Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

No sólo de pan viven Puigdemont y los ‘terroristas buenos’

García- Page recibido por Sánchez en Moncloa. Fotografía de Fernando Calvo de 2019 (Fuente: Moncloa).
¡Que se enteren Sánchez, Zapatero, Puigdemont, Junqueras, Aragonés, Otegi, Ortúzar, Yolanda y también Feijóo y Abascal y Putin, Xi Jinping y..! Brindo por unos soñados Occidente y Oriente hermanados y desnuclearizados.

Dicen que no hay comida para tantos millones de habitantes del planeta y por eso los poderosos están exterminando a la población mundial con guerras, con pandemias y con abortos (más de 20 millones de bebés asesinados antes de salir del vientre de sus madres en el mundo cada año, casi cien mil en España), y con eutanasia (cada vez son más los ancianos y pacientes terminales eliminados con una muerte ‘digna’) mientras tiramos millones de kilos de comida a la basura cada día. Millones de africanos y sudamericanos no tienen un trozo de pan que llevarse a la boca, pero hay cientos de milicias asesinas, armadas hasta los dientes por países fabricantes de armas que se enriquecen junto con los traficantes, todos ellos masacrando a la humanidad doliente.

El problema del mundo, el de España y de todas las naciones sin excepción, no es el hambre, sino los que provocan el hambre, el hambre de pan y el hambre y la sed de justicia. Y no es Dios quien tiene la culpa, sino los hombres, sobre todo los que mandan, los que gobiernan y sobre todo desgobiernan y mienten culpándose los unos a los otros: todos, por separado y unidos en organismos supranacionales, llámese Unión Europea, Naciones Unidas o Pericos de los palotes y asociados asesinos.

Todos, en general, buscan el poder por el poder, pero lo enmascaran con engañosas promesas de luchar por el bienestar del pueblo. Da lo mismo que sean de derechas, que de izquierdas. Da igual que sean gobiernos teocráticos islamistas, gobiernos comunistas camuflados de socialdemócratas o gobiernos liberales igualmente contagiados de predicar libertades que no son tales, sino esclavitud material y espiritual.

Se acabaron los principios morales absolutos sin los que es imposible la convivencia. Estamos en una época de triunfo no de la inmoralidad, sino de la amoralidad. Algún nefasto ministro se permite decir que la verdad es la realidad y quiere que la realidad sea lo que decide el Gobierno. Fuera del Gobierno sólo hay fascismo. Ellos son el progreso. No sólo de pan vive Puigdemont. El fugado de la Justicia es, según la realidad del Gobierno, un exiliado se supone que por culpa de la injusta persecución de los jueces. También serán amnistiados los terroristas de izquierdas, los que extorsionan con actos terroristas que no matan ni maltratan con crueldad y saña a sus víctimas, terroristas casi buenos, por decirlo así, que atacan con jarabe democrático y no como los terroristas de derechas que son muy malotes.

No sólo de pan vive el hombre. ¡Que se enteren Sánchez, Zapatero, Puigdemont, Junqueras, Aragonés, Otegi, Ortúzar, Yolanda y también Feijóo y Abascal y Putin, Xi Jinping y..! Brindo por unos renovados Occidente y Oriente hermanados y desnuclearizados. Por unas Unidas Naciones (UN) al servicio de la Humanidad y no de los poderosos. Claro que si las naciones tienen en su seno divisiones y guerras internas ¿cómo vamos a pedir que se acaben los conflictos internacionales? Cada vez que escucho al Papa Francisco pidiendo el fin de todas las guerras me sumo a él y a sus plegarias al Altísimo y a la Virgen María, Reina de la Paz. Pero sabiendo, como el Papa, que Dios hizo al hombre libre y que el hombre suele usar mal su libertad y la emplea para matar al otro hombre, al que no ve siempre como un hermano sino como un lobo. Hay lobos peores que otros y nos quieren vender que hay terroristas menos malos que otros; terroristas buenos que se merecen ser amnistiados ahora y cuando vuelvan a proclamar sus jefes una nueva independencia que ya no será ni golpe de estado, ni sedición, ni ‘na de na’; que a lo mejor ni tienen que reclamar nada y se conforman con que España se proclame una monarquía parlamentaria en forma de nación de naciones confederadas autonómicamente respetando, por supuesto, el marco jurídico y constitucional.

Posdata: García-Page, acusado de afán de notoriedad

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acusa a su compañero del PSOE García-Page (que critica a Pedro Sánchez por amigarse con el golpista Puigdemont y los suyos) de afán de notoriedad y deslealtad. Page le contesta: “no se preocupen por mi notoriedad, sino por la de Puigdemont… Yo, por la edad que tengo, no voy a crecer, ni voy a tener un palmo más políticamente. A mí lo que me preocupa, como a todos los españoles, es la notoriedad de Puigdemont. Eso es de lo que se tienen que preocupar”. Y, como quiera que le ha molestado al Gobierno que se haya reunido con los presidentes del PP en Andalucía, Murcia y Valencia para pedir una más justa financiación del Gobierno central frente a la lluvia de millones para Cataluña, le suelta esta píldora a Sánchez y a Montero: “El dinero no lo quiero para hacer referéndums ilegales, sino para guarderías, centros de salud, residencias de mayores y hospitales”. Apunten este final: “Si yo me reúno con Puigdemont me aplauden, pero si me reúno con el presidente de Andalucía se disgustan”. ¡Menuda cornada en la yugular de Pedro! No creo que pueda disimularla el equipo de peluquería y maquillaje de la Moncloa por muy bueno que sea. Cada vez huele peor el cadáver mal enterrado de Pedro Sánchez, que diría Fernando Savater.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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