Por un lado están los ninis y por otro, a kilómetros de distancia, Inés Domínguez. La joven cantante alicantina acaba de publicar su primer sencillo, Sal afuera, en todas las plataformas musicales gracias a haber recibido como regalo su edición y grabación de manos del productor, también de la terreta, Esteban Aracil (Quality Waves Studio), tras escucharla en la gala de canto de su academia.
“No me gusta hablar de mí”, es casi de las primeras cosas que dice cuando le preguntas por el tema de su canción, pero en la entrevista no le queda más remedio, así que nos enteramos de que a pesar de que perdió la oportunidad de matricularse en la carrera que quería a causa de una mononucleosis que le bajó la media (la tenía de 9, nada menos), está estudiando y preparándose para examinarse del C1 de inglés, C1 de valenciano y para el carnet de conducir; los fines de semana escala en un rocódromo con su novio; está aprendiendo con un tutorial de YouTube a tocar el violín que ella misma se ha comprado con sus ahorros; canta en el coro de la Universidad al que ha sido seleccionada en una audición; imparte clases particulares de piano y en el colegio donde estudió (Salesianos Don Bosco) es monitora de comedor y da clases de teatro.
Precisamente, de vuelta a su colegio, ha descubierto que no hay mal que por bien no venga y que, gracias a esa mononucleosis que parecía haberle frenado su carrera universitaria, ha descubierto su verdadera vocación y, cuando comience el curso, empezará Magisterio de Primaria. Será que lo lleva en los genes, heredados de su madre, Alicia Parodi, profesora de francés.
Le encanta que todas las mañanas, en los “buenos días” del centro educativo, se oye Sal afuera por los megáfonos, así como que antes, en el comedor, los pequeños le pedían que interpretase «canciones de Disney» y ahora solo quieren que cante su canción. Asegura que tiene un montón de temas empezados, y en ninguno habla de sí misma o sus experiencias: “no me siento cómoda. Así que canto sobre temas generales”.
En Sal afuera anima a vivir libremente, sin el temor al qué dirán o qué pensarán los demás, a disfrutar sin complejos. «Es algo que me ha molestado toda la vida: que la gente sea de una manera delante de unos y completamente diferente delante de otro». Su estribillo recomienda: “Sal afuera y disfruta lo bonito de la vida, este mundo tiene tantas cosas buenas que tienes que descubrir. Deja de pensarlo ya, no lo dudes, sal afuera”, consejo que, escuchado con el torrente de voz que posee Inés Domínguez, es un imperativo que todos deberíamos seguir.
Inés, tienes una voz maravillosa.
Gracias por el optimismo de tu canción.
¡Qué bueno promover jóvenes valores!