En «Caminando con la historia» la invención y creatividad de algunos logros destacan no solamente por su ingenio, sino por la transformación que provocan en la vida cotidiana de las personas. Uno de esos inventos es la fregona, una herramienta que simplificó y mejoró la limpieza del hogar y del entorno laboral, pues antes de su invención limpiar los suelos era una tarea ardua que requería arrodillarse y frotar manualmente con trapos y agua en un proceso no solo ineficiente, sino también perjudicial para la salud, especialmente para la espalda y las rodillas.
La fregona
Detrás de esta innovación está Manuel Jalón Corominas, un ingeniero aeronáutico español y oficial del Ejército del Aire en la Base Aérea de Zaragoza, cuyo invento cambió para siempre la manera en que se limpian los suelos en todo el mundo y donde nuestro protagonista observó esta necesidad y decidió diseñar un dispositivo que facilitara la limpieza de los suelos sin necesidad de agacharse y que revolucionó la limpieza doméstica y profesional.
Este oriundo de Logroño, nacido el 31 de enero de 1925, con su cubo de rodillos y, posteriormente, con la fregona, mejoró la calidad de vida con tan solo un palo largo con un cabezal de material absorbente (1956) y que se puede escurrir fácilmente. La sencillez y efectividad de la fregona la convirtieron en un éxito instantáneo y su uso se extendió rápidamente por todo el mundo.
A raíz del traslado de Jalón, después de la Segunda Guerra Mundial, a Estados Unidos para trabajar con la Fuerza Aérea americana fue cuando se dio cuenta de que la tecnología que se utilizaba en los hangares para limpiar los suelos, un sistema de mopa con cubo y rodillo, podría ser adaptada y mejoró esta idea para el uso doméstico.
El abrelatas
Otro de los inventos españoles que han tenido han tenido un impacto significativo en la historia a nivel mundial por su innovación e ingenio fue el creado por José Valle Armesto. Aunque menos conocido, este lucense está en el mismo Olimpo de grandes inventores que han dejado una huella imborrable en diversos campos del conocimiento y la tecnología.
Nuestro protagonista nace en Vilaseca, Negueira de Muñiz provincia de Lugo en 1870. Valle Armesto registró y patentó el abrelatas dejando un “legado” vivo de agudeza y poniendo de manifiesto la capacidad de los inventores españoles para mejorar la calidad de vida de las personas.
Los primeros abrelatas empezaron a aparecer en la década de 1850, cuando las latas eran más ligeras y los abrelatas eran pesados y aparatosos, hasta que en 1906 aparece nuestro protagonista para revolucionar el diseño y comodidad del que hoy conocemos como el “abrelatas de toda la vida” o “el explorador español”. El abrelatas de bolsillo sigue todavía en vigor y puede usarse para abrir latas, ser un destornillador, abrir las botellas con tapón de corona y perforar envases dejando un pequeño orificio por el que extraer el líquido del contenido de la lata.
Este instrumento tan sencillo de fabricar, usar, almacenar y transportar hace que José Valle, un hombre hecho a sí mismo, haya dejado una huella en la historia de la humanidad, cambiando el mundo con un invento que se sigue fabricando de la misma forma que él lo planificó.
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