Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Arte Historia

El Egipto faraónico, sede del Congreso Internacional de la FEPET

La Esfinge. Fotografía de Fernando Molina.

El pasado mes de mayo, como miembros de FEPET (Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo) viajábamos hasta Egipto para participar en su Congreso Internacional. Una inmersión en una de las civilizaciones más asombrosas de todos los tiempos: el irrepetible Egipto faraónico.

Durante más de 3 000 años, este pueblo fue un pujante imperio que marcó el rumbo de la historia con sus decisivas aportaciones en Astronomía, Medicina y, por supuesto, en Arquitectura. Multitud de obras maestras han desafiado el paso del tiempo y siguen en pie a las orillas del rio Nilo en lugares como Luxor, Karnak, Edfu, Kom Ombo, Asuán, Abu Simbel, El Cairo y Guiza.

Un amanecer en el desierto fue la antesala de la visita a Abu Simbel, el imponente complejo compuesto por dos templos excavados en la roca, uno dedicado a Ramsés II y otro a Nefertari, su primera esposa y la predilecta del faraón. El estado de conservación de los templos es excelente, ya que estuvieron enterrados bajo la arena hasta el siglo XIX. La creación de la presa de Asuán obligó a trasladar piedra a piedra el colosal monumento a un lugar a salvo de las aguas, pero se hizo de forma minuciosa, conservando la orientación original.

Desde Asuán iniciamos la navegación por el Nilo. Un crucero fluvial nos acercó en su recorrido a otras magnificas construcciones como el Templo de Kom Ombo, con interesantes relieves, los primeros de la historia que hablan de los instrumentos medicinales y el más antiguo calendario, o el Templo de Edfú, el mejor conservado de Egipto.

Templo de Karnak. Fotografía de Fernando Molina.

En Luxor, antigua Tebas, visita obligada al Templo de Karnak, el más grande del mundo antiguo con su impresionantes gran sala hipóstila, con una superficie de unos 5 000 m2 y 134 columnas. Y después, al otro extremo de la avenida de las esfinges y carneros, el Templo de Luxor.

Desde Luxor nos dirigimos al interior de las montañas del desierto para conocer el Valle de los Reyes con las tumbas de los faraones más famosos; la de Tutankamón, descubierta en 1922 por el egiptólogo británico Howard Carter, es curiosamente la más pequeña. Cerca de allí se encuentra el templo funerario de la reina Hachepsut, primera mujer faraón, construido directamente en la roca, con tres terrazas comunicadas por una amplia rampa.

Abandonamos el crucero fluvial para volar hasta la capital egipcia, El Cairo, la mayor urbe de África, lo que refleja el peso político y económico del mundo egipcio en ese continente. Durante los días en El Cairo, no pudo faltar la ineludible visita al recinto de las pirámides de Keops, Kefrén, Micerinos y la Esfinge de Guiza.

Abu Simbel. Fotografía de Fernando Molina.

Otra visita obligada para los amantes de la egiptología es la del Museo Egipcio donde se exhibe el tesoro de Tutankamón. Repartidos en diversas dependencias, hay más de 1 700 objetos encontrados en su tumba del Valle de los Reyes. En el plano antropológico destaca el Museo Nacional de la Civilización Egipcia que alberga una colección de 50 000 objetos que presentan la civilización egipcia desde la prehistoria a la actualidad. Este nuevo reciento museístico abrió sus puertas el 4 de abril de 2021 con el traslado de las momias de los faraones.

Tampoco faltó el recorrido por el Gran Bazar de Khan el Khalili, con parada para tomar un té con menta y fumar una shisha (pipa de agua) en el café más famoso del mercado, El Fishawy, rodeados de fotos del Premio Nobel de Literatura, Naguib Mahfuz. Precisamente, un encuentro en torno a su figura protagonizó otro de los momentos especiales del viaje en el museo cairota que lleva su nombre.

Como broche del viaje se realizó una excursión excepcional a Alejandría, ciudad mediterránea hermanada con Alicante, para conocer la nueva Biblioteca Alejandrina inaugurada en el año 2002. Además de su inmensa sala de consulta, el recinto cuenta con seis colecciones especializadas, un planetario, cuatro museos, una docena de centros de investigación académica y cuatro galerías.

La biblioteca es una joya arquitectónica. Para construirla, se ideó una estructura redonda recubierta por paneles que permiten el paso de la luz solar de forma indirecta, una característica que protege el estado de los ejemplares, sobre todo de los libros raros y manuscritos antiguos. En este icónico lugar asistimos a una conferencia sobre la vida de los egipcios del callejón Midaq, en el corazón de El Cairo, que inspiró la célebre obra El callejón de los milagros, del premio Nobel de Literatura, Mahfuz.

Biblioteca Alejandrina. Fotografía de Fernando Molina.

Además, los periodistas viajeros de FEPET cumplimos con la tradición de donar libros a los fondos de esta biblioteca única en el mundo. Allí depositamos sendos ejemplares de escritores alicantinos publicados por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert: No me llames Cariño, de Gerardo Irles y Caimán, de Rafael González.

Una experiencia viajera que no hubiera sido posible sin la ayuda del egiptólogo y también socio de FEPET, Hamdi Zaki, que fue durante muchos años director de la Oficina de Turismo de Egipto en España y América Latina y quien, desde hace años, mantiene un estrecho vínculo con la ciudad de Alicante donde pasa largas temporadas.

Concha Flores

Periodista y viajera, por este orden.
Viajar es mi pasión. Disfrutona de la vida, la familia y los amigos.

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