Humor, tiempos duros para mentes libres

Existe, en los círculos de la comunicación y sus empresas, esas que antes nos llamábamos agencias de publicidad y ahora no sabemos cómo autodenominarnos, un auténtico debate sobre el uso del humor en la publicidad y su validez para las marcas y organizaciones en su comunicación.

El humor, el sexo, las emociones más universales son elementos que la comunicación usa para llegar antes y de manera más efectiva a cada uno de nosotros que somos su target, su público objetivo. Así las empresas que se basan en ventas estacionales navideñas intentan ser, en su comunicación, lo más lacrimógenas posible sabiendo que, por algún misterio insondable, en Navidad abrimos más los corazones y los sentimientos son los que priman y consiguen nuestra ruina con regalos, nuestra ruptura de la dieta con “jalundrias” incontroladas y nuestra capacidad de paciencia con el “enterao del cuñao” de turno.

También la atracción sexual ha sido base de múltiples campañas en la historia, algunas épicas y que han cambiado el curso de la historia mental de generaciones; como la de Egoiste:

O aquella que combinaba sexo y humor con las Nike, que daba en un spot monótono todas las ventajas de hacer ejercicio físico sin levantar el entusiasmo de la gente hasta que argumenta el locutor que hacer ejercicio mejora nuestra capacidad y vida sexual y surge un gran maratón en la pantalla. Aquel magnífico de Lacoste de atreverse y tirarse al abismo, dar el salto, de dar el primer beso a la mujer amada y un sinfín más…

Hoy en este tema hay que ir con tanto cuidado que la creatividad está acotada como la visión de una mula con anteojeras. Tiempos duros para mentes libres.

En Argentina saben lamentablemente lo que son tiempos largos de crisis sin salida, y es allí donde el humor más se usa, donde los creativos buscan, como los políticos, aquello de si no puedes ofrecer nada, al menos da esperanzas. Hay algunos ejemplos, como la campaña de Ikea de “donde caben dos, caben tres” que refleja el retorno del hijo talludo a casa de sus padres.

Pero estos usos del humor para la comunicación no han escapado a las fuentes y los asesores especialistas en propaganda ya conocen las acciones que tienen como objetivos atraer adeptos (votos y apoyos). El humor es también un barómetro de la opinión pública, es un contrapeso a la crispación y es un arma política.

Siempre aconsejo que el mejor camino para la gobernanza de las organizaciones privadas o públicas es hacer las cosas, no solo decir que las vas a hacer, y además también que se transmita autenticidad. El Sr. Miquel Iceta, exministro de Cultura y Deportes no parecía un gran deportista, ni con un bagaje cultural destacable, sin embargo el mitin aquel del baile le consagró como un tío divertido, que no se corta, sin complejos… auténtico, y seguramente a aquel meneo de cadera le debe gran parte de su pensión vitalicia. Ya ves.

Pero ¿no se dan cuenta de que los medios afines a quien gobierna intentan llevar humor, optimismo, buen rollo a sus ondas, imágenes, comentarios, etc? ¿No notan cómo los medios afines a la oposición están casi siempre de mal humor? Fíjense, es interesante. Me parto, haciendo amigos.