Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Sánchez y Puigdemont levantan un nuevo muro entre españoles

Pedro Sánchez se ríe en el Congreso de los diputados del pasado 10 de enero (Fuente: RTVE).
Renace el mito de las dos Españas. Desde el pasado miércoles, una inmensa mayoría de ciudadanos españoles huelen el inconfundible olor de la mentira. Fue un día amargo en extremo. Media hora bastó para que se consumara una nueva traición del Gobierno a la soberanía nacional.

El 10 de enero se ejecutó la violación más vergonzante al Estado de Derecho en décadas de historia

Solo una minoría de los 350 diputados estaba al corriente de los acuerdos entre Junts y PSOE

De esa media hora, ganada al reloj del Congreso por decisión de su presidenta, sobraron seis minutos. Nada más salir Bolaños, eufórico, de la ratonera donde negoció con la diputada Nogueras, la mano que mece la cuna de Puigdemont, se supo que se había cometido la violación más seria contra el Estado que se recuerda en este país en décadas. Naturalmente, el primer abrazo fue para la vicepresidenta primera del Gobierno que lo esperaba con ansiedad en el pasillo. Pedro Sánchez Pérez–Castejón aguardaba, muy serio, en su escaño. Miraba el reloj, teléfono en mano. Giró la cabeza hacia arriba y se le descompuso el rostro en una sonrisa mefistofélica cuando vio aparecer en el foro a su empleado más ruin portando entre sus labios el boleto de la quiniela ganadora, como el perro del anuncio.

Entre unos y otros ––también Sumar aportó lo suyo–– se ha empezado a levantar un nuevo muro que divide a todos los españoles y advierte que este país ha iniciado una etapa muy peligrosa. Y es que cuando un político, sea del signo que sea, de centro, derecha o izquierda, en este caso Alberto Núñez Feijóo, presidente del partido más votado en las últimas elecciones, asegura, con el corazón en la mano, que no habría sido político de haber sabido que alguna vez en su carrera ocurrirían cosas como las de ese día, 10 de enero, festividad de San Nicanor, algo realmente muy grave está sucediendo en España.

Y digo esto porque es la primera declaración de principios ––renegar de su profesión por una cuestión de dignidad–– que oigo en mucho tiempo en boca de un político español. Principios, repito. El 10 de enero de 2024, el Gobierno de España y el partido Junts ofrecieron una clase magistral de cómo es posible ganar votaciones parlamentarias de proyectos de leyes con mentiras, traiciones, violaciones de derechos, inmoralidades y, sobre todo, chantajes. Ni debate hubo sobre las leyes propuestas.

Fue una media hora tramposa, bochornosa, bananera. Media hora arrancada a la sesión del Congreso por una supuesta avería informática, para que el servil Bolaños pudiera disponer de más tiempo que permitiera llegar a un acuerdo con Nogueras. Naturalmente, era el prófugo Puigdemont, con poco más del uno por ciento de apoyo de los españoles, quien transmitía a la parlamentaria de Junts sus exigencias, puntos y comas, a la vez que proponía chantajes desde el campo ensangrentado por cien mil muertos en la batalla de Waterloo.

Ha empezado la demolición del Estado. Lo confirmó San Nicanor en su festividad, testigo en el paraíso de la gran insidia cometida. Nicanor, en su génesis griega, significa hombre victorioso. Pero también es un santo humilde que administraba los bienes donados por los primeros cristianos y murió dilapidado. De momento, la Transición política del 78, que inició el periodo de prosperidad más intenso y duradero en la historia de España, ha sido saboteada. También la victoria puede ser pírrica y anunciar a corto plazo la derrota y dilapidación de los victoriosos.

La violación de la legalidad se hizo con un secretismo bochornoso. Los 350 diputados del Congreso solo dispusieron de 6 minutos para enterarse de los acuerdos perpetrados por Bolaños y Nogueras. Naturalmente, en 6 minutos les resultó imposible conocerlos. Tampoco la oposición pudo conocerlos ni pudo enterarse de los contenidos. Por no haber, ni hubo debate parlamentario. El “trágala” se impuso a la razón política. El esperpento, a la realidad.

El diputado del PP, Miguel Tellado, solicita a la presidenta del Congreso que el presidente del Gobierno «informe sobre los acuerdos a los que ha llegado con los independistas antes de que votemos» (Fuente: RTVE).

Para darle a la palabra bochorno un significado de estruendo, digamos que la inmensa mayoría de diputados votaron a favor o en contra de lo que se había acordado en el cuarto oscuro del Senado y, tal vez, de la democracia española en 45 años, sin saber lo que votaba. Solo se sabía que “había acuerdo”. Pero ¿qué tipo de acuerdo? Ni la mayoría de los ministros supo, hasta después de votar, (para mí, que ni la presidenta del Congreso) qué guisaron el empleado de Mefistófeles y la señora que mece la cuna del hijo de la Gran Bretaña aspirante a convertirse en Wellington.

Es una tragedia pensar que, de nuevo, se intenta levantar el mito del muro que divide a los españoles desde, es de suponer, la invasión de los vándalos derribado, por fin, por el consenso de TODOS en 1978. Es una tragedia reconocer que ahora sirva para justificar que un supuesto verdugo de turno pueda levantar el hacha para cortar la cabeza a quien pretenda evitar que se construya de nuevo. Me refiero a la cabeza, imaginaria o no, de jueces, empresarios, periodistas, trabajadores y ciudadanos que aman la libertad.

No quiero imaginarme, aunque a veces lo piense, que ese muro lo hemos vuelto a levantar nosotros mismos, ni creer que su invisibilidad permite a quienes más odian a España copular con esa bestia salvaje que se llama poder y con los parásitos que comen y beben en los pesebres del poder.

El hijo de la Gran Bretaña, prófugo de la justicia en la tierra que le vio nacer, que se esconde en un maletero para huir del país y se refugia en un campo de batalla en el que aún se huele el hedor de la sangre, conoce la existencia de ese muro. Él sabe que los españoles, si están divididos, no son peligrosos. Pero tiene miedo de que se percaten del engaño. Porque es un cobarde. También Mefistófeles tiene miedo, pero a la cárcel. ¿Cómo es posible que un partido insigne como el PSOE, clave en la transición, persista en una ceguera que le impide ver la falsa realidad inventada por su secretario general? Esa ceguera podría dar al traste con el propio partido, reducirlo a la mínima expresión o a desaparecer de la escena política, como le ocurrió al Partido Socialista francés y al PASOK griego.

Feijóo comenta con Gamarra en el transcurso de la votación del pasado 10 de enero en el Congreso de los Diputados (Fuente: RTVE).

Son días para sentir, en lo más profundo del corazón, una gran pena. Una rabia incontenible. Yo las sentí, y no porque ganaran los situados a la izquierda de ese muro y perdieran los que están en la derecha, sino por las trampas, la desvergüenza, la arbitrariedad, el manoseo, el chantaje, el cinismo, la mentira y la amoralidad que se evidenciaron durante las horas de negociación de las ultimas medidas y decretos gubernamentales. Por ahí solo se va al desastre. Como ha dicho el socialista García Page: “España es un laberinto sin salida.” ¡Ah, si García Page hablara menos y actuara según sus convicciones!

Curiosamente, mientras se negociaban esos decretos; mientras la presidenta del Congreso cotejaba si era constitucional una determinada propuesta gubernamental (lo que demuestra el grado de ignorancia de la tercera autoridad en el rango político del país); mientras Francine Armengol, que más bien parece la secretaria personal de Pedro Sánchez, decidió el break de media hora para resolver el problema informático, quien escribe estas líneas veía un documental sobre la vida de alguien que recuperó con su ejemplo la dignidad, hurtada por tantos, de la profesión política. Me refiero a Ángela Merkel, Angie, excanciller de la República Federal de Alemania.

El día de su despedida, en una noche fría, iluminada por antorchas y amenizada por una orquesta que interpretaba sus canciones favoritas, en un Berlín sin muros de la vergüenza, Angie pronunció un discurso que escuché varias veces. Reproduzco sus últimas palabras:

“Nuestra democracia se alimenta de mantener un debate crítico y de autocorrección. Se alimenta de un continuo equilibrio entre los intereses personales y el respeto mutuo. Se alimenta de la solidaridad y de la confianza. También de la confianza en los hechos y de la idea de que allá donde se nieguen las pruebas científicas y se extiendan las teorías de la conspiración y de la difamación, más fuerte debe ser la oposición.”

Debate crítico. Autocorrección. Respeto mutuo. Solidaridad. Confianza. Oposición fuerte. Sería suficiente aplicar esas ideas ––las mismas que propiciaron la Transición a la democracia–– para convertir la tristeza y el pesimismo de millones de españoles en esperanza. Para derribar el muro que se está erigiendo por prófugos y arribistas. Para corregir defectos, que los hubo y los hay, y aplicar soluciones respetuosas con todos, al menos con la mayoría de los ciudadanos. Para no permitir, nunca más, que la indignación nos salpique, como la sangre de los soldados muertos salpica a quienes sufrieron en la Guerra Civil la pérdida de sus vidas. Para que la violencia, la intolerancia y el sectarismo caven su tumba en este país para siempre.

Manuel Mira Candel

Periodista en medios nacionales e internacionales; presidente de la Asociación de la Prensa de Alicante; Premio Azorín de Novela en 2004 con "El secreto de Orcelis" y autor, desde entonces, de más de doce libros, entre ellos las también novelas: “Ella era Islandia”, “Madre Tierra”, “El Apeadero”, “El Olivo que no ardió en Salónica”, “Esperando a Sarah Miles en la playa de Inch”, “Las zapatillas vietnamitas” y "Giordano y la Reina".

4 Comments

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  • Manolo: análisis certero; estilo elegante; conclusiones profundamente ilustrativas. ¿Lo leerá Pedro Sánchez? No lo creo, pero sí creo contigo que este amoral, idiota empedernido, acabará con el PSOE y espero que sea antes de que acabe con España. Un fuerte abrazo.

    • Gracias, compañero del alma. Cada día que pasa me reitero en mi convicción de que el periodismo debe ejercerse desde la convicción democrática, la crítica y el estar bien informado. Te quiero.

  • Enhorabuena… Fulmina el PSOE como temen Felipe González (presidente del Gobierno con 202 diputados) quien pude ejercer de dictadorzurlo pero eligió ser demócrata… Y advierten otros históricos y equilibradosvdel PSOE nada sectarios como Alfonso Guerra, ministros como Cosculluela… expresidentes autonómicos socialistas como Leguina entre otros…
    Pero hoy el PSOE tiene alrededor de la soberanía y egolatría de Sánchez demasiados palmeros y estómagos agradecidos en el Congreso y el Senado que dependen del sueldo para sobrevivir en su ineptitud y carencia de visión de futuro de un PSOE ‘podemizado’ y sectario en el radicalismo ideológico enloquecido…
    Enhorabuena

    PD: Creo que sólo en el sectarismo ideológico se está en la ceguera de excusar a un dirigente que ni los mejor dorados intelectual y políticamente en el PSOE nada le excusan sino advierten a Sánchez de los graves errores políticos y de gestión que reitera un día sí y otro también…
    Porque «De sabios es rectificar y de necios tener que hacerlo a diario» (consejo del expresidente Felipe González a Pedro Sánchez)