Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Contrastes

Alicante regala la Explanada

 La Explanada se erige de nuevo en «Contrastes» como baluarte de la historia reciente de Alicante. En esta ocasión, Benjamín Llorens incide en el hecho de su cesión al estado español durante más de medio siglo, junto con toda la fachada marítima de la ciudad, en 1911.  Durante 55 años, en pleno siglo XX, la ciudad […]

 La Explanada se erige de nuevo en «Contrastes» como baluarte de la historia reciente de Alicante. En esta ocasión, Benjamín Llorens incide en el hecho de su cesión al estado español durante más de medio siglo, junto con toda la fachada marítima de la ciudad, en 1911. 

Durante 55 años, en pleno siglo XX, la ciudad de Alicante disfrutó del paseo de la Explanada sin ser dueña del mismo. Cedimos la soberanía. Un real decreto facilitó la operación de traspaso de titularidad y competencias entre el ayuntamiento alicantino y las autoridades portuarias, es decir el Estado, que pasó a ser dueño y señor de todos los viales para circulación de vehículos y personas en la fachada marítima alicantina.

 Artística imagen entre dos luces del frontal marítimo, obra del alcoyano Francisco Mora Carbonell (años 20).

Discurrían los primeros años del siglo XX cuando Alicante, por mor del progreso, se abrió a su entorno más cercano. En 1902 se inauguró el tranvía a Muchamiel y en 1905 se puso en marcha el que unía la capital con San Vicente del Raspeig. Eran los primeros pinitos del transporte público en la futura área metropolitana.

El moderno tranvía de mulas atravesando el caserío de la Santa Faz, camino de Muchamiel, en instantánea de Cipriano Frías.

Mientras tanto, la ciudad se disponía a realizar un nuevo homenaje a los liberales fusilados en la Explanada del malecón allá por 1844. Si bien el paseo se denominaba oficialmente «de los mártires de la libertad», Alicante quiso dejar constancia de un reconocimiento perpetuo en forma de monumento y en 1907 el escultor Vicente Bañuls (que cobró 7500 pesetas por la faena) dió forma al primer monumento dedicado a los mártires de la libertad que se instaló en el centro del paseo.

Trabajos para la instalación del monumento y acto de inauguración, a través de la cámara de Ramón Vidal Irles.

En la década siguiente (1916) el propio Bañuls lo reordenó, dotándolo de mayor altura y esbeltez. Este segundo monumento se trasladó fuera de la Explanada, a la actual plaza del mar, donde permaneció hasta el final de la Guerra Civil, momento en que dejó de ser perpetuo homenaje y desapareció del lugar.

 Recién instalado en la plaza del mar, al fondo la Explanada.

Al llegar a la segunda década del s. XX, los paseos de la fachada marítima cambiaron de dueño. Era una desapacible tarde del invierno alicantino, molestas ráfagas de viento barrían la Explanada. A las cuatro de la tarde del 3 de enero de 1911, en el templete de la música, el alcalde Federico Soto y el presidente de la junta de obras del puerto, el banquero Juan Guardiola, acompañados de su correspondiente séquito de concejales y vocales, firmaron el documento por el que el ayuntamiento, representando a la ciudad de Alicante, acordaba «ceder a la junta la zona destinada al tránsito de vehículos de cualquier clase por la fachada marítima, así como los Paseos de los Mártires y Explanada».

Todo ello a condición de que las autoridades portuarias atendieran a la conservación y reparación de dichos paseos de forma conveniente.

 El alcalde Federico Soto Mollá.

En definitiva, la ciudad de Alicante cedía al Estado 73.000 m2 en primerísima línea, más o menos desde la convergencia de las carreteras de Valencia y playa San Juan, a la altura del Cocó, hasta la estación de Murcia. Todo el frontal marítimo de la ciudad.

 Vista aérea de la fachada marítima que Alicante cedió al puerto durante 55 años.

La situación se mantuvo hasta 1966. Con Fernando Flores Arroyo al frente de la alcaldía, el Estado devolvió a la ciudad la titularidad de esos terrenos y su responsabilidad sobre los mismos.

En aquel mismo año de 1911, unos meses después de firmarse el acuerdo de cesión, el escenario del mismo, el templete de la música en la Explanada, fue trasladado a la plaza de Benalúa. Se le sustituyó por otro de madera en soporte de obra mucho menos vistoso que el anterior y se colocó ya en la ubicación que actualmente tiene el auditorio de la Concha.

El primitivo templete de la música en la explanada, donde se firmó la cesión de los paseos al puerto….y el que le sustituyó.

 

Al año siguiente, 1912, comenzó el derribo de los mercados del puerto. El alcalde Federico Soto estaba empeñado en eliminar la imagen de insalubridad que proyectaban los desperdicios del mercado y los malos olores que de allí emanaban. Fue el año de la creación de la Banda Municipal de Música. En abril se formalizó su constitución con el maestro alicantino Luis Torregrosa García (autor del himno de las hogueras) como primer director. El 3 de agosto los 45 instrumentistas subían al escenario para ofrecer el primer concierto con motivo de la alborada a la virgen del Remedio. Se interpretaron, entre otras composiciones, el pasodoble Pan y Toros del maestro Barbieri o la Cabalgata de las Walkirias de Richard Wagner. 

Con el caloret del verano debutó la Banda Municipal en la plaza de Alfonso XII, actual del Ayuntamiento.

 Alicante, agosto de 1912.

El maestro Luis Torregrosa, primer director de la Banda Municipal de Música de Alicante.

Fuentes e imágenes:

Alicante, miradas y recuerdos. Diputación Provincial.

Archivo Municipal de Alicante.

La Gatera. Enrique Cerdán Tato, cronista de la ciudad.

Archivo Universidad de Alicante.

Alicante en blanco y negro. Ayuntamiento de Alicante.

Benjamín Llorens

Periodista.

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