Carlitos convierte la hierba de Londres en su propio jardín y vence a Novak Djokovic en tres sets
Tras un partido de matrícula de honor, Carlos Alcaraz consiguió levantar su segundo Wimbledon ante el serbio. Se esperaba un partido trepidante, aún más siendo la revancha del año pasado, y el de El Palmar dejó todo en la pista desde el principio. En solo tres sets se alzó con el título. Título que le entregó la princesa de Gales, Kate Middleton, que regresaba al ojo público.
Pese a ocupar el puesto número tres del ránking, ha demostrado que es el mejor jugador de la actualidad tras ganar los dos últimos Grand Slams. El partido de ayer fue excepcional en todos los sentidos, todo esto logrado tras casi un año en el que las lesiones y los resultados no le acompañaron. Un año que refleja a la perfección la evolución y madurez del tenista, que continúa su camino hacia la gloria del tenis mundial.
El año pasado Alcaraz llegaba a su primera final de este campeonato contra un Novak que le había ganado por 4 sets en Roland Garros. Pese a ganar el torneo de Queen’s, demostrando su gran talento en hierba, Djokovic venía como favorito, mientras Carlos quería demostrar de qué pasta estaba hecho. Una superficie históricamente difícil para el tenis español, que el murciano ha convertido en su propia casa. En un partido igualadísimo, consiguió vencer en cinco sets al siete veces campeón.
En ese momento, comenzaron unos meses de verano complicados, cayendo en cuartos de Toronto ante Paul y en la final de Cincinnati contra Djokovic. Para finalizar la estación veraniega, buscaba reeditar su victoria de 2022 en el US Open, realizando un buen torneo, cayendo en semis contra Medvedev.
Sufrió derrotas en Pekín y Shanghai contra Sinner y Dimitrov respectivamente. Un momento complicado, que supuso un mayor desafío tras tener que bajarse de Basilea por lesión. Una inflamación en la planta del pie izquierdo y problemas en la zona del glúteo se toparon en su camino. Comenzó su recuperación con el fin de llegar en plena forma a la final de maestros. Con todo ello llegó a las semifinales en Turín, cayendo ante Novak, terminando así el circuito en segunda posición.
Nuevo año, nueva temporada. Tras la pretemporada en Villena, con su entrenador y mentor, Juan Carlos Ferrero, en su academia, que es como su segunda casa, tuvo unas semanas de entrenamiento intenso a la espera del nuevo curso. El Open de Australia abriría, como siempre, la lista de grandes torneos del año. Lograría su mejor desempeño hasta ahora en este campeonato, siendo derrotado por Zverev en cuartos de final.
En Río, tras torcerse el tobillo derecho, tuvo que retirarse en primera ronda. Pese a ese percance, regresó con todo para defender exitosamente el Masters 1000 de Indian Wells, consiguiendo su primer título desde Wimbledon 2023.
A las semanas siguientes, los fantasmas de las lesiones retornaron, teniendo así que darse de baja de Montecarlo y Barcelona por una lesión en el antebrazo derecho. Regresó para tratar de defender su título en Madrid, perdiendo contra Rublev y bajándose de Roma por una recaída en su lesión.
Entonces llegó a Roland Garros con dudas en el aire. Quizás más dudas que nunca, pero Alcaraz demostró que está dispuesto a marcar una época. Venció a Sinner en Semis y Zverez en la final para proclamarse campeón de su tercer Grand Slam, consiguiendo de esta manera un Grand Slam en cada superficie. Todo este año sirvió para repetir final en Wimbledon, el torneo de su infancia, el que siempre quiso ganar y en el que ayer pudo bicampeonar. Un 6–2, 6–2, 7–6, certificó su victoria ante Novak Djokovic en Londres.
Historia viva del tenis, rompiendo récords cada día que pasa, emocionando a todo un país, haciendo del deporte, arte y levantando a todo el planeta de su asiento. Ahora continúa su camino hacia el puesto número uno del ránking.
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