Totalmente convencida estaba la joven valencianoparlante el otro día en el paraninfo de la UA insultando junto a sus compañeros y lamentando la «poca vergonya» de acoger al «asesino», culpable de todo en este acto académico de toma de posesión de la rectora. Me pareció muy mal, olía a manipulación preparada; los aplausos de los 50 de fuera a la ministra fueron reveladores.
La verdad es que me vinieron a la cabeza los años mozos cuando movida que había, movida donde estaba metido. Los jóvenes normalmente tienen razón y era aquello de luchar contra la mili, contra el puerto deportivo, contra la selectividad, contra la OTAN, contra lo que fuera. Es natural ser joven y estar «en contra». En los albores de nuestra democracia los gritos eran fuertes, pero no recuerdo más bulla que cuando se detuvo la manifestación contra el puerto deportivo de la Albufereta al grito de «Goma 2 al puerto deportivo» que al final quedó como grito de guerra de aquella marcha encabezada por Pepe Lassaletta contra su íntimo enemigo Moscú. Al final nos quedamos sin ese puerto. Dense una vuelta por Marbella y me entenderán.
En la riada del 82, con muertos en la ciudad, el alcalde comía en el Palas gambas y canelones (inmejorables, por cierto) mientras en San Gabriel estaban con el agua al cuello. No sé dónde pilló el tema del camping de Los Alfaques a Jordi Pujol, ni el descarrilamiento del tren al ministro del ramo de turno. ¿El fuego de California es culpa de Biden? Tampoco creo que hubiera unanimidad ni campaña para llamar asesino al presidente que le tocó la china maldita de coincidir con el azote de la naturaleza de los países asolados por el tsunami del Índico o de Japón.
Siempre se buscan culpables pero, ¿es justo? La colada de aire frío en altura que era gota fría y ahora DANA tiene una previsión compleja, sobre todo en sus consecuencias. Puede llover mucho y no pasa nada y puede llover localizadamente en cuencas peladas y provocar un desastre atroz. Las previsiones no pueden ser concretas en algo inconcreto por naturaleza. Soy geógrafo y afirmo que la mejor y casi única solución que salva vidas es, en momentos de reposo, prevenir las catástrofes. Poner la tirita antes de la herida es exactamente lo que salva vidas. No se salvan por estar una hora antes o después en un sitio, no se salvan cuando la desgracia se produce, no se prevé una anomalía como la de octubre en un marco geográfico concreto, ni se puede calcular el efecto de lo que arrastra la fuerza del agua.
Dos temas importantes son diferenciar entre la batalla de la reconstrucción y la batalla mediática. Si se hubiera estado en el sitio una hora antes, si esa noche el Consell al completo hubiera estado quitando barro y sucio hasta las cejas con cámaras grabando; si al día siguiente 39 helicópteros hubieran visitado cada localidad con el Molt Honorable en él, estarían diciendo exactamente lo mismo. «Asesino». Me parece increíble que se utilice, y esos sí lo hacen, a los muertos, a sus familias y al dolor de todos para sacar ventaja política en un momento como este. Me parece triste que se juzgue lo que se hacía o dejaba de hacer en ese momento convirtiéndonos, de nuevo, en «huelebraguetas» de lo que hace la gente. Mucho enterao es lo que abunda.
La segunda parte que sigo diciendo, solo yo por lo visto, es que pretendemos que, como pagamos muchos impuestos, tenemos un derecho divino a que nos salven allí donde lo necesitemos. En un atasco, en un accidente, en una inundación, en el mar, en vacaciones, en la montaña… Por lo visto, en Europa hemos firmado un contrato mental con el Estado para que sea nuestro querubín, serafín o trono, nuestro ángel de la guarda dulce compañía que no nos desampara ni de noche ni de día. Pero esto nos lo hemos inventado, nos lo hemos creído y lo reclamamos sin que nadie tenga las pelotas suficientes para desmentirlo. No, no tenemos derecho a ser rescatados, salvados, desenterrados, cuando alguna desgracia inesperada nos ocurre y si nos pasa y nos ayudan, gracias. Efectivamente tú te salvas a ti mismo.
Formación desde pequeños, leyes claras preventivas, normas urbanísticas conscientes de la realidad física, asesoramiento técnico experto permanente; eso salva vidas. Esto es lo que se debe hacer y lo que podemos exigir a nuestros representantes.
Llamar asesino delante de todos los que allí estábamos me pareció que era doloroso y creo que injusto; era desproporcionado e innecesario. El president, sea quien sea y del partido que sea, es el que tiene a su cargo las universidades públicas y estaba en su casa, donde estudió y se licenció y en la institución que hoy decide su destino. Algo de respeto creo que hubiera sido más correcto.
Voy a hacer amigos ahora, voy a decir lo que todo el mundo sabe y nadie dice. Voy a hacer amigos ahora. Desde que hace 30 años me di de baja en el CDS no soy de ningún partido y me considero de extremo centro, no soy ni creo ser tan estúpido para creer que alguien tiene la razón o la verdad completa. Pero no puedo dejar de ver juego sucio. Hay gente esperando su caída para ocupar su sitio. Hay asesinos celestiales que crearon las condiciones meteorológicas para esta tragedia, lo demás son «asesinos aficionados políticos» que quieren simplemente ser Califa en lugar del Califa. Igual que en pos de la libertad de expresión nos desayunamos la perorata de la joven radical y sus guardianes, puedo yo decir lo que me pasó por la cabeza allí mismo y creo que no fui el único. Me dio pena.
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