Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Trescientas... y pico

Despidos y purgas

Fernando Savater. Fotografía de Gonzalo Merat (Fuente: Wikimedia).

La Fundéu eligió el pasado año polarización como palabra del 2023 en una decisión mitad lingüística, mitad política, quizás también como vaticinio del tiempo presente y del futuro por venir. Algunas señales evidencian que lo peor estaría por llegar. El clima de intransigencia no para de cobrarse víctimas, de separar caminos que parecían destinados a morir unidos.

Estos días hemos conocido cómo se las gastan algunos, cuál es el campo de juego al que quieren llevar a sus empresas, al país, cuáles las señales que obcecadamente lanzan desde sus púlpitos, desde sus espacios de poder. Así, a principios de semana supimos que el escritor y filósofo Fernando Savater fue fulminantemente despedido con cajas destempladas del diario El País.

Savater fue fundador del periódico, ha colaborado en sus páginas durante ¡47 años!, pero todo eso no impidió que una fría llamada de su actual directora Pepa Bueno, pusiera fin a la relación. Y sabemos los ásperos entresijos del divorcio porque los ha contado y publicitado el afectado en varios medios, lo ha relatado el propio diario en varios artículos. Y lo curioso y lo triste es que la ruptura se hiciera con la aquiescencia y aplauso de muchos de sus lectores que ya no soportaban las ideas del viejo profesor.

Poco importaron esos 47 años ininterrumpidos de escritura, poco importó el haber sido una de sus firmas de prestigio en los tiempos de plomo, especialmente una de las voces más firmes en levantar la voz contra el apartheid social que impuso el terrorismo etarra en el País Vasco, ese ambiente irrespirable que tan bien narra la novela Patria de Fernando Aramburu. Aquello es historia. Lo de ahora, también. Importa más el presente, el giro de su mirada, sus constantes críticas nada disimuladas al gobierno actual y su postura claramente antisanchista, la clara divergencia con la línea editorial del propio diario.

Seguramente, unos y otros —escritor y periódico— respiraran aliviados. El uno, porque debía ser consciente de que su verbo disonante en un periódico que cada vez estrecha más sus márgenes, tenía mala cabida; el otro, el periódico, porque así debe pensar que se quita una china en el zapato que molestaba a muchos y que desafinaba el mensaje que se quiere dar.

Javier Cercas. Fotografía de Mr. Tickel (Fuente: Wikimedia).

Así las cosas, hasta es muy posible que el prestigioso escritor y confeso votante socialista Javier Cercas puede estar pensando en aquello de las barbas de su vecino tras sus últimas columnas contra la amnistía, a favor del voto en blanco, tras sus afirmaciones del tipo “Tenemos una clase política cínica, irresponsable y envenenada por el poder, que no trabaja para unirnos sino para separarnos, que considera el engaño un instrumento legítimo, y pueril la mínima exigencia ética. Hemos tocado fondo”. ¿Es este el país, los periódicos, que queremos?

No muy lejos de allí —ideológicamente hablando, me refiero— y pocas horas después supimos de otro sonado y mediático despido. Juan Carlos Monedero, uno de los padres de Podemos, era apartado de su programa La frontera en Canal Red TV por su director y también dueño Pablo Iglesias. El hijo matando al padre. ¿Razones? Las críticas públicas a la línea informativa de la tv de Pablo Iglesias del propio Monedero por su “exceso de podemización parecen estar en el centro. Poco importó aquí el pasado. El mensaje es, parece, el mismo, aunque las formas fueran suaves, educadas entre maestro y alumno.

El PSOE aún no ha despedido aunque está en ello a Emiliano García Page por su reiterado verso libre, pero el aviso a navegantes ya está lanzado. Las penúltimas declaraciones a contrapié a la línea que marca el partido y su presidente Pedro Sánchez durante la celebración de Fitur —“El PSOE con esta decisión (de la amnistía) se está situando en el extrarradio de la Constitución”— casi colman el vaso y la batería de respuestas no se hicieron esperar. “El que está en el extrarradio del PSOE es Page”, fue la ojiva dialéctica lanzada por el ministro Oscar Puente, el nuevo sabueso al servicio del presidente. No lo harán, lo de expulsarlo, al menos de momento, pero el que esa posibilidad flotara en el ambiente ya apunta hacia donde van las cosas, cuán prietas tienen que estar las filas, cuán viciado y estrecho es el margen del debate.

Todos estos hechos —Savater, Monedero, Page…— tomados de uno en uno como ejemplo y metáfora puede que no sean más que eso mismo, hechos aislados, síntomas, pero si los ponemos en un sumando nos dibujan un país y un paisaje informativo al que la palabra polarización casi se le queda pequeña, y eso que solo estamos finalizando el primer mes del año. La enfermedad sigue su curso y no parece tener cura. ¿Cuál será, a este paso, el término que la Fundéu deba elegir para 2024? Esa es la pregunta que podríamos hacernos. Y casi da miedo solo el pensar cuál podría ser la respuesta. ¿Más despidos, más purgas ideológicas?

Pepe López

Periodista.

1 Comment

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  • Gracias por tus reflexiones
    si bien considero que
    POLARIZACIÓN
    puede camufla la causa:
    DICTADORES,
    son DICTADORES-DICTADORAS, contra la libertad de conciencia…

    Porque en POLARIZACIÓN
    puede esconderse reproche
    (sutil, manipulador e
    injustificado)
    a quienesnopinan y se expresan en LIBERTAD y defienden
    la LIBERTAD….

    Acciones DICTATORIALES
    en SECTARISMO ENLOQUECIDO
    y tergiversador…

    Pedro J Bernabeu