Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Palabreando

Andamiando

Andamio. Fotografía de Felalo (Fuente: Wikimedia).

Nunca entenderé que la peña que pone andamios para pintar o remodelar o arreglar las fachadas no contrate a un/a guardia jurado para que la peña no trepe por ahí. Un andamio, a partir de que la gente deje de trabajar, es una escalera para los amantes de lo ajeno. Así de sencillo. Y diré más, es tan fácil como sentarse y estar pendiente del horario de la gente, a qué hora sale y entra de su casa, controlarlo un par de días, y ¡venga, para adentro!

Creo que habría que denunciar a estas empresas que no ponen ningún tipo de seguridad para estas obras, tanto los propietarios, como los vecinos colindantes. A la una de la madrugada te subes y entras por donde quieres con el espray ese que unos dicen que sirve y otros que no, pero que te lo echan y mejor te haces el dormido y te saquean o te enfrentas; una vez vi en un vídeo de Internet que en ese tipo de situaciones supuestamente hay dos opciones, o dejar que te roben y abres la puerta o lo tiras por la ventana, porque no tienen nada que perder en un juicio y tú todo. Así de sencillo y así de claro.

«¿Está claro?», pregunta Jack Nicholson, «¿Está claro?». «¡Cristalino!», responde Tom Cruise en una parte del diálogo final de la maravillosa película Algunos hombres buenos.

Evidentemente la gente de bien no utilizará la segunda opción porque no sale de su corazón aunque para estos casos no existe el comodín del público; pero qué hacer si te levantas por la noche y tienes a peña en el salón de tu casa llevándose tus pertenencias: Pides unas pizzas, porque el trabajo es arduo y hay que reponer fuerzas; ayudas a bajar el televisor que, como se raye, no va a servir para venderlo; coges una escopeta y te lías a tiros como haría Clint Estwood en Sin perdón; te apoyas en el marco de la puerta y vas mirando cómo te desvalijan la casa mientras saboreas un buen café Saimaza (no cobro por publi pero tiro de lo que me llega de mi memoria ochentera) en pijama, si es que lo llevas; vas a hacer pis porque si eres prostático tendrás ganas; le dices a tu familia «venid y mirad que esto es como un documental del National Geographic o mejor como uno de Félix Rodríguez de la Fuente con su maravilloso programa El hombre y la Tierra, “el ave rapaz entra por la ventana trepando con su naturaleza indómita para beneficiarse de lo extraño como si le fuera propio y sin ticket regalo”… No hay defensa alguna, es como si a esa palabra tuviera que cambiarle el significado la RAE.

Defensa: Perder el honor y perderlo todo porque la ley y la justicia te desampara. Justicia: Todo aquello que desampara a los justos. Justos: Tontos.

Y de ese modo funciona el mundo, pero que no se lleven el patinete para la tercera edad que la cosa se puede poner muy chunga, Barcala, venga, a ver si nos atrevemos.

Lo dicho, que esa manera de exponer a la gente sin protección alguna sólo la equiparo a un suceso tan extraño como inverosímil y peligroso, que diría Iker Jiménez en Cuarto Milenio, los cumpleaños de hoy en día. Antes era sencillo, botella de Coca Cola, de Fanta (de cristal), los primos, los abuelos, los tíos que siempre llegaban tarde (antes con decir primos, abuelos y tíos ya entraban los dos sexos, ahora tendría que tirarme un par de líneas para tan sólo poner masculino y femenino, singular y plural y probablemente en generaciones posteriores tendrán todavía que matizar más qué condición sexual es cada cual, que me parece bien, pero que yo me quedo con las que conozco a día de hoy), el pan de molde cortado en modo de triángulo, las medias lunas con salchichón, jamón y Nocilla; luego la tarta al mismo tiempo; vamos, que todo era una armonía, todo iba seguido.

Fuente: Freepik.

Hoy, ahora, no. En primer lugar los/las cumpleañeros/as eligen a las personas que quieren que acudan a la fiesta, eligen el lugar, no eligen el día porque hay que ver que estratégicamente no coincida con otro cumpleaños al que puedan acudir. Pero la familia es lo de menos, de hecho, estoy convencido de que los que leen esto, si lo piensan, se darán cuenta de que van los/las amigas/os del cole por delante de la familia. Los familiares son el último mono, si los y las abuelos y abuelas no vienen nadie pregunta por ellos, porque no van ni a meterse en un parque de bolas, ni a pegar tiros en eso de pintura, ni a saltar en los famosos jumping. En fin, que este tipo de días que antes eran entrañables se han convertido en una especie de pseudotiranía de los cumpleañeros donde la familia es lo de menos (insisto, cuántos de ellos y ellas preguntan en algún instante porqué no ha venido la abuela o el tío o no sé), donde hay que cumplir con una especie de comunión con el resto porque, como ya casi nadie la toma, pues habrá que aprovechar estos actos para eso, para juntar a la peña. Y luego el momento trono, donde se dan los regalos a vista de todos, antes por supuesto vía Bizum, pocos hacen regalos de tú a tú. Y resuelven la papeleta, los padres y madres, mientras esperan a comer tortilla (no sé si de huevo o de huevina) y eso que les ponen donde no faltan los frutos secos ni las patatas fritas de bolsa. Y la tarta después, a la media hora, con el estómago haciendo la media digestión saltando sin parar, pero eso da igual, porque la peña se preocupa mucho de que sus vástagos se alimenten bien, pero que salten y zampen al mismo tiempo pues nada. Lo dicho, nada que ver con las fiestas de cumple donde la tarta y las velas eran en una mesa de madera con la familia alrededor, no como ahora, que es como si la reina de dragones estuviera presidiendo el trono de espadas. Bueno no, que tal y como está el patio ni la dejan sentarse, que el ego infantil ha crecido a niveles increíbles.

El Domingo de Ramos siempre se estrenaba algo de ropa y el borriquito salía por Campoamor; pero eso era antes. Y llevabas la palma.

Peli recomendada, Algunos hombres buenos.
Canción, ¿Volverá?, de Coque Malla.
El futuro comienza con el presente y el pasado es otra historia.
En fin, que ustedes lo lean, lo pasen y lo paseen bien.

Bruno Francés Giménez

Escritor de serie B.

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