Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Palabreando

Segureando

Fuente: Freepik.

Me aparece un vídeo de esos de cuando estás merodeando Facebook, o Instagram, o lo que sea, e intentas evitar esos del loro que pide la compra, el de los gatos haciendo chorradas, el de lo malo que es comer pan, productos procesados, azúcar, grasas y hasta el agua si no está depurada y luego los de todo lo contrario —sin olvidar del cachas o la cachas que con tres repeticiones durante unos segundos, sin salir de casa, pues ¡tipazo al canto!—. Pues, decía, me aparece un vídeo de esos de los listos (que no sé yo de esas cosas pero me parecen por lo menos curiosas), no sé si era una psicóloga o una especialista o no sé, pero bueno que para subir un vídeo tampoco hay que tener carrera, pues que dice que mal asunto si tu hijo/a/e te obedece a la primera, que no, que no está bien, que eso significa que, en el fondo, es el primer traslado de sumisión al grupo. Vamos, que si tu hijo/a/e pasa de ti es la caña, que como ahora quien no es empoderado/a/e es un inútil, que olvídate de autoridad y tontunadas parecidas, que si tu hijo/a/e pasa de ti va por el buen camino. Ahí es ná.

Que digo yo que, del mismo modo, habrá que pasar de la supuesta profesional para no caer en su sumisión (pertenecer a su grupo, que no sería bueno entiendo) y que, a partir de ahí, ya como si la peña ha de pasar de los padres/madres como muestra de personalidad pues bien; pues que si se mete en la cocina con la olla llena de agua hirviendo y le dices que cuidado que se va a quemar, no la toques, y no te hace caso y se le cae encima pues nada; que si le dices que no se baje de la acera cuando el semáforo esté en rojo y que mire al pasar, pero que decide que no para no ser sumiso y le pasa un camión por encima, pues nada, no fue sumiso debajo de un tráiler quizá porque para ser feliz quería un camión; que si no se asome demasiado por el balcón ni meta los dedos en el enchufe, o que si está descalzo y mojado no toque los aparatos eléctricos pero decide que tu opción no vale, y no ha de ser sumiso, pues nada, a lo hecho pecho y hoy paz, mañana gloria y flores de esas que te regalan ahora en el tanatorio pero, eso sí, con un par o una vagina o lo que sea…, tu hijo/a/e no fue sumiso; que al parecer la peña no distingue entre sumisión y educación y precaución y como ahora como que todo vale, que los niños/as/es tienen todo el control de su vida, no sé para qué los llevan a la escuela si con dejarlos por ahí ya van a aprender más. Dales las llaves de tu coche que no va a ser sumiso a las reglas de la conducción.

Si ahora todo se reduce a lo mismo, a cambiar educación por una supuesta libertad no educada; como si ser niño ya es ser adulto, de hecho vivimos en un mundo en el que la identidad sexual está por encima de la identidad cultural.

Vi un vídeo de esos de internet que un hombre decía que si se sentía mayor de edad, ¿podría cobrar la pensión? ¿Y si se sentía una niña de cinco años, podía volver a la escuela? Sí, ahí seguro que todos os reís, decía, pero si se siente una niña joven, qué problema hay. Mirad a Peter Pan. En fin.

Y hablando de seguros, a ver, que es increíble lo de los nuevos profesionales, esos que se te rompe el baño y van y te lo arreglan por capítulos: voy un día, ya voy en dos, y un globo, dos globos, tres globos, ya que me pilla el fin de semana pues como que ya me acerco el lunes y vemos qué falta, que seguramente se me habrá olvidado traer cualquier material y ya vengo mañana, pero que no te voy a coger el teléfono, que el seguro te lo cubre, pero que me gustaría que me lo cubriera de manera profesional y que cuando vengan a arreglarme el baño, vengan y en un par de días como mucho lo acaben y no se vayan a hacer otra faena, que tenemos mucho trabajo y ya vamos y venimos y por el camino pues a ver si nos surge otro caso y metemos más tiempo, que antes los profesionales iban a casa y te lo arreglaban y hasta que no terminaban no paraban, ahora no, ahora como todo va con seguros y chorradas pues como ya está pagado por el seguro ya terminamos o si tenemos algún particular que pague al contado, o en supuesto B, pues ya aparecemos que este nos urge más no tires de la cadena si no es necesario no le caiga agua al de abajo, mea en la ducha o en el seno de la cocina.

Y es que también últimamente están pasando cosas que tenían que llegar, de hecho a mí me han pasado varias veces: pides algo por cualquier tienda online o esperas cualquier carta certificada, y ¡vaya! parece ser que no estabas en casa aunque estabas todo el día esperando y ya pasas a recoger las cosas a Correos. ¿Perdona? No. La vuelves a llevar hasta que des con la persona que iba a recibir el paquete. Es como si vas a una operación a corazón abierto y el/la/le médico/a/e dice que no estabas en el quirófano, que llegó y no había nadie y tú ahí en la bata verde enseña culos, helado como un polo —que, cuidado, que ya se están quejando, también lo vi en un vídeo (todos ellos sin contrastar, ya lo digo, porque tampoco me paso mucho tiempo en ello), que ahora hay que eliminar los cucuruchos y los helado tipo Calippo que no son más que helados fálicos y machistas y que no está bien, bueno al final tener pene será pecado—; pero lo dicho, que hay mucha jeta y que eso de no estabas en casa ya vas tú a buscarlo, pues no, vas y vuelves hasta que lo entregues, que es tu trabajo y uno ha pagado/a/e por ello/a/e así que sí, es necesario que termines el curro que no acabaste y decidiste por ti mismo/a/e que no te apetecía, o que se quedó en la furgo, que se te acabó el turno y ya como que me pilla lejos.

Como parece ser que, hablando de necesidades, es necesario si llevas a un/a/e menor/ar/er en el coche llevar silleta de esas de que si llega el fin del mundo no va a poder escapar, ni soltarse, ni si chocas y das vueltas de campana (como las de Elgorriaga, chiste para los de mi edad). Pues nada, pero que luego ves a la peña que lleva menores en moto y en patinete y en bici de paquete y no pasa nada. A ver, dentro del coche megaprotección de silla y del chasis del auto, pero luego, en la calle, megadesprotección y todo el mundo pasando, que los he visto delante de los coles a la hora de la entrada. Pues vale, pues Barcala, patinetes para la tercera edad, pero con curso de iniciación al patinaje, que el otro día, bajando por la calle Valencia, donde está ese mega restaurante Valencia 11 donde comí una sola vez cuando gané el I Premio Juvenil Ateneo de Sevilla —espectacular, he de volver, que eso fue en 1996—, pues dos chicas en patinete se saltaron el Stop y bajaba por la calle San Carlos un coche que no se las llevó de puro milagro. Las chicas encima se reían y yo pensé: ¿pero no sois conscientes de que medio metro y tenemos el disgusto?

Se detuvieron, porque encima derraparon encima de la pintura de un paso de cebra.

Lo dicho, que no obedezcan a nadie no vaya a ser que sea sumisión y antiempoderamiento contra la señal de Stop. No aprendizaje, no lección; que escuchar a los que saben es sumisión. Genial. Como la moda esa de los futbolistas de hablar tapándose la boca para que no les pillen las cámaras diciendo no sé qué puede ser tan importante, pero que cuando uno era pequeño le decían aquello de «secretitos en reunión son de mala de educación».

Pero claro si ya no hay educación, que es sumisión, pues nada, anarquía a todos los niveles.

Canción: Hijo de la luna de Mecano

Libro recomendado: Meditaciones, de Marco Aurelio

En fin que ustedes lo lean, lo pasen y lo paseen bien.

Bruno Francés Giménez

Escritor de serie B.

2 Comments

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  • Educación, sumisión, anarquía… Te veo aire de gran profesor más allá de excelente narrador. Un abrazo.