Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

Arriba y abajo

Hubo una serie fantástica que así se llamaba, los señores ingleses vivían arriba y el servicio abajo. Entre esas escaleras estaba su mundo, sus relaciones, sus vidas. Recuerdo cómo la honorabilidad y la buena gente no siempre era la de arriba, ni la de abajo.

Esa canción de Frank Sinatra That’s life, nos cuenta cómo puedes estar un mes arriba y al mes siguiente abajo y en junio volver a resurgir, o algo así decía.

Todo esto viene a cuento de lo observado el otro día en un evento capitalino donde, con el salón hasta la bandera, no quedaba ni un asiento. Yo había llegado pronto y me senté casi al final, lo suelo hacer. Empezó a llenarse y ya no quedaban lugares cuando un importante expresidente iba buscando asiento, vio un hueco y preguntó si estaba ocupado y le dijeron que ocupadísimo, el hombre siguió buscando algo contrariado. Me dio cosa y estuve por levantarme y cederle el mío pero se fue rápido y no dio tiempo material.

Me dio qué pensar, la verdad, arriba y abajo. A ese exprócer se le abrían, no hace tanto, las puertas de los príncipes allá donde fuera, mandaba y administraba «pastuki» y una pléyade de palmeros le rendían vasallaje y le daban auxilium et consilium y a cambio fueron colocados donde todavía están y cobran y hoy su señor, no tiene ni sitio reservado en la última fila de un pseudoevento local. Vivir para ver.

Un buen amigo, que se vio en tesituras parecidas, me comentó que como no te acuerdes de todos cuando estás, cuando no estés, nadie se acordará de ti. Gran verdad. Pero creo que cuando estás no te acuerdas de casi nadie. El día a día te come, los palmeros te despistan y además descalifican a todo lo que no sean ellos y sus ideas. Y como todo pasa, pues pasa el tiempo, llegan otros y el móvil deja de sonar, los palmeros se buscan la vida, cuando no asaetean cruelmente a quien les mandó, y no hay sitio para ti si osas ir a algún sitio público.
That’s life.

Con los de arriba hay que tener cuidado, ser prudente, muy paciente y sobre todo intentar no molestar. Pero recordemos esa sentencia tan acertada de que «nadie es tan poderoso como creemos que es». Con los de abajo debes ser inteligente, no menospreciarlos y ejercer el poder de manera que parezca que los necesitas para todo. Estar siempre arriba es imposible pero indefectiblemente estar abajo suele ser para siempre, es así. A lo mejor compensa estar arriba una temporada, meter la pata, ser envidiado y adulado, que te digan que eres atractivo, inteligente, un máquina, y luego quedarse sin amigos y sin asientos. Te pone en tu sitio.

"He sido un títere, un mendigo, un pirata, un poeta, un peón y un rey.
He estado arriba y abajo y encima y fuera y aprendí.
Cada vez que me caigo
me levanto y vuelvo a la carrera.
Así es la vida, no puedo negarlo.
Pensé en dejarlo, pero mi corazón no lo acepta.
Y si no pensara que valiera la pena un último intento, 
saltaría sobre un pájaro grande y echaría a volar"

Haciendo amigos.

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

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