¿Les suena eso de que un@ profesor@ del cole de sus hij@s les diga aquello de «su hij@ necesita apoyo, tendrán que ayudarle en casa»? No sé si a ustedes en su trabajo les toca hacer horas extras y tienen que buscar ayuda de otros y pagarles. Aquí, que aplaudimos a los bomberos cuando apagan incendios, a los médicos cuando operan y a los policías cuando vigilan, era raro que no aplaudiéramos a los profesores cuando hacen su trabajo e incluso cuando no lo hacen.
Si nuestros vástagos no aprueban, ¿no será responsabilidad de sus profesores? Si algún profesor@ me dijera eso, yo contestaría, «qué pena… y ¿qué piensa usted hacer?».
Repetir curso es siempre un trauma y una solución fácil que suele no funcionar. Verdaderamente en estos casos se combinan la profesionalidad de los docentes con el temor y amor que la familia genera y que lo dan todo para invertir en el futuro de sus hij@s, sin esperar recuperar nada más y nada menos que la felicidad de ver un futuro próspero de sus descendientes.
Diagnósticos equivocados como déficits de atención que son dificultades visuales, incapacidades que son dislexias (que no es una enfermedad como explican en El don de la dilexia), suelen aparecer en las reuniones de profes-padres en los coles.
Siempre recordamos con cariño a aquel maestro que nos abrió la mente y nos mostró un camino que luego nos sirvió para desarrollar nuestro futuro, o esa maestra que nos trató como personas y nunca olvidaremos, pero ¿y los demás? ¿Esos que se apalancan, que huyen del esfuerzo, que van al mínimo y que se sacuden los problemas trasladándolos a otros?
En la universidad ya no hay, en la práctica, ninguna atención directa al alumnado de ese nivel. Además, salvo contadas iniciativas como la de la UA, DOEACTUA, la conexión con el mundo real es escasa o inexistente según el grado. Esta iniciativa, que lleva ya 10 ediciones, selecciona proyectos del alumnado y les concede impulso y asesoramiento en múltiples aspectos desde dentro y desde las empresas y mentores que convocan. Estas son las cosas que debe hacer una universidad, entre otras.
Es tan urgente como imperativo entrar en el sistema educativo decimonónico que conservamos con tanto cariño como irresponsabilidad, cambiarlo in capite et in membris, de una vez y de verdad. Que no estandarice la enseñanza, que nos ayude a todos, de verdad, a crear un mundo mejor. La tecnología, la IA, pero también la experiencia y el compromiso por acercar es lo que necesitamos en esta sociedad, y la presencia de la cultura en todos los sectores sociales podría ser el objetivo.
La educación, la enseñanza, el conocimiento y la cultura es lo que hace avanzar el mundo y, además, tiene el valor añadido de evitar ser manipulable y por tanto tener criterio propio; saber que hay que trabajar en equipo y que los logros son directamente proporcionales al esfuerzo realizado y esto se puede mostrar desde párvulos. Venga. Haciendo amigos.
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