Una descomunal masa de agua caída del cielo avanza imparable arrasando todo lo que encuentra a su paso, desbordando sus límites, abriendo camino en las riberas, anegando pueblos enteros con sus calles y sus casas, sus campos y masías. Iba cargada de lodo, enseres y de vidas. Ante esta situación de población vencida, un gobierno que duerme en el Estado y en la Autonomía. Dos habitantes de gran poltrona, uno en cada silla, mirando su ombligo para ver su redondez y su bella compostura se miran al espejo para admirar su hechura.
Mientras dos ombligos duermen en su bella factura, una horda buena de gentes de conciencia dolida se lanzan a las calles, puentes y caminos para ofrecer su desinteresada ayuda a los habitantes de unos pueblos de Valencia destrozados por una DANA que les ha torcido la vida, les ha hecho perder todo y a muchos parte de su familia. Filas de jóvenes (todos eran jóvenes, hasta los de más edad eran jóvenes de espíritu) avanzan decididos a cubrir los ensueños de redondez de unos ombligos que sólo miraban a su espejo, y en él su mirada se perdía.
Mi hijo y cinco amigos en dos coches cargados de botas, guantes, chubasqueros, palas y escobas, sin pensarlo, desde Alicante pusieron rumbo a Valencia y de ahí andando hasta Paiporta, Zona 0 (como tantos y tantos hijos y padres se desplazaron a sus destinos con su ayuda).
Un ombligo en la mano derecha y el otro en la izquierda, dormían.
El sufrimiento de los damnificados, su terror y sus atronadoras experiencias, ayudándose unos a otros a su supervivencia. Suma de cadáveres y cientos de desaparecidos que harán aumentar las cifras. ¿Dónde el Ejército de la nación, la Guardia Civil, la Policía Nacional, El Cuerpo de Bomberos…? ¿Dónde están empequeñecido Mazón, empequeñecido Sánchez? Y la gente sufriendo. Mientras los cientos y cientos de voluntarios están dando el callo metidos en el fango (ese fango sí es real Sánchez, ese es el fango que hay que eliminar).
Imágenes de Paiporta (mi hijo me lo comentó por teléfono: “los políticos no se han asesorado bien, la gente está desesperada e indignada; lo lógico es que desbordados por el sufrimiento y el desamparo actuaran así) con las personas dando gritos y emitiendo abucheos a unos políticos ineptos, liliputienses, incapaces de coordinarse ante una catástrofe de esta magnitud y no sentir conmiseración en sus conciencias para dar las órdenes pertinentes para mandar la ayuda necesaria de efectivos capacitados para resolver esas situaciones de desastre, para acompañar a los habitantes de las poblaciones siniestradas dando apoyo y tranquilidad con su presencia.
Señores ombligos, uno de cada mano, la única ayuda fue la de unos héroes anónimos y voluntarios que os han hecho sonrojar el alma y vuestra conciencia.
Ahora algunos pondrán el foco en un grupo organizado de extrema derecha, pero yo vi a todo un pueblo inocente, desesperado pasando hambre y miseria alzando su voz desesperada que resonaba y representaba la indignación de todo el pueblo español.
Ambos, Mazón y Sánchez, sois los representantes máximos de unos gobiernos que duermen mientras los héroes voluntarios (ayudando con sus maquinarias de trabajo, con sus manos y comprando con su dinero los utensilios necesarios para sus tareas de limpieza y achique de fango y agua, recogiendo ropa y comida; os han tratado de despertar). Y los Cuerpos y Fuerzas del Estado, indignados, esperando a que se les diera la orden de actuar (esa es su misión y su voluntad).
Totalmente de acuerdo con este acertado artículo. Enhorabuena, Juan Antonio.
Gracias, Ramón.
Ha sido una gran catástrofe y aún no ha acabado, por desgracia.