Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Pisando área

Pateras empujadas por el hambre en un mar sin fronteras

Fotografía: José Padilla Aguilar (Fuente: Pixabay).
“(…) Minutos después, Jorge oyó interferencias en la emisión de noticias que ofrecía Matías Prats por la radio, situada sobre un armario en el trabajo. Nadie se movió para sintonizarla. Jorge se acercó al aparato, sintonizó la emisora y subió el volumen. Había encallado una patera argelina en la costa torrevejense.

Trece hombres, una embarazada y dos niños de cuatro años. ¡Ahogados! Diecisiete estómagos que buscaban comida.”

(Pág. 46 del capítulo ‘Kennedy y Mandela’, novela en https://krisisconk.com/ )

 “Exageras, Pedro J.”, me reprocharon hace más de veinte años (2002) cuando en mi tribuna de opinión ‘Pisando Área’ (diario La Verdad) mi justa intuición periodística anunciaba la futura llegada masiva, aquí en las costas alicantinas, de pateras cargadas con inmigrantes africanos.

Pero el tiempo, nunca me canso de advertir, es el mejor aliado y juez inapelable: tres pateras con 40 personas procedentes de África eran interceptadas en el litoral de Torrevieja y Santa Pola en septiembre del 2021 (Fuente: Europa Press)

La oleada de pateras empujadas por el hambre sigue y sigue… porque nadie puede detener al ser humano que lucha por la subsistencia: este mes de octubre de 2023 fueron interceptadas cinco pateras con 72 personas en las costas de Santa Pola, Guardamar, Moraira, Altea y cerca de Benidorm (Fuente: La Vanguardia).

En los años noventa, pateras empujadas por el hambre comenzaron desde África a arribar a las costas del sur de Europa con naufragios en su travesía desde las costas africanas y las primeras muertes en el mar Mediterráneo, mar sin fronteras y de convivencia desde sus orígenes ancestrales. Y va para treinta años que fue creado el Centro de Recepción de Inmigrantes de Lampedusa (isla italiana situada a 60 millas de la costa de Túnez) por ser el lugar de entrada principal a la Unión Europea de inmigrantes procedentes de África.

Ineptos dirigentes en la UE

Ya entonces quedó claro, hace casi tres décadas, salvo a los ineptos dirigentes de la Unión Europea, que los países y regiones ribereñas del sur de la UE, entre ellas las islas Canarias (España) y el litoral mediterráneo español, por su proximidad a las costas africanas, iban a ser el destino de decenas de miles, cientos de miles en el futuro inmediato, de africanos en pateras empujadas por el hambre.

Mar Mediterráneo (Fotografía: MAS).

Pero todo continúa igual, incluida la ceguera y ausencia de resolución de nuestros dirigentes de la UE en una situación dramática que empeora para millones de personas, sin soluciones frente a las hambrunas africanas ni solidaridad ni apoyo real y eficiente de los países de todo el mundo. Obvio es la mayor responsabilidad de nosotros, los europeos, por la rapiña de nuestro colonialismo expoliador de recursos naturales en África, sin que hayamos aportado en justicia proyectos de futuro para los ciudadanos y países con menos bienestar económico, social y cultural, y con precarios sistemas sanitarios en el continente africano.

De justicia es reconocer aquí que miles de misioneras y misioneros, voluntarias y voluntarios, perdiendo en numerosos casos la vida en las intestinas guerras tribales y civiles africanas. Han derrochando generosidad y continúan realizando desde hace décadas su labor humanitaria encomiable en la esperanza de contagiar, algún día, su ejemplo de solidaridad a ciudadanos y gobiernos de todo el mundo.

Por ello, allá por el año 2007 decidí comenzar a escribir una novela, Krisis con k, editada también en la página web —edición en inglés— https://www.krisiswithak.com/ (krisis del Griego “cambio, evolución…”), donde en el capítulo ‘Lampedusa y el hambre’ (confieso aquí que hasta hoy en vano por la ceguera y la sordera de nuestros dirigentes) pretendía concienciar a quienes nos desgobiernan con ahínco, cada día con mayor ineptitud y desidia sectaria, hacia la búsqueda de soluciones eficientes, solidarias y justas que son incapaces de hallar y de consensuar entre los países de la UE.

Mediterráneo, milenaria simbiosis social

“(…)

—Al sur de la Carrasqueta, todo es África —oía Jorge muchas mañanas, en su centro de trabajo, durante los tres años que pasó a orillas del río Serpis, en la montaña alicantina.

Lo mismo que el poeta oriolano Miguel Hernández echó tanto en falta las cartas, alimento del corazón, de su esposa Josefina; mi amigo Jorge en Alcoy echaba de menos las misivas del padre desde Francia, siendo niño, y las noches de verano en la huerta. Una mañana en la faena diaria glosó a sus compañeros sobre su niñez afortunada de hijo de inmigrante. Esa vez, en la tertulia del desayuno, Jorge defendía que en el sur del sur alicantino, tierra fronteriza donde nació, sus moradores abrazaron siempre toda cultura y tradición. Griegos, fenicios, romanos y árabes, cristianos, judíos y musulmanes, aragoneses, castellanos… Bañados por las caricias del sol y la brisa que navega tierra adentro, nadie levantó muros en un valle abierto al Mediterráneo, sin obstáculos, gracias al río Segura que discurre hacia un mar sabio y sin fronteras.

En ese debate ni se mordió la lengua ni calló. Frente al separatismo rancio y el desprecio al forastero que oía allí en Alcoy, Jorge recalcó:

—¿Qué hubiese ocurrido si a mi padre lo hubieran despreciado en Francia?

Y reiteraban:

—Al sur de la Carrasqueta, todo África —le ojearon casi todos como quien mira a un loco.

—¿Y si en los EE UU hubieran rechazado o limitado la llegada de millones de inmigrantes?

Ahí ya sin respuesta, xenófobos y aborregados subsistían a duras penas en su engaño mental y egoísta. Porque hasta entonces se habían escondido tras el accidente orográfico de la montaña de ña Carrasqueta, antaño separador, para autoproclamándose señores de su frontera. Vivían como androides en la falacia de la muralla arrollada hacía años por la autovía Alicante-Alcoy.

¡Pero por suerte son cada día menos!

Panorámica desde la Carrasqueta. Fotografía: Garbanx (Fuente: Wikimedia).

—Al sur de la Carrasqueta, África —repetía uno de los autómatas, hipo parlante y melenudo, sin respeto al inmigrante, como si rechazara la leprosería.

En las jornadas tensas que siguieron allí, Jorge guardó un prudente silencio. La consigna xenófoba campaba aireada por cerebros de lengua hipócrita. Convivían en una contradicción irracional: sus neuronas navegaban en la globalidad del mundo unido por Internet y Google, mientras que su egoísmo combatía con uñas y dientes y mantenía encadenadas sus mentes y sus vidas, prisioneras del pasado.

En su amnesia interesada, habían olvidado el expolio colonial de los países europeos en África y en casi todos los continentes, y las masacres y robos, con la excusa de El Dorado, cometidos por el Imperio español que empobreció durante siglos a los pueblos de América.

Pese a la tensión, nuestro amigo se colocó la toga de fiscal una mañana:

—¿Os asusta el tantán africano? ¿Teméis acaso una invasión zulú o masái? ¿Y que os roben el bocadillo? —espetó mientras daba un mordisco al suyo; pan, aceite y sal.

Como zombis que ni devuelven la mirada en el autobuses o el metro, sordos y ciegos, dieron por respuesta el silencio del pavor y la falta de respeto a los inmigrantes. Jamás entendieron la canción We Are The World (Somos el mundo), de Jackson.

Minutos después, Jorge oyó interferencias en la emisión de noticias que ofrecía Matías Prats por la radio, situada sobre un armario en el trabajo. Nadie se movió para sintonizarla. Jorge se acercó al aparato, sintonizó la emisora y subió el volumen. Había encallado una patera argelina en la costa torrevejense.

Trece hombres, una embarazada y dos niños de cuatro años. ¡Ahogados! Diecisiete estómagos que buscaban comida”.

(página 44 a 46 en la novela en https://krisisconk.com/ )

“(…) Some minutes after, George heard some radio interferences in the news broadcast by Matias Prats, a radio he had on a cabinet at work. Nobody moved to tune it. George approached the set to tune the channel and turn up the volume. An Algerian small raft had run aground on the Torrevejense coast. Thirteen men, a pregnant woman and two four-year-old children drowned! Seventeen stomachs that were looking for food”.

(Page 59 in krisiswithak.com English Edition)

Escucha el tantán de la hambruna africana

“(…) En una ocasión, Jorge me reportó una enseñanza impensable para mí:

—Amigo, puedes crear con la mente y también con el corazón.

—Con la mente, sí. ¿Crear con el corazón, cómo? ¿Y cambiaré el mundo?

—¡Olvídate de cambiar algo por otro objeto o una situación diferente! Construye lo nuevo, sin detenerte en el pasado.

—¿Sin el pasado?

—Crea lo nuevo y así todo cambia, sin sobresaltos; pero sólo si creas sin mirar atrás, corregidos los errores. Todo se transforma con tiempo y acción.

Las melodías del músico, las cartas, las noticias del periodista, las novelas y la poesía, alegran siempre el alma. Del hecho puro y hermoso que seas capaz de crear, de la conducta correcta brota siempre el principio de la alegría plena. Y nace el embrión de la hermandad y la paz, semillas del altruismo y la justicia ecuánime.

Djembe. Fotografía: Niranjan Arminius (Fuente: Wikimedia).

¿Quieres ser mensajera o mensajero?

Sí, tú… quien me juzga y también juzga a Jorge y sus utopías. Me dirijo a tu cerebro y tu alma: ¡Creemos un mundo nuevo! El Creador nunca fue un ente abstracto sino la vida que se pone en acción. El acto de la creación resulta de tus actos y la acción de millones de voluntades en movimiento. Elige tu camino y actúa sin dilaciones.

¿Qué sentido aporta a tu vida escuchar el tantán de la hambruna africana? O el tantán que procede de la desesperación en Haití, India, Guatemala…

¿Acaso ese tantánte transforma?

¡Acude a socorrerles!

¿O acaso abrirías un campo de exterminio, en la isla italiana de Lampedusa, para los millones de africanas y africanos que huyen del hambre y la muerte segura?

¡Ponte en su lugar! ¡Hazlo sólo unos segundos!

¿Y si hubieras nacido allí, donde ellas o ellos?

Teresa de Calcuta aseguró a Jorge que el corazón humano siempre les socorrerá y les dejará cruzar la frontera”.

(Páginas 98-99 del capítulo ‘Lampedusa y el hambre’, novela ‘krisis con k’)

Migrantes llegando a Lampedusa. Fotografía: Sara Prestianni / Noborder Network (Fuente: Wikimedia).

“(…) ¡El hambre te puede volver loco!

¿Todo aquello fue sueño o realidad?                                                          

Cuánto nos contó Jorge de aquella vivencia, yo creo que había ocurrido sólo en su imaginación. Tal vez lo inventó para mostrarnos una lección más.

Sea lo que fuere, realidad o invención, Jorge consiguió predisponer a su cerebro, como ahora al nuestro, para ayudar a quien nada tiene… ¡ni comida! La hambruna de millones de niñas y niños, realidad cruel frente al derroche, debe ser providencial para que aprendamos algún día a compartir.

Ya sabes que tu cabeza crea los problemas y también las soluciones.

Jorge se enfrentó en aquella etapa de su vida al sueldo escaso. ¡Cierto! Y creció así en él, idea a idea, la conciencia de su fortuna, suerte grandísima, por su nacimiento junto a una huerta que daba todo el año alimentos suficientes para el pueblo entero y la familia de Pedro, su padre.

Nadie duda ya de que millones de seres humanos mueran por carecer de agua y alimento. Cien millones de niñas y niños cada año. Siente aquí el corazón de la madre que llega con las manos vacías, sin alimentos, a su casa en una barriada de la ciudad o a una choza en la selva.

¡Imagínate tú en su lugar, en la choza, ante una hija moribunda por el hambre! ¿Qué sientes? Seguro que agradecerías una mano amiga”.

(página 260 del capítulo ‘Piruetas de Chaplin’en la novela Krisis con k)

“(…) Tened presente que los retos aparecen con el fin de reforzar tu facultad de elegir. Cada acontecer en la vida trae un dilema, mensaje en la botella, que incluye lecciones para tu desarrollo humano. Los valores que eliges practicar te reactivarán la memoria existencial, eterna en sapiens, con la finalidad de reavivar tus joyas más valiosas.

Los escalones se dan la mano sin pausa y configuran la escalera. Así se enlazan también los humanos en la cadena tricolor. Porque en el mejor mundo posible, un alma se ofrece a otra y ésta tiende su corazón a terceras en lazo infinito. Si vives la realidad, sin evasiones, te reencuentras seguro con tu ego sensato y universal.

Jorge viajaba de lunes a sábado a la localidad de Ibi, a diez kilómetros de Alcoy, porque allí estaba su empleo. A diario, en su lugar de trabajo, desayunaba una pieza de fruta, manzana o pera, más pan y aceite de oliva. Tenía desayuno y un sueldo. ¡Gran fortuna! La mañana que nos ocupa, la corriente etérea de un recuerdo, energía portentosa, transportó a Jorge al suceso que había visto desde la ventana de su piso la noche anterior. Y se retrotrajo más: recordó que se apagaban las luces de la tarde; él leía en el salón. Ese invierno del 2007 al 2008 trajo frío intenso, escarchas y tres copiosas nevadas. En el silencio de la noche, puente desplegado entre la calle y su habitación, un susurro infantil, a través de la ventana entreabierta, caminó sobre la pasarela silenciosa hasta alcanzar la oreja de Jorge.

Alcoy (Fuente: Alcoy Turismo).

—¡Mamá, corre, corre!

El hilo de voz inocente y débil atrajo la curiosidad de mi amigo.

—¡Corre, mamá!

Jorge seguía sentado, leyendo. Pero el poderío vivo de la vocecita, insistente y firme, lo levantó de la silla. Jorge se asomó por la ventana y oteó.

—¡Vamos, mamá! ¡Corre! —la mano derecha de la niña tiró de la falda.

Jorge vio correr a la pequeña. Vista desde lo alto del piso, la niña parecía una hormiguita.

Corría dos pasos por delante de una mujer, tos tísica de una sombra que arrastraba el carro de la compra. Destartalado pero útil para cargar. El nerviosismo agitado de la cría inquieta le volvió a captar la atención. ¡Se dirigía al contenedor! Y ahí de golpe, en un pensamiento, los problemas que padecía Jorge en su vida pasaron a ser peccata minuta.

La mano huesuda de la madre quitó la tapa al recipiente verde. Sacó bolsas. Las abrió apremiada por la lluvia que empezaba a caer. La realidad se impuso: madre e hija recogían las sobras del supermercado, arrojadas todas las noches antes del cierre. La chincheta mañosa, a lo sumo tenía cinco años de edad, colocaba en el carrito las provisiones que le pasaba su madre.

—¡Hija, mete estos cartones de leche! ¡Toma! —alargó los dedos escuálidos y alcanzó las manos de la niña, protegidas por guantes.

El hambre moviliza siempre a familias enteras. ¡En todo el mundo!

Caducados para la venta, los desechos comerciales alimentaban allí a hombres y mujeres, jóvenes, ancianas y niñas que llegaban a diario al callejón. Extraían las bolsas, cogían de ellas lo que necesitaban a diario para comer y se ofrecían apoyo.

En el contenedor solidario había suficiente para el reparto diario, allí siempre en hermandad, como riqueza genera nuestro planeta para alimentar a toda la familia sapiens. ¿Por qué mueren entonces personas por el hambre en este mundo? Recogían del contenedor alimentos para la cena de esa noche y la comida de los días siguientes.

Jorge nos contó que en otra ocasión escuchó desde la ventana:

—¡Toma patatas! —dio un chico rubio a una muchacha—. Yo llevo ya tres kilos dentro de mi bolsa.

Fotografía: Couleur (Fuente: Pixabay).

—Gracias… —agradecida, le miró con la bolsa vacía en sus manos—. ¡Muchas gracias!

Cierto es que existe el alimento espiritual.

¡Esperad un poco y lo conoceréis!

Dentro de tres páginas os lo presentaré.

¿Prefieres el alardeo de los más sabios o la acción callada y solidaria?

El contenedor rebosante, bendición de la providencia, atajaba la hambruna además de producir efectos prodigiosos en los corazones. A Jorge le alentó desde esa noche un despertar generoso en todas sus decisiones.

En la tertulia donde nos relató la experiencia del contenedor solidario, nuestro amigo nos aseguró que desde esa vivencia siente la vida como una delicia. Porque sobra dinero y alimentos.

¿Si nada caducase en el supermercado, colocarías tú por la noche cartones de leche de tu despensa y bolsas de arroz y de lentejas, junto al contenedor?

Jorge lo hizo allí, en varias ocasiones, y los vecinos y las vecinas le vieron dejar las bolsas.

Dos mujeres le imitaron al día siguiente.

¡Prueba tú! Repítelo y verifica lo que sientes.

Atrévete a descubrirlo y sentirás un diamante en tu corazón.

A continuación de la visión del contenedor, la mente de Jorge regresó a su mesa de trabajo en Correos. Notó de nuevo el acogedor respaldo del asiento. Apoyó bien las lumbares de su espalda. Ya a punto de acabar el tentempié matinal, descansaba en la silla segundos antes de salir a la calle para repartir las cartas por su barrio.

Estornudó y otro pensamiento, repentino, lo alejó de la mesa.

Se sintió Jorge transportado de súbito a otra dimensión hecha realidad en su memoria: su tarea de periodista en Orihuela años atrás.

¿Necesidad o capricho? ¿Equilibrio o derroche?

Esa jornada de julio, impropiamente lluviosa, pateaba Jorge la huerta de Beniel y encontró la noticia que rastreaba. En un chamizo donde vio una estampa del arcángel Gabriel, la pareja magrebí cocinaba un guiso de sémola y bróculi.

Fotografía: Markus Spasky (Fuente: Pixabay).

—¡Asalam alaikum! (la paz sea con ustedes) —se presentó Jorge con su fotógrafo.

—¡Ua alaikum asalam! (y contigo) —le respondió la joven Amal.

Los jilgueros cantaban entonadamente a la libertad en las moreras próximas que salpicaban la senda. Encantado por la serenata, Jorge esperó que llegasen los moradores de las chabolas. A esa hora, encerradas en una caseta blanca, cien almas rezaban pasajes de al-qu´ran (Qurán). De rodillas, oraban por la manumisión.

¡Quién fuese pájaro, jilguero! debió de pensar Alí y su chilaba, batida por el viento, cuando salió de repetir plegarias en una imitación de mezquita, pero sin candelabros ni arcadas lujosas.

Jorge charló con los inmigrantes hacinados en covachas. Jadiyat le contó sus ilusiones femeninas, sin salir de un receptáculo, pero sí apartó la cortina que le tapaba la salida. Así mostró la joven, con recato tras un velo finísimo, el adorno natural de sus ojos de bella viuda. Aseguró a Jorge que añoraba a su amado esposo, Muhammad, quien la respeto igual que a todas las mujeres de su religión. Su mayor ilusión consistía en regresar a su país natal y vivir del comercio de caravanas.

Tony plasmó en sus fotos la realidad humilde que conllevaban las familias musulmanas unidas en la igualdad.

—Necesitamos poco… lo justo para trabajar en la huerta… —explicó Alí, allí el cadí protector de la justicia— …un pantalón, la camisa y este par de zapatillas usadas.

Jorge dio las gracias a todos los inmigrantes, colaboradores en la elaboración del reportaje, y regresó al periódico. Cuando terminó su jornada laboral, ese día por suerte a media tarde, nuestro amigo apadrinó a una niña de Guatemala gracias a una página web en Internet. Se registró allí como socio en un programa de cooperación internacional de la ONG Educo.

Y además, esa misma noche, decidió cultivarse en el vaciado de armarios. Más claro: entregar la mayor parte de su ropa a quienes menos poseen, y así ejercitarse en el don de la renuncia solidaria.

¿Necesidad o capricho? ¿Equilibrio o derroche? ¿En qué mundo vives?

Te reencontrarás solamente con la libertad cuando sepas distinguir sin dudas esas cuatro opciones vitales.

El jilguero toma sólo el aire que necesita y canta su felicidad.

Decenas de objetos materiales, vestidos, pantalones, zapatos y enseres, metidos en muebles, cajones y más cajones, colgados por todas partes en la casa, ¿valen algo en el olvido? De la mayoría ni te acuerdas de que existe. ¡Practica el vaciado de armarios!”

(página 236 a 241 del capítulo ‘Contenedor solidario’ en https://krisisconk.com/)

Krisis con K

Comoquiera que la novela fue editada con fines benéficos, aquí te ofrezco los enlaces que te llevan a Amazon Libros para que puedas adquirirla, si así deseas colaborar, con el fin de aportar tu granito de arena a proyectos destinados a ONGs solidarias…

https://www.amazon.es/Krisis-del-griego-cambio-evoluci%C3%B3n/dp/1530204658

https://www.amazon.es/Krisis-Greek-meaning-change-evolution/dp/B0B92TYM72

Novela gratuita: también puedes descargarte la novela desde la pestaña ‘Contenidos entrando en las páginas webs https://krisisconk.com/ o en https://www.krisiswithak.com/ (English Edition)

“Caminante, (…), / se hace camino al andar”. “Walker, (…), / it is made by walking” (Antonio Machado, poeta; 1875-1939).

 “Sólo quienes se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir hasta dónde se puede llegar”. (“Only those who will risk going too far can possibly find out how far one can go”) T. S. Eliot, poeta; 1888-1965).

¡Pensamientos atrevidos; acciones valientes! Convierte las crisis en retos y oportunidades como Jorge en la novela. ¡Disfruta de la vida!

“Porque todo lo que ocurre, ocurre siempre para mejor” (G. Taylor) Vale (cervantino)

Pedro J. Bernabeu

Pedro J. Bernabeu, periodista (FAPE) nº14.386, 02/03/1988; Asociación Española de la Prensa Deportiva (AEPD), n.º035-A (Alicante); director y locutor SER Deportivos-Radio Orihuela 1987-1997; redactor y redactor jefe diario ‘La Verdad’ Orihuela-Vega Baja-Torrevieja, 1987-2007; conferencias en la UMH Elche y Cátedra Fernando de Loazes en Orihuela-Universidad de Alicante: ‘Periodismo local: malabarismos en la cuerda floja’; entrenador de fútbol nivel III colegiado nº7255 RFEF-FFCV; músico desde 1969, clarinete y saxo tenor; escritor de novela ‘Krisis con K’ y ‘Krisis with a k’ 2015 en krisisconk.com y poemarios ‘Luna’ y ‘Sirenas’, febrero 2022; cinco proyectos de metodología en Amazon Libros con tareas de entrenamiento de formación y competición, entre ellos ‘Fútbol de la calle: Improvisación entrenada y Anarquía inteligente en equipo’, junio 2022; profesor de Secundaria (Historia y Geografía Física) CAP, Universidad de Alicante (1983). Distinciones: Medalla de Plata (RFEF-Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana, temporada 1989-1990); ‘Lancero’ del ‘Pelotón de Los Torpes’ (Centuria Romana de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Orihuela, procesión nocturna Domingo de Ramos 2005); Glosador de El Oriol y la Reconquista de Orihuela (Exaltación Festera, 01-julio-2005; Teatro Circo); Número 1 promoción 2017-2020, (entrenador de Fútbol Superior-nivel 3 profesional).

3 Comments

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  • Pedro J. amigo: Te he leído con gusto y creo, como tú, que Europa no hace los deberes con África. En dos ocasiones, al menos, lo denuncié, creo que siempre al elogiar la labor de una oenegé alicantina denominada Rafiki (con ‘K’ de tu ‘Krisis’), y que mantiene dos como kibuts en Uganda, con varios cientos de familias que se benefician de escuelas, instituto, centro de formación agraria, depuradora de agua, centro sanitario, etc. etc. y huertos. Colaboro desde hace unos años y animo a todo el mundo a que se ponga en contacto con Rafiki en el teléfono 600 926 160. Un fuerte abrazo.

    • Yo también estoy en acción desde hace treinta años con una cuota mensual fija hoy de 23 euros, en la medida de mis posibilidades económicas que reconozco podrían ser mayores, apadrinando a niños y niñas de proyectos educativos y sociales de la ONG Educo América Latina y en La India… así como socio de la Cruz Roja desde 1990…
      Las misioneras y misioneros católicos españoles y de otros países y religiones realizan una labor encomiable, por todo el mundo, que hay quien en su hipocresía y miserias humanas nada reconoce…
      Yo les admiro…
      Menos ‘bla bla, bla bla bla bla…’
      Más acciones solidarias y en justicia…
      Don Ramón Gómez Carrión, gracias…

      • Te imito y te diré que llevo años colaborando mensualmente con Misiones Salesianas, Cruz Roja, Médicos sin Fronteras (con carné) y Acnur. No con carácter fijo, ayudo a Cáritas y Manos Unidas. Y soy, como tú, un simple pensionista. ‘Simple’, pero no tonto, como nos quieren los enemigos de España y propagadores del odio del que acusan a los demás cínicamente. Qué pena. Un abrazo.