por ejemplo, a la polémica sobre las cuentas secretas del rey emérito?
–AVN: Dejemos que actúe la justicia. Hasta ahora no ha sido inculpado. Pero si es requerido en sede judicial, regresará enseguida. A pesar de ello, mis amistades europeas no entienden que un estadista de prestigio internacional, que durante cuatro décadas impulsó y salvó la democracia del golpe del 23-F, sufra la condena política que, aunque no mayoritaria, parece dominar la escena pública española. Echo de menos que el poder legislativo o ejecutivo no hayan promovido la ley para resolver cualquier duda respecto a abdicaciones, prevista en el artículo 57 de la Constitución. El estatus de los expresidentes de Gobierno o de las Comunidades Autónomas está regulado y el de un rey honorífico no. La ausencia de esta ley no justificaría conductas irregulares o poco ejemplares, como el mismo Juan Carlos parece reconocer con la regulación fiscal, pero la ausencia de normas sí puede explicar, en parte, cómo hemos llegado hasta aquí.
–¿Y cómo valora haber sido la primera directora de un telediario?
–AVN: El director general de RTVE, José María Calviño, y el Jefe de los Servicios Informativos, José Luis Balbín, confiaron en mí, tal vez, por mi experiencia internacional. Mi etapa en el Telediario de las tres fue muy positiva. Aún no había televisiones privadas y era la referencia informativa para los españoles. Pero dimití a los nueve meses por la emisión de una noticia que vulneraba el derecho a la presunción de inocencia. El redactor entrevistó a un presunto delincuente de tal forma que parecía acusarlo del homicidio de un joyero madrileño. La mañana había empezado sobresaltada. Terroristas del GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) atracaron un banco en La Coruña, con toma de rehenes que duró seis horas. Mi atención se centró en este suceso, por lo que la noticia sobre la detención policial en Madrid la vi ya en directo. Asumí mi responsabilidad.
–Comenzó a trabajar en Alicante y recibió los premios “Importante” del Información y uno de “Los Mejores” de La Verdad, ¿qué les diría a los jóvenes al inicio de la profesión periodística?
–AVN: Les felicitaría por haber elegido una de las profesiones más bonitas. Los periodistas somos depositarios del derecho a recibir información veraz. ¿No es impresionante? El recuerdo de esos premios me reitera en la idea que les dio vida: además de noticias negativas hay instituciones y personas, a veces anónimas, que desarrollan actividades positivas y contribuyen al progreso. Cumplir con el deber es ya algo positivo. Y a los jóvenes periodistas les diría que se formen permanentemente, que se documenten muy bien, porque su trabajo influye muchísimo en la sociedad. La buena salud de la democracia depende de un periodismo independiente y riguroso; es decir, del derecho a la libertad de expresión, de empresas informativas solventes y de periodistas muy bien preparados.
–¿Cree que el periodismo se enfrenta a un cambio de era, que hay una nueva concepción periodística?
–AVN: Ha cambiado la tecnología, pero no la esencia del periodismo. Las técnicas evolucionan desde que nació la primera publicación periódica de impresión artesana, hasta las rotativas que industrializaron el sector. La llegada del telegrama, el teléfono o la fotografía, en el siglo XIX, también supuso una gran revolución para la prensa. Por eso, no debemos deslumbrarnos por los avances tecnológicos, que son bienvenidos, pero serán superados por otros mucho más modernos. El periodismo es ofrecer información veraz y contrastada de forma regular. La credibilidad informativa la dan las cabeceras, sea en papel o en línea, y los medios audiovisuales, que igualmente emiten online, porque tienen responsabilidad editorial; es decir, compromiso constitucional y si no lo cumplen, responden ante los tribunales. El nacimiento de la radio y la televisión, el siglo pasado, significó asimismo un gran avance tecnológico. Pero no por ello cambió la esencia del periodismo.
–¿Cómo cree Vd. que la pandemia está afectando al sector? La profesión periodística se reconoció como imprescindible en tiempos de pandemia, ¿hasta dónde cree que llega el compromiso social del periodista?
–AVN: El sector está demostrando gran capacidad de adaptación y resistencia. Es admirable cómo, en las etapas más duras del confinamiento, los medios no han fallado. Gracias al teletrabajo y a una valiosa coordinación se ha producido el milagro de sacar periódicos con redacciones vacías. Los periodistas demuestran la función social del periodismo y su vocación de servicio. Lo mismo cabe decir de los medios audiovisuales. Con razón, los medios fueron considerados sector esencial en el Real Decreto que restringía otras actividades. Pero desde el punto de vista económico, por desgracia, la pandemia causa estragos que repercuten negativamente, debido a la caída drástica de la publicidad. Empresas periodísticas se han visto obligadas a acogerse a ERTE que, en algunos casos, desembocan en pérdida de puestos de trabajo. Soy consciente de que no es el único sector que sufre. Pero en el de los medios la situación es especialmente peligrosa. La independencia es el valor más preciado del periodismo de calidad, imprescindible para la solidez de la democracia.
–La pandemia y la información especializada ¿han puesto de relieve la necesidad de especializarse o de contar con expertos a quienes consultar?
–AVN: Ambas opciones son compatibles. Los medios se organizan en secciones que configuran auténticos especialistas por su labor diaria en contacto con las fuentes directas. Pero en ciertas ocasiones es necesario acudir a expertos del mundo académico, por ejemplo. La novedad de los últimos años es que, a medida que las sociedades son más complejas, crece la diversidad de asuntos sobre los que informar. Las universidades y las propias asociaciones de la prensa ofrecen masters o cursos especializados para formar especialistas en medio ambiente, sector de acción social (fundaciones, asociaciones y ONG), envejecimiento de la población, género e igualdad, sociedad digital, etc. Necesitamos a los mejores periodistas para los mejores medios y para la mejor comunicación pública o privada.
–Internet ha democratizado las fuentes y la inmediatez al redactar facilita esas búsquedas. ¿Qué opinión tiene de las fuentes?
–AVN: Internet es un tesoro pero no es infalible. Hay que diversificar las fuentes. El periodista tiene que buscarlas y cuidarlas. Comprendo la urgencia del redactor de noticias que en su pantalla puede tener todo al instante. No me parece mal esta forma de trabajar. Al contrario, es una ventaja. Pero que no sea la única. Además de la de los expertos, el periodista puede conseguir información de fondo, necesaria para tener criterio antes de redactar. Recomiendo las conversaciones background –no se cita la fuente– con portavoces, políticos, cargos públicos o privados. Facilitan antecedentes que ayudan a comprender hechos pasados o futuros.
–¿Qué opina de la desinformación? ¿Cree que es connatural a esta época que vivimos?
–AVN: Lamentablemente, no. Las intrigas y los bulos han existido siempre. Lo que ocurre es que las TIC han aumentado su propagación. En 1924, la periodista almeriense, Carmen de Burgos, denunció la intoxicación informativa. Escribió la novela Las ensaladillas, papelitos con insidias que se lanzaban desde arriba en el entreacto de representaciones teatrales. A partir de ahí, funcionaba el boca a boca.
–¿Cómo combatiría la desinformación?
–AVN: No difundiendo bulos. El periodismo de calidad antes de publicar algo lo somete a comprobación, tratando de confirmarlo hasta por tres fuentes. Si no se confirma, no se difunde. No es noticia. Es un rumor o un bulo. En 1896, The New York Times acuñó el siguiente lema: All the news that’s fit to print (Todas las novedades aptas para ser publicadas). Quería diferenciarse de sus rivales, periódicos sensacionalistas, y ofrecía un diario “en el que se pudiera confiar”. Lo que nos llega al móvil con apariencia de noticia –porque el asunto está relacionado con la actualidad– pero no está atribuido a ningún medio o está avalado por fuentes fidedignas no tiene credibilidad. Por lo tanto, hay que desconfiar, aunque nos lo reenvie una persona próxima a la que deberemos advertir del bulo. Lo correcto sería que esa persona informara asimismo a sus contactos. Hay que frenar la difusión del bulo y no dar a reenviar.
–¿Cree que hay que desmentir las noticias falsas?
–AVN: Solo en caso de que, por equivocación, el medio haya difundido una noticia falsificada, una fake new. Si el bulo atañe directamente a personas o instituciones serán estas las que deberán frenar la desinformación, difundiendo la información correcta.
–¿Cree que los periodistas necesitan control ajeno a los comités deontológicos de sus medios o de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, que vela por el cumplimiento del Código Deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España?
–AVN: No. Además en España existe por ley el Derecho de Rectificación. Cualquier persona física o jurídica que se considere perjudicada por contenidos falsos o inexactos puede solicitar al medio que publique o difunda su aclaración. Si el director no lo hace, el que se siente perjudicado se podrá dirigir por escrito a los tribunales. Tras estimar la reclamación, el juez llamará a declarar al director del medio que expondrá sus motivos. Si no convencen, el juez ordenará la publicación de la rectificación. El artículo 20 de la Constitución consagra el derecho “a recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.”
–¿Cree que el público ha perdido la confianza en el periodismo?
–AVN: No, al contrario. Por las razones que acabo de exponer, los ciudadanos podemos confiar en los medios de calidad. Gracias al universo digital, nunca ha habido tantos lectores, millones de visitantes de medios online, como ahora.
–¿Qué opina sobre pagar por contenidos de noticias?
–AVN: Que debe ser así. La información de calidad cuesta tiempo y dinero. Lo más valioso de los medios son sus periodistas. Remunerar dignamente su trabajo e invertir en formación continua son garantías de credibilidad del medio. Los editores también deben invertir constantemente en innovación para adaptarse a las mejoras tecnológicas.
–¿Qué fideliza más un medio o la firma de un periodista?
–AVN: Creo que el medio. Las personas pasamos, las instituciones permanecen. Es evidente que sin buenos periodistas el medio de comunicación social no se convertirá en marca de referencia.
–¿Cree que en la educación curricular debería existir una asignatura llamada Comunicación, donde se agudizara el sentido crítico y se pudiera enseñar a detectar las noticias falsas?
–AVN: No conozco a fondo los planes de Educación, pero sí me parecen convenientes actividades relacionadas con los medios informativos. La Asociación de la Prensa de Madrid, en colaboración con la Fundación La Caixa, organiza desde hace diez años los Talleres de Fomento de Lectura de la Prensa en la Escuela, con el fin de imbuir el hábito de leer, el espíritu crítico y poder combatir, así, la desinformación.
Asunción Valdés Nicolau, una periodista de primera
La alicantina estudió en las Teresianas hasta los 17 años porque se fue a Madrid a comenzar las carreras de Ciencias Políticas y Periodismo, sin dejar nunca su vinculación con la terreta. En 2006, el Ayuntamiento le otorgó la Calle Periodista Asunción Valdés, reconocimiento del que está muy orgullosa.
Pisa por primera vez una Redacción como becaria en el diario Patria de Granada. Tras licenciarse en 1972, empieza a trabajar en el Información y después en La Verdad. Consigue una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores para estudiar en el Colegio de Europa, en Brujas. Permanece un curso más en Bélgica para realizar en Bruselas periodos de prácticas en la Comisión y el Comité Económico y Social de las entonces Comunidades Europeas.
Vuelve a España y entra en RNE, en las emisiones de Radio Exterior. En enero de 1976, como redactora de economía internacional, forma parte del equipo fundacional de El País. Un año más tarde es nombrada corresponsal de Radio Nacional de España en Bonn y, en 1982, es trasladada a Bruselas. En 1983 se hace cargo de la primera edición del Telediario, puesto del que dimite a los siete meses por razones éticas: la emisión de un reportaje que no respetaba la presunción de inocencia. En 1985 comienza a dirigir En portada, programa de Televisión Española que la llevó como enviada especial a América, Asia y Europa. Desde octubre de 1986 hasta 1992 es directora de la Oficina del Parlamento Europeo en España, puesto que ganó por concurso-oposición al que se presentaron más de cuatrocientos candidatos.
En 1993 es nombrada Jefa de Relaciones con los Medios de Comunicación de la Casa Real, cargo que le permitió vivir de cerca acontecimientos muy importantes para España, en general, y Alicante, en particular, como la visita de los Reyes a la OAMI, la entrega por Don Juan Carlos de los Premios Nacionales de Diseño en el Teatro Principal; el primer recorrido del Príncipe de Asturias de una Comunidad Autónoma que fue la valenciana por decisión de la Casa Real e incluyó, entre otras localidades, la Santa Faz y la ciudad juguetera de Ibi; la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, presidido por el Rey; la inauguración del Museo del Calzado, en Elda, por la Infanta Doña Elena que también visitó Fontilles, acompañando a la Reina Fabiola; la inauguración del MARQ por Doña Sofía, que asimismo reinauguró los teatros de Elche y Orihuela; o la celebración del Día Nacional de la Cruz Roja, presidido por la Infanta Doña Cristina.
Un año antes de salir del Palacio de la Zarzuela, a propuesta de la Reina, fue nombrada miembro del Patronato de la Fundación Reina Sofía, actividad filantrópica que siguió desarrollando en su Consejo Asesor, al dejar la Casa Real en 2003. También estuvo en el Patronato de la Fundaçao Luso-Espanhola.
Fue vocal del Consejo Asesor de Ernst and Young y directora general de la Fundación Euroamérica, siendo miembro del Consejo Editorial de su revista Forum. En Alicante, formó parte de la Junta Directiva del Club Opinión Encuentro y fue profesora de los másteres en Cooperación, y Comunicación de la UA. También perteneció al Consejo Académico del máster de Derecho Comunitario de la Universidad Carlos III, de Madrid.
En 2011 fue nombrada directora general de Relaciones Externas de Editorial Prensa Ibérica y empezó a colaborar como articulista en sus catorce medios regionales. En representación de este grupo de comunicación, uno de los primeros de España, ha sido miembro de la Asociación de Editores de Diarios Españoles y del Consejo de Administración de la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD).
Ha desarrollado una destacada labor corporativa como Vicepresidenta de la Asociación de la Prensa Extranjera en Alemania, en la Junta Directiva de la Asociación de Periodistas Europeos y en la Comisión de Auditoría y Garantías Electorales de la Asociación de la Prensa de Madrid. En la actualidad es miembro del Consejo Asesor de la Fundación Conexus para las relaciones entre la Comunidad Valenciana y Madrid, fellow de la Fundación Marshall de Estados Unidos y miembro del Comité de becas del Colegio de Europa.
Reconocimientos
- 1990: Pregonera de les Fogueres del V Centenario de la Ciudad de Alicante.
- 1993: Premio “Importante” del diario Información.
- Galardón “Los mejores” de La Verdad.
- 1996: Premio FEDEPE (Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias).
- 1999: Premio Flor de la Asociación Dones i Comunicatió.
- Presidenta de Honor de la Asociación benéfica Amurada, de Alicante.
- 1999: Encomienda de número de la Orden de Mérito Civil.
- 2000: Chuana de Honor, Hogueras de Alicante.
- 2002: Premio Seco de Lucena a la Trayectoria Profesional de la Asociación de la Prensa de Granada.
- 2003: Encomienda de número de la Orden de Carlos III, ambas (1999 y 2003) otorgadas por el Rey Juan Carlos I.
- Moro Ejemplar de la Comparsa de Moros de Sax.
- 2004: Caballero de la Legión de Honor por su contribución a las buenas relaciones hispano-francesas, condecoración concedida por el Presidente de la República, Jacques Chirac.
- 2006: Calle en Alicante.
- 2012: Pregonera de la Navidad, acto organizado por la Asociación de Belenistas de Alicante.
- 2014: Premio Hermes de la Asociación de Consumidores de Medios de Alicante.
- 2017: Exaltadora de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús y el Santo Sepulcro, de Alicante, con motivo de su 75.º Aniversario.
- Premio del Instituto Mediterráneo de Estudios de Protocolo de la Universidad Miguel Hernández, de Elche.
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