Es inevitable hablar de la DANA que ha asolado parte de la geografía española, sobre todo la provincia de Valencia, donde, por desgracia, al final, uno se da cuenta de que por muchos medios que existan a nivel tecnológico, de radares, de satélites y de todas esas cosas tan modernas, la naturaleza te trata de tú a tú y está por encima de todo, todos somos tercermundistas cuando la naturaleza impone su ley. No hay barreras para ella. Por desgracia, se ha llevado tantas vidas que hablar de millones en pérdidas suena irrisorio, pero que también. Que si el Ejército, que si los franceses lo pronosticaron con sus aemets (que parece que siempre seamos los tontos y nos fallan todas las máquinas cuando se necesitan), que si no se alertó cuando se debía, que si no se pusieron los medios ni los enteros; no creo que nadie estuviera deseando mal alguno y cuando se vio venir todo aquello nada, ni nadie estaba preparado, por esa sencilla razón se inundó todo.
Soy de los que piensa que cada uno toma la mejor opción que conoce en cada momento de su vida, nadie opta por la opción que piensa que es la peor, es de tontos, por lo que llegó el agua de ese modo tan feroz y el instinto de supervivencia y la casuística hicieron el resto. ¡Sálvese quien o como pueda! Eso sí, luego llega el después y a ver quién tiene la culpa. Por supuesto, nadie, o todos y todas.
El Gobierno que si la Comunidad, la Comunidad que si el Gobierno, las teles poniendo a parir a la Comunidad porque todos sabemos supuestamente quién paga las noticias, por lo que al final uno acaba desinformado o interesadamente informado para sacar rédito de las víctimas. Y a todo esto, los ciudadanos de a pie, los voluntarios sin necesidad de Falcón, van caminando a llevar alimentos, provisiones, ropa y todo lo necesario, mientras la casta se pelea desde sus cómodos despachos discutiendo quién va y cuándo a hacerse la foto que más pueda ganar votos. Eso va a ser así gobierne quien gobierne. ¿Responsable? Quien gobierna, es así de sencillo. ¿A qué nivel? Pues depende de la estimación política de cada cual. Los de derechas que si los de izquierdas y los de izquierdas que si los de derechas.
Ahora, a los fallecidos ya nadie les va a preguntar nada y, en este caso, todos van a sacar provecho de ello. Es decir, si eran de izquierdas como si eran de derechas, todos los partidos se los van a llevar a su terreno y barrer para casa. Es así de triste, un número maldito que va creciendo, irónicamente, coincidiendo con la fiesta de Todos los Santos, pero yo no he visto a ningún político o política, por lo de la igualdad, manchado o manchada de barro ni con una escoba en la mano. Y no hablo de Halloween, digo de achicar agua y barro.
Es lo que hay. Y menos mal que no ha salido Fernando Simón diciendo que no pasaba nada, que iban a ser cuatro gotas todo lo más, que, si no, a ponerse a temblar.
Como a temblar los ciudadanos y ciudadanas de Alicante que el Ayuntamiento se cae a pedazos, que se ha desprendido una parte de la cornisa sin que haya habido que lamentar daños personales, tan sólo materiales y volvemos a lo mismo, a los de la oposición pidiendo explicaciones del suceso. Pero vamos a ver, un edificio viejo que tiene más años que la orilla de la playa, pues claro que se cae, pero ese y varios en la ciudad. El caso es culpar siempre al otro, y repito sea de uno u otro bando, qué pasa, que los de la oposición no se dieron cuenta de que estaba viejo, que esperaban a que se cayera para protestar, que nadie dijo: «oye, mira, que parece que…». El caso es siempre buscar la greña, pues todos a una. Evidentemente nadie va andando por la calle mirando hacia arriba por si se cae una cornisa, pero que somos así de buenas personas con el prójimo y todos a sacar ventaja política que es así de triste que los políticos se convierten en todo menos en personas cuando están en el poder. Es como cuando los conductores se convierten en viandantes y exigen de todo a los conductores.
¿La naturaleza humana? La de muchos y muchas, sí. Pero si no hay más que ver estos días de lluvia, o de frío, de cambio de tiempo, que te acercas a la puerta de los colegios y ves a los niños y niñas en pantalón corto y camiseta corta con el fresco que hace, y los padres (y madres claro) abrigados (y abrigadas claro). Es que yo creo que he perdido la perspectiva, si llevas a tu hijo/a/e con las extremidades al aire con la rasca que pega, aunque luego vaya a hacer calor, a las 8.00 de la mañana y tú vas abrigado/a/e con más peso y más defensas corporales… ¿en qué momento de la evolución me perdí?
Pues en el mismo en el que la conductora de un tuk tuk en el Castillo de Santa Bárbara se baja del mismo para sacar una foto dejando a una niña sola en el auto. Total que la niña, supuestamente, le dio a la palanca accidentalmente y lo estampó contra un murete. En nuestra época te dejaban solo o sola en un auto y no tocabas nada, no sea cosa. Pues eso, que le dio a la palanca, no se sabe la forma ni el modo, pero «que si quieres arroz Catalina», volvemos a buscar culpables y la concejala de Turismo pues a pedir explicaciones, esto es, supuestos culpables de qué hacía un tuk tuk allí y las circunstancias. Pues si estaba allí entiendo que es porque siempre se había podido estar hasta que pasa algo y todos a echar balones fuera; que no voy a quedar mal yo faltaría más. Y aquí aprovecho para reincidir en que Barcala déjate de Tuk Tuk y atiende mi llamada de patinetes para la tercera edad, que seguiré en mi batalla personal hasta conseguirlo. De hecho, voy a hacer camisetas para la ocasión.
Que pesao soy. Y yo pensaba de esos a los que no gana nadie (eso siempre me dicen en casa), pero siempre está la excepción a la regla, porque en tan sólo dos días he recibido 11 mensajes de un móvil que me llama constantemente asegurando que me seguirán llamando a tenor de mi solicitud de llamada, evidentemente una llamada que nunca existió. Pero ahí están, pico pala, pico pala, ya se cansarán que, otra cosa no, pero paciencia tengo para aburrir.
Como aburridos deben de estar los hippies que se quieren llevar de la Explanada, que no me parece bien, que le dan vida al lugar y que son un clásico de la ciudad. Si no, ¿qué la van a dejar? ¿como un paseo de un lao a otro? Que ni está el Peret. Con los hippies siempre estás acompañado, siempre hay alguna curiosidad por mirar. Es como cuando hacían marionetas en Canalejas, aquello desapareció. Es como cuando cambiaron a los hippies de la Playa de San Juan de una punta a otra, toda la vida allí y ahora al otro lado,. Pero eso sí, la carpa de La Caixa puede quitar todos los aparcamientos del mundo aunque tenga horarios, que luego queremos que la gente vaya a la playa, pero que aparque en Albacete y con todos los bártulos y las personas mayores lleguen y vuelvan. Pues eso, así nos va, que yo no sé porqué razón siempre ponen a los aparente y supuestamente más incompetentes a asumir según qué responsabilidades. Que no es cuestión de innovar y cambiar lo que hizo el anterior, que muchas veces es cuestión de sentido común y no de salir en el periódico contando todo lo que se va a renovar. Pero si ya estaba bien, que aún vas y lo estropeas.
Canción: Sildavia, de La Unión.
Lectura: El guerrero del Antifaz, de Manuel Gago.
En fin, que ustedes lo lean, lo pasen y lo paseen bien.
En mi adolescencia (tan lejana) aprendí un proverbio francés que dice: ‘avec de la patience on arrive a tout’. Siéntete afortunado por ser tan paciente. Ignoro si Barcala es de tu cuerda. Un fuerte abrazo.